09/05/2024
La hija ha crecido rápido, once años de intensa labor materna llena de colores, de risas, de lágrimas, de desafíos inmensos, en los que poco vale lo que dices o piensas, lo más valioso y lo que les queda y lo que copian es eso que haces día a día, eso que eres en la entraña, que aunque trates de ocultarlo tus crías lo perciben, lo sienten, lo intuyen y lo imitan a la perfección, mostrándote todos los matices de tus sombras y tus luminiscencias, hoy a mi 42 años, transitando el sexto septenio de mi vida me encuentro en un profundo cambio de piel, desmontando todos los paradigmas, creencias, certezas y seguridades sobre lo que medio intuía que era la vida, 11 años de maternidad en donde me encuentro profundamente chiquita y vulnerable ante cualquier pálpito, ante cualquier gesto humano por más mínimo que sea, cada día siento más y más profundo y algunas caras del mundo me duelen, la guerra me duele, la indiferencia me duele, la desolación me duele, arrancarme esta piel añeja me duele y limpio, barro, me despojo, y me renuevo conjugando la sonrisa y el dolor, las lágrimas y el agradecimiento, recibo los cambios inminentes, inevitables, intrínsecos, inexorables, inexplicables… y rezo para que podamos sentir cada día más y que lo absurdo de este mundo no nos anestesie y nos arranque lo humano! 🙏🏻💜🌼