Neurociencia Aplicada

Neurociencia Aplicada Lo anterior a través de la regulación de las ondas cerebrales.

El Entrenamiento Cerebral- Neurofeedback es un método no invasivo que potencializa las competencias , personales, profesionales, emocionales e intelectuales.

08/10/2025
04/10/2025

JEAN POUL SASTRE , SOBRE COMO LOGRAR LA FELICIDAD : "LA FELICIDAD NO ES HACER LO QUE SE QUIERE, SINO QUERER LO QUE SE HACE "
El filósofo existencialista nos ayuda a tomar conciencia de nuestra propia libertad para no convertirnos en esclavos de nuestras heridas y hacernos responsables de nuestra vida y nuestra felicidad.
Jean Paul Sartre
¿Alguna vez has sentido que tu historia ya está escrita? ¿Qué no puedes cambiar nada de lo que te sucede, porque está escrito que así será? ¿Qué eres, tan solo, una víctima de las circunstancias? A todos nos ha pasado alguna vez.
Pensamos que lo que vivimos en la infancia, las heridas que otros nos causaron o los fracasos que acumulamos pesan más que cualquier deseo de cambio. Pero aquí está el secreto: el ser humano siempre puede adaptarse, siempre puede cambiar.
Así lo comprobó el padre del existencialismo, Jean-Paul Sartre, para el que la libertad no dependía de las circunstancias de vida perfectas, sino de cómo decidimos vivir con aquello que llevamos a las espaldas. Nuestra capacidad para elegir, nuestra libertad, empieza precisamente ahí. Porque para Sartre "la felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace".
LA VERDADERA FELICIDAD
Jean-Paul Sartre no creía en el destino, ni en excusas tranquilizadoras. Para él, la libertad era un principio radical e inamovible. No depende de lo que te sucede, sino de lo que haces con ello. Y esa libertad es la que te ha de llevar a la felicidad que, al final, no es más que disfrutar con lo que uno hace.
Como figura clave del existencialismo, defendía que los seres humanos estamos condenados a ser libres, incluso cuando no lo deseamos. Es decir, siempre tenemos la responsabilidad de decidir, aunque sea para reaccionar ante aquello que escapa de nuestro control.
Y es a eso a lo que se refería cuando dijo estas dos frases: “la libertad es lo que haces con lo que te han hecho” y la "felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace". Porque para Sartre, no somos únicamente producto de nuestras circunstancias.
Nuestras elecciones, incluso las más pequeñas, cuentan. Y no se trata de negar el dolor, se trata de sentirlo y, aun sabiendo que a veces la vida duele, no soltar el timón. En lugar de quedarnos en el papel de víctimas, Sartre nos invita a convertirnos en autores de una respuesta que nos honre.
LA HERIDA QUE TE HACE LIBRE
¿Somos libres si las heridas que llevamos condicionan nuestras acciones? Esta es la gran pregunta que se esconde tras la cita de Sartre. Porque lo que hemos vivido en el pasado, inevitablemente nos condiciona. Lo hace cuando actuamos desde el miedo, la costumbre o la herida.
Pero elegir desde ahí sigue siendo elegir. Por eso, la propuesta del existencialista incomoda tanto. Porque nos recuerda que, incluso en medio del momento más duro de nuestra vida, seguimos teniendo un margen de acción.
Otro ejemplo de ello es Viktor Frank, psiquiatra y superviviente de Auschwitz, que lo expresó así en El hombre en busca del sentido: “Al ser humano se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias”. y sabemos que la capacidad de respuesta está íntimamente ligada a la resiliencia. La neurociencia ha demostrado que el cerebro es plástico. Es decir, que puede transformarse a lo largo de la vida.
Así que incluso si venimos de entornos hostiles, incluso si nos han hecho creer que no valemos, tenemos la capacidad de construir nuevas narrativas internas y nuevos hábitos.

EJERCER LA LIBERTAD
Aunque sepamos que somos libres, aunque interioricemos mensajes como el de Sartre o Frankl, puede que aun así no ejerzamos esa libertad. Porque hacerlo significa tomar conciencia de que nuestras decisiones tienen un peso y un impacto, tanto en nosotros como en los demás. Y a veces, esa libertad implica dejar una relación que ya no nos hace bien.
Otras veces esa libertad nos pide hablar en voz alta cuando toda la vida nos han dicho que callemos. O simplemente, nos lleva a elegir con amor aquello que nuestros miedos quieren impedirnos.
Pero es que ser libre no es algo sencillo. De hecho, Sartre no idealizaba esta libertad, sabía que era angustiante. Porque elegirnos frente a nosotros mismos, nos deja sin coartadas. Pero también nos hace más humanos, nos ayuda a vivir con autenticidad, a no escondernos detrás de nuestro pasado. Y es clave para lograr la felicidad, que para Sartre era querer lo que uno hace.
Es verdad que muchas veces repetimos patrones sin darnos cuenta, que el cuerpo tiene memoria y que las heridas psicológicas influyen en nuestras decisiones. Pero también es verdad que podemos aprender a elegir algo diferente. A parar, respirar y preguntarnos: ¿esto lo elijo yo o lo eligen mis heridas? ¿Qué haría si confiara en mí misma?

TRES FORMAS DE EJERCER LA LIBERTAD PERSONAL
Cuando te atrevas a asumir que eres libre, que realmente puedes decidir no elegir más desde la herida y empoderarte de tu vida, tendrás que comenzar un largo proceso de cambio. Porque los “clics” instantáneos no existen. Y para hacerlo, te recomendamos empezar por cosas tan sencillas como:
1. Cambiar una respuesta automática. Piensa en una situación que normalmente te active, y en lugar de reaccionar como siempre, prueba una nueva respuesta meditada de forma consciente. Por ejemplo, si cuando alguien te hace una crítica sueles responder a la defensiva, prepara una respuesta alternativa consciente, como decir “puede que tengas razón, voy a revisarlo”.
2. Escribe una carta a quien te hizo daño. No tienes que enviarla, el objetivo es, sencillamente, deshacerte de las etiquetas que te asignó. No tienes que justificar nada, ni vengarte, solo escribir tu verdad. ¿Cómo te afectó? ¿Qué creencia limitante dejó en ti? Estas preguntas te ayudarán a tomar conciencia de cuáles son tus heridas, para que aprendas a diferenciarlas claramente de tu identidad. No eres lo que te hicieron.
3. Elige una acción coherente contigo misma. ¿Qué harías hoy si pudieras construir una versión más libre, viva y en paz de ti misma? Si supieras que hagas lo que hagas, te va a salir bien, ¿qué intentarías hacer? Una vez lo localices, hazlo. No esperes a que te den permiso o a que los demás te digan quien eres. La libertad se construye con actos cotidianos que te acercan a tu esencia.

04/10/2025

BYUNG -CHUL HAN, FILÓSOFO: "AHORA LA GENTE SE EXPLOTA A SÍ MISMA EN EL TRABAJO PENSANDO QUE SE ESTÁ REALIZANDO EN LA VIDA "
¿Estás cansado constantemente y crees que es porque no haces suficiente por ti? Deberías ir al gimnasio, apuntarte a algún curso... Así no estarías cansado, porque estarías motivado. ¿No? Byung-Chul Han lo tiene claro: te has dejado engullir por la sociedad del cansancio.
¿Cuántas veces esta semana has dicho que te sientes saturado y cansado? Es posible que ni puedas contarlas. Y cuando lo has pensado, has empezado a buscar soluciones. Quizá si te apuntas al gimnasio, al hacer ejercicio cada día, tengas más energía.
O podrías buscarte un hobby, para mantenerte motivad y hacer descanso activo. ¡Quizá hasta puedas compartirlo en redes, así generas contenido! O quizá lo que necesites sea viajar, recorrer el mundo. Pero… ¿Te has planteado que quizá lo que necesites es no hacer nada? Nada. Literalmente.
Toda esta paradoja, de forma mucho más compleja, la analiza el filósofo Byung-Chul Han en su libro La sociedad del cansancio, un elaborado ensayo en el que nos presenta una radiografía pormenorizada de este mundo moderno tan extraño que hemos creado para vivir.
LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO
En La sociedad del cansancio, Byung-Chul Han hace un retrato del mundo actual y uno de los puntos destacados es el que tiene que ver con la autoexplotación. “Ahora la gente se explota a sí misma en el trabajo pensando que se está realizando”, explica el filósofo.
Lo que nos presenta es un cambio de paradigma que tiene que ver con la obligación de ser feliz. Sí, estos dos puntos están muy relacionados, y en seguida te explico por qué.
Desde la perspectiva de Han, la sociedad ha experimentado un cambio de paradigma. Antes vivíamos en un sistema disciplinario, en el que trabajábamos porque “debíamos”. Desobedecer a la norma conllevaba un castigo. Quien no trabajaba era un paria social, alguien a quien marginar y castigar.
Este tiempo quedó atrás, y la sociedad disciplinaria ha quedado sustituida por la sociedad del rendimiento. Ahora “puedes” hacerlo todo. Y tienes que hacerlo para ser feliz, para conseguir el éxito, para mejorar de manera continua. Tienes que mejorarte a ti mismo, rendir más, producir más. Siempre más. Y no porque la consecuencia sea un castigo, sino porque esa es la forma de ser feliz. Y tienes que ser feliz.
LA AUTOEXPLOTACIÓN
Esta exigencia de la “autorrealización” nos ha llevado a convertirnos en seres autoexplotados. Ya no echas horas porque tu jefe te lo pida, o porque te dé miedo quedarte sin trabajo (disciplinario).
Ahora lo haces porque sabes que solo con esfuerzo se cumplen los sueños, y convertirte en tu mejor versión requiere de disciplina (rendimiento). Te quieres ir de vacaciones a Bali, ¿verdad? ¡Puedes hacerlo igual que las famosas que ves en Instagram, tan solo tienes que esforzarte y mantenerte motivada!
Mira en que trampa más tonta fuimos a caer. Ahora, para ser libres, tenemos que ser eficaces. Nos hemos convertido en víctima y verdugo.
LA VIDA CONTEMPLATIVA
Con un poco de ironía, la verdad queda clara. Trabajar muchas horas no te va a hacer feliz. Explotarte a ti mismo, no hará que te sientas mejor, ni más realizado. De hecho, nos dice Byung-Chul Han, en realidad el vacío que sientes está ahí precisamente porque vivimos en una sociedad en la que ya no es posible aburrirse.
Si echas un vistazo atrás, a tu adolescencia o a tu infancia, descubrirás largas horas de letargo, en especial durante los veranos. Mirar al cielo sin nada más que hacer, buscar formas en las nubes, escuchar las charlas de tus abuelos, volver a leer ese tebeo que te acabaste el día anterior. Te aburrías, y era ahí cuando tu imaginación volaba y tus pensamientos se ordenaban.
Han denuncia que vivimos en una sociedad en la que entendemos la felicidad como el exceso de estímulos. Ahora todos somos multitasking. Podemos ver la televisión mientras vemos redes sociales y respondemos mensajes por WhatsApp. Todo ello a la vez. El problema es que, en realidad, lo que necesita nuestra salud mental es una vida más contemplativa.
FUENTE; MENTE CUERPO

04/10/2025

ADAM GRAN, EXPERTO MUNDIAL EN PRODUCTIVIDAD: “DISCUTE COMO SI TUVIERAS RAZÓN Y ESCUCHA COMO SI ESTUVIERAS EQUIVOCADO”
El psicólogo Adam Grant nos invita a reflexionar sobre el poder de la humildad intelectual en tiempos modernos, que puede permitirnos abrir puertas al diálogo y mejorar, incluso, nuestras relaciones y salud mental.
El concepto de humildad intelectual nos invita a creer que el otro podría tener la razón.
¿A cuántas personas conoces que saben debatir educadamente? El arte de la conversación se está perdiendo, en buena medida porque no sabemos escuchar. Y porque estamos cada vez más polarizados, centrados en el extremo que nos corresponde, imaginando que al otro lado se esconde un enemigo, y no una persona.
En este contexto en el que cada vez es más complicado establecer puentes para el diálogo, la frase de psicólogo y experto mundial en productividad, Adam Grant, toma más sentido que nunca. “Discute como si tuvieras razón y escucha como si te estuvieras equivocando”, escribe en su libro Piensa de nuevo, en el que aborda el concepto de la humildad intelectual y el sutil arte de repensar y reevaluar las propias creencias.
DISCUTE COMO SI TUVIERAS RAZON
La primera parte de la consigna de Grant puede parecernos extraña en un libro que habla de humildad intelectual. Pero, como explica Agnes Callard en su libro Sócrates al descubierto, no podemos dudar de todo lo que creemos. Eso podría volvernos completamente locos. Necesitamos certezas a las que aferrarnos.
Esta es la primera parte de la idea que Grant defiende. Necesitamos poner sobre la mesa nuestra verdad con convicción. Para empezar, porque eso nos permite tener ejes de referencia en nuestra vida, a nivel emocional y personal. Pero también porque defender con convicción lo que pensamos es en sí mismo una forma de repensar.
Al exponer nuestros argumentos deberemos apoyarnos de datos. Pero, además, tendremos que reflexionar sobre esta información y generar una opinión al respecto.
Indirectamente, al hacerlo, estaremos revisando lo que pensamos, dándonos la oportunidad de comprender las limitaciones de nuestras ideas y encontrando incongruencias en nuestros datos, si existen. En cualquier caso, exponer lo que pensamos en voz alta es una forma diferente de hacer introspección que, en los entornos adecuados, puede ayudarnos a conocernos mejor y a desarrollar la intelectualidad.
ESCUCHAR COMO SI ESTUVIERAS EQUIVOCADO
Tras exponer nuestros argumentos, llega el turno de escuchar al contrario. Necesitamos, en este caso, adoptar una postura contraria a la anterior. Una actitud abierta que cree firmemente que el otro podría tener la razón.

Esto no implica abandonar tus certezas, sino abrirte a la posibilidad de estar equivocado. El objetivo es librarnos del famoso sesgo de confirmación, que nos lleva a dar mayor importancia a la información que confirma aquello que creemos. En su lugar, debemos adoptar una actitud de genuina curiosidad, que busca entender el punto de vista del otro como si de una lección académica se tratase.
Luego llegará el turno de digerir la información adquirida, sopesarla y valorar si es realmente capaz de hacernos repensar nuestras convicciones. Pero sin esta actitud de escucha activa y abierta, jamás podremos desarrollar la ansiada humildad intelectual.
LA HUMILDAD INTELECTUAL
La humildad intelectual es un activo muy valioso en tiempos modernos, porque nos permite cuestionar nuestras suposiciones y reconocer la falibilidad de nuestras propias percepciones. Y esto es clave, porque derriba aquello que más nos distancia de los demás: la polarización.
Como explica José Antonio Marina en La vacuna contra la insensatez, pensar que tenemos la verdad absoluta no es solo un absurdo que nos condena a la insensatez, sino que además desestabiliza el sistema democrático.
La democracia funciona única y exclusivamente en torno a la idea de la oposición. Quien crea que podría hacer del mundo un lugar mejor si pudiera gobernar sin oposición, quien crea que el otro no tiene nada que aportar a la conversación, quien defienda tener la única verdad posible, está condenando sin duda la democracia.
Podríamos ir un paso más allá y asumir, incluso, que está condenando la sabiduría humana. Y es que como nos enseñó Sócrates, solo por medio de la interacción con otro que nos cuestiona podemos alcanzar la verdadera sabiduría.
CÖMO CULTIVAR LA HUMILDAD INTELECTUAL
Por suerte, estamos a tiempo de cultivar esta humildad intelectual que derriba murallas, evita sesgos cognitivos y nos acerca a un modelo más democrático y social. A la verdadera sabiduría humana. Para hacerlo, podemos empezar por:
Abrazar la curiosidad. La curiosidad es la mayor vacuna contra la falta de humildad intelectual, porque nos permite creer que hay algo que desconocemos. Y más aún, nos impulsa a querer, con genuino interés, comprender lo que intenta decirnos el otro.
Practicar la escucha activa. Es habitual que, cuando estamos en medio de un debate intenso, nos concentremos en lo que vamos a responder antes incluso de escuchar la otro. Esto, por supuesto, es un grave error. Es importante prestar atención plena al interlocutor y, en caso de duda, preguntar para comprender del todo lo que intenta comunicarnos.
Mantener la mente abierta a la crítica. Aceptar las críticas constructivas y considerarlas una oportunidad para crecer nos permite reconocer que podemos aprender de los demás, incluso cuando sus opiniones sean diferentes a las nuestras
Fuente; cuerpo mente. +Celia Pérez León

25/09/2025
24/09/2025

Próximo Seminario Web Déficit de Atención Fecha: 27 de agosto Hora: 4:00 PM GMT Seminarios gratuitos 2025 csc…

21/09/2025

SIGMUND FREUD : “CUANDO UNO NO TIENE LO QUE QUIERE, UNO DEBE QUERER LO QUE UNO TIENE”
Sigmund Freud, aclamado como el padre del psicoanálisis, nos desvela las claves de la realidad y la gestión de las expectativas.
Durante mucho tiempo, el ser humano ha concebido las expectativas ante las situaciones o personas como inevitables guías de satisfacción o decepción, cadenas invisibles que dictan el pulso de nuestras emociones. Sin embargo, en la era actual de la inteligencia emocional y la psicología práctica, aún podemos aprender muchas cosas sobre grandes genios como Freud, quien creía que los seres humanos estaban impulsados por instintos con gran poder de persuasión.
UN REFERENTE EN CUANTO A DESEOS
El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, dedicó toda su vida a explorar de qué forma los deseos humanos, ya sean conscientes o inconscientes, son capaces de moldear nuestro comportamiento y decisiones. Era conocedor de los importantes límites que nos impone la realidad y su frase “Cuando uno no tiene lo que quiere, uno debe querer lo que uno tiene” nos apunta directamente a su perspectiva psicoanalítica: que debemos equilibrar nuestros deseos más fervientes con el mundo real.
LA CLAVE: UN EQUILIBRIO ENTRE DESEO Y REALIDAD
Freud estaba convencido que al ser humano lo movían las pulsiones o instintos, que normalmente asociaba con la sexualidad o la agresión. Sin embargo, ya desde la infancia, aprendemos que no todos los impulsos pueden satisfacerse o cumplirse. Ya sea a través de nuestros padres, profesores o la sociedad en su conjunto, se establecen reglas y expectativas, creando la realidad externa en la que debemos desenvolvernos todos.
Según el médico austríaco, El ello (nuestros impulsos puros) es el que pide gratificación instantánea; el superyó (nuestras normas morales internalizadas) restringe estos impulsos según las normas sociales y, por último, el ego, atrapado entre ambas fuerzas, es el que intenta mantener un equilibrio, reconociendo las limitaciones de la realidad y encontrando maneras de satisfacer sus necesidades siempre que sea posible.

¿FRUSTRARSE? SÍ, PERO CON UN OBJETIVO
Frustrarse es inevitable, pero sabiendo que no siempre vamos a conseguir lo que queremos, el experto sugiere que debemos pasar de aferrarnos a ideales inalcanzables a adaptarnos a lo que realmente poseemos en el momento actual. En vez de lamentarnos indefinidamente por algo que no ha salido como esperábamos, reduciremos nuestro conflicto interno al canalizar esa energía a otra cosa, valorando la realidad actual, con lo que conseguiremos una mayor estabilidad emocional.

Aceptar la realidad que nos ha tocado vivir no implica renunciar al deseo, sino que nos reubica a otra postura, según Freud. Nos guía hacia la gratitud por lo que tenemos y a sentir plenitud por el mismo motivo. Si el anhelo incesante por algo inalcanzable se convierte en una obsesión, el malestar mental y emocional se intensifican, pero si llevamos a cabo un enfoque en positivo, obtendremos menos conflictos, más satisfacción y, por ende, una resiliencia emocional notable, que nos ayudará a ir afrontando las decepciones futuras (que sean inevitables). La aceptación sería, por tanto, una forma de madurez psicológica para no quedarnos atascados en la brecha entre el deseo y la realidad.
Bajo este enfoque, nuestro desarrollo interior surge no solo al buscar las metas que deseamos con pasión, sino también al valorar y saborear aquello que ya forma parte de nuestra vida.

Fuente: Revista Nathional Geogrphic

21/09/2025

LA INCREIBLE HISTORIA DE GRAHAM BELL Y MARÍA MONTESSORI QUE CAMBIO PARTE DE ESTADOS UNIDOS PARA SIEMPRE

Sus campos de trabajo eran distintos, pero sus trayectorias coincidieron y dejaron una huella duradera en la forma en que se entiende y se practica la enseñanza.
En el cruce de caminos entre la ciencia y la pedagogía, hallamos una historia fascinante: la de dos figuras que raramente se asocian entre sí, pero cuya unión de visiones transformó profundamente la educación en Estados Unidos. Hablamos de Alexander Graham Bell, conocido por obtener la patente del teléfono en 1876, y María Montessori, la creadora del homónimo método de aprendizaje que continúa cambiando la vida de miles de niños alrededor del mundo.
Sus campos de trabajo eran distintos. Sin embargo, a principios del siglo XX sus trayectorias coincidieron y dejaron una huella duradera en la forma en que se entiende y se practica la enseñanza, especialmente aquella orientada a la infancia con discapacidad. ¿Cuándo tuvo lugar este encuentro? ¿Y cómo revolucionó el sistema educativo en Estados Unidos?
GRAHAM BELL Y MONTESOSRI : UNA UNIÓN DE VISIONES
Alexander Graham Bell no fue solo científico e inventor. Más allá de eso, también fue un gran crítico del sistema educativo de su época: la experiencia de su madre y su esposa como personas sordas pronto le hizo comprender que la enseñanza tradicional no estaba proporcionando herramientas de desarrollo independiente a la población, con más énfasis en aquella que padecía una discapacidad. Incluso comparó la metodología de "poner a los niños en filas ordenadas de escritorios y obligarlos a absorber tanto alimento intelectual" con "la forma en que preparan el paté de foie gras en los gansos vivos".
Cuando en 1912 llegó a sus oídos información sobre el éxito del método Montessori, Bell encontró en estas ideas un respaldo a su voluntad de llevar a cabo un cambio en el sistema educativo del país. Así, junto a su esposa Mabel Hubbard Bell, fundó la primera escuela montessoriana en Estados Unidos, ¡en su propia casa en Washington D.C.! Y un año más tarde, el matrimonio recibió, acompañado de Margaret Wilson –hija del entonces presidente, Woodrow Wilson–, a la doctora italiana durante su visita a Estados Unidos.
Estas figuras se encargaron de fundar la Asociación Educativa Montessori, una de las primeras organizaciones dedicadas a promover este enfoque de aprendizaje. Su método, basado en la libertad, la autonomía y el aprendizaje a través de la experiencia, continúa ofreciendo a día de hoy una alternativa radical a la educación tradicional.
UNA METODOLOGÍA QUE FASCINÓ AL MUNDO
Aunque la pieza principal de la Exposición Universal de 1915 en San Francisco fue la Torre de las Joyas, otra performance llamó la atención de las miles de personas que asistieron: durante 4 meses, 30 niños pequeños asistieron a la escuela en un aula Montessori con paredes de vidrio, de manera que los visitantes podían ver lo que ocurría en su interior. La propuesta fue bautizada como "Glass Classroom" y sirvió, literalmente, de escaparate para mostrar al mundo la nueva metodología de aprendizaje que estaba implantándose en Estados Unidos.

Los niños, por su parte, también podían observar lo que ocurría fuera de las paredes de cristal, pero elegían no hacerlo: así, surgieron entre el público comentarios de admiración acerca de sus poderes de concentración, tal y como señala la Sociedad Americana Montessori (AMS, por sus siglas en inglés).
Los medios de comunicación no tardaron en hacerse eco de las reseñas positivas relacionadas con la educación Montessori, que pronto comenzó a popularizarse en otros países: ese mismo año, por ejemplo, en Barcelona, trece escuelas ya aplicaban este método.
Y, como se suele decir, el resto es historia: aunque el contexto internacional, caracterizado por el auge de los totalitarismos en Europa, frenó la expansión del método Montessori, después de la Segunda Guerra Mundial este vivió de nuevo una época de esplendor que ayudó a millones de niños del mundo –entre los más destacados, Gabriel García Márquez– a mejorar sus vidas.
Fuente : Revista National Geofrphic

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