23/05/2018                                                                            
                                    
                                                                            
                                            Útera                                        
                                    
                                                                        
                                        No quiero ortivarme,
pero hablemos de nuestros úteros
cuando compartimos nuestra Sexualidad.
Necesitamos ser conscientes
de que la energía que recibimos
del hombre en las relaciones sexuales
queda dentro nuestro, como residuo energético.
Si, las emociones, miedos, frustraciones,
angustias y deseos del hombre 
se depositan en nuestra matriz
y quedan en ella si no las limpio
ni las hago conscientes.
¿Alguna vez luego de tener relaciones
estabas tan angustiada que querías llorar?
¿Alguna vez te sentiste vacía?
No, no es casual.
Y no estamos hablando de relaciones
sin consentimiento.
Incluso con nuestro compañero
nos puede suceder.
Por eso es importante ser conscientes
de toda la energía que se expresa y transmite
en nuestra intimidad.
Y no es una cuestión moral, para nada.
Nosotras hacemos con nuestro cuerpo
lo que nos de la gana, 
y podemos compartirlo con quien querramos.
Pero si, somos responsables
de la energía que ingresa,
y es momento de elegir
de una nueva manera,
para cuidarnos, para amarnos
y para escucharnos más.
Hace unos años estaba en una relación estable,
y nos queríamos, pero aún con mi consentimiento
no terminaba de sentirme cómoda.
Tanto así, que una vez no aguanté
y me encerré en el baño a llorar.
¿Qué estaba recibiendo?
¿Porqué estaba tan angustiada si lo amaba?
¿De verdad podía manifestar mi placer
o por momentos sólo importaba el de él?
Ese día algo se modificó.
Más allá del placer, de lo físico,
de lo erótico, del disfrute,
hay un intercambio,
hay una intimidad y una unión
espiritual y energética.
Y eso es lo que me obligó
a dejar de hacerme la tonta
y ser responsable
de cómo cuido mi matriz,
mis energías, mis emociones,
mi centro más poderoso.
Porque no estoy dispuesta
a entregar mi poder,
no estoy dispuesta a ser receptiva
de lo que el otro necesita descargar
-aún inconscientemente- 
Elegir, escuchar, sentir.
Este cuerpo es mío.
Útera
La ilustración es de Priscila Barbosa