24/09/2021
Emocionalidad del padecimiento. Las fichas en su lugar. El sistema global, desde el nacer nos programa para olvidarnos de nuestra propia esencia del Creador. Tenemos el don para autosanar, pero el sistema responde: "eso es mentira"
Libera las ataduras mentales para recodificar las células desprogramadas, tal cual como funciona un código Html de programacion Web!
QUÉ SUCEDE?
Ya conociste la causa de tu enfermedad, ya te dijeron los conflictos emocionales propios o heredados que pudieron dar lugar a tus síntomas, ya analizaste toda tu vida y has investigado lo más posible con respecto a la historia familiar, sin embargo, sigues enfermo…
Aunque no lo crean, esto es muy común.
Efectivamente puedes tener una enfermedad o un síntoma que ya lleva años contigo. Le has dado vueltas y vueltas en tu cabeza y nomás no encuentras la razón.
Has hecho de todo, has tomado de todo y no cambia nada.
El médico, los análisis médicos y los cambios en tu alimentación o la toma de medicamentos no han resuelto nada…
¿Por qué?
Es una respuesta que pareciera sencilla pero que en el fondo es la más complicada…
Como seres humanos hemos sido entrenados por generaciones, a maquillar, a dejar pasar, a evadir y a no reconocer lo que en realidad sentimos.
Por lo tanto, así me digan mis veces que la razón de lo que yo padezco es la relación con mi mamá, jamás lo aceptaré. Ni siquiera lo tomaré como una posibilidad por mínima que sea. Si para mí mi relación con mamá es difícil pero normal, es triste pero no tanto, es negativa pero así es la vida, es repugnante pero nunca lo admitiría…yo seguiré enfermo.
Si la causa de mi enfermedad es mi miedo a morir, pero sigo diciendo que esos videos de accidentes son tan divertidos, que esas películas apocalípticas me entretienen y son mis favoritas, sí esa alarma de terremotos está suene y suene en mi celular pero no la desinstalo porque puede ser útil, si siempre estoy pendiente del cobro de mi seguro de vida, pero no entiendo por qué vivo con esta enfermedad respiratoria…de más está explicártelo.
Estamos acostumbrados a pensar que si algo me tiene enfermo es algo hiper- grande, hiper -dramático o terrorífico, es algo increíble y enorme y en un gran porcentaje no es así.
En ocasiones lo único que nos mantiene enfermos es la mirada indiferente de nuestra pareja, todos los días. A veces lo único que nos mantiene enfermos, es esa compañera del trabajo. En ocasiones son las simples responsabilidades diarias, a veces es la rutina del trabajo e incluso la ubicación del trabajo y el recorrido hacia él.
Pero es bien difícil reconocerlo, aceptarlo, comprobarlo porque somos amantes todos de la rutina, del vivir en la zona de confort, de hacer lo mismo con las mismas personas y desafortunadamente es casi imposible comprobarlo.
No podemos de la noche a la mañana decirle a nuestra madre, a nuestra pareja o a quien sea: “Salte unos días de mi vida para ver si mejoro”….
No es posible de la noche a la mañana decirle a nuestro jefe, a nuestro compañero de trabajo o al trabajo mismo “Vete unos días, semanas o meses de mi vida para ver si mejoro”…
Por lo tanto, es hasta que casualmente nos separamos de esa situación tóxica o persona tóxica en nuestra vida que mejoramos, que sanamos.
Y efectivamente pudieran pasar varios años sin que tú notes mejoría. Por lo regular te mantienes estable en el síntoma. Tienes mejores días y días peores sí, pero lo común es que te acostumbres a vivir con ese síntoma o enfermedad.
Si estás en una situación así y te cuesta mucho trabajo reconocer que la causa de tu enfermedad puede ser tu pareja, tu hijo o hija, tu trabajo, tu madre o tu padre, intenta en lo posible de hacer cambios:
- Pasar menos tiempo con ellos
- Irte unos días de vacaciones
- Cambiar la rutina con ellos o en ese lugar
Porque tendrás que llegar al momento en tu vida en que digas:
- Qué curioso, hoy que no hablé con mi madre me sentí mejor
- Qué curioso, hoy que no comí en mi trabajo me sentí muy bien
- Qué curioso, estos días que no he estado con mi pareja, me siento estupendo
- Qué curioso, este fin de semana que no vi a mis hijos no tosí, no me dolió nada, etc.
Y claro, por supuesto que si tu situación de vida no permite ni el más mínimo alejamiento, difícilmente podrás comprobarlo e incluso sanar.
Lo mejor ante cualquier síntoma que persista más de lo necesario (6 meses como media), es porque al día de hoy, sigues conviviendo con el enemigo (sea una persona, una actividad, un lugar). Si tienes alguna enfermedad, dolencia o síntoma que siga contigo y ya haya transcurrido pasado ese tiempo, haz una lista mental o escrita de las constantes en tu vida…
Claro, desde una opinión objetiva porque se trata de encontrar lo que es y no de maquillarlo:
Desde hace seis meses, mi pareja y yo seguimos discutiendo por lo mismo, por ese préstamo…
Desde hace seis meses, mi hijo y yo seguimos en la dinámica de que me odia pero me necesita…
Desde hace seis meses pedí mi cambio en el trabajo y nomás no me resuelven…
Desde hace seis meses, sigo tolerando que mi madre llegue de visita sin avisar…
Desde hace seis meses sigo intuyendo que esa compañera del trabajo me roba dinero…
Obviamente las precisiones de tu vida las conoces tú, pero si no has sanado y tu enfermedad sigue ahí, es hora de que vayas analizando con más precisión aquello que pensabas que “no era la causa”.
Así las cosas…
(Akasha Sanación Integral
Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco)