12/06/2025
🧠 Dale el poder al lobo… y la oveja terminará creyendo que merecía ser devorada.
Así opera el abuso más peligroso: el que no solo controla… también convence.
Te grita, y tú te preguntas si lo provocaste.
Te ignora, y crees que no vales lo suficiente.
Te hiere, y piensas que tal vez… estás exagerando.
Eso no es amor. Eso no es disciplina. Eso no es “normal”.
💔 En una relación:
Fuiste a decirle “me dolió lo que hiciste”…
Y sin saber cómo, terminaste tú pidiendo perdón.
💼 En el trabajo:
Te exigen el doble, te dan la mitad, y encima…
te hacen sentir que si te cuesta, es porque no sirves.
👨👩👧 En la familia:
Intentaste expresar cómo te sientes…
y te tacharon de “dramática”, “conflictivo”, “malagradecida”.
Eso también es abuso.
No solo el golpe o el grito.
Sino el susurro que se instala en tu mente…
y te convence de que el problema siempre eres tú.
Porque el abuso más cruel no deja moretones… deja dudas.
Dudas sobre lo que viste.
Sobre lo que sentiste.
Sobre lo que mereces.
Comenzar a Sanar es mirar de frente lo que antes justificabas.
Es decirte a ti misma, incluso en voz bajita:
🔸 “Eso no fue normal.”
🔸 “Eso sí me dolió.”
🔸 “Eso… no me lo merecía.”
No para culpar a nadie.
Sino para dejar de culparte tú.
Porque callar para no incomodar… también duele.
Y justificar lo que te rompió… también te rompe.
Empieza a tratarte con el amor que otros te negaron.
Con el respeto que otros no supieron darte.
Con la voz que una vez te apagaron… pero que hoy, puede volver a sonar.
No se trata de odiar a nadie.
Se trata de dejar de traicionarte a ti misma.
