02/07/2020
Cinco preguntas sobre la prevención del CoVid19
He ido recogiendo algunas preguntas que he visto en redes, medios masivos y que me han hecho personalmente, y las voy a responder de la forma más clara posible.
¿Porqué nos dijeron que no usáramos mascarilla al principio, y ahora son obligatorias? Finalmente ¿funcionan, o no funcionan?
En resumen, sí funcionan. Pero no todas las mascarillas/tapabocas son iguales, y las indicaciones son distintas para cada cual. Principalmente se dividen en tres.
1. Mascarillas N95 y similares: son las mascarillas cuyo filtro es más efectivo. Están indicadas en ambientes del cuidado de la salud y para los proveedores del cuidado, y quienes por razones de su ocupación están sometidos directamente a los aerosoles mas pequeños (las partículas microscópicas de secreciones) que se generan el ambiente hospitalario y de la consulta cuando se examinan pacientes, se hacen procedimientos como nebulización o intubaciones. Los diseños varían y tienen una vida útil definida después de lo cual se deben descartar. No son necesarias para el público general.
2. Los tapabocas quirúrgicos convencionales. Son efectivos para proteger al personal y al paciente en la mayoría de los casos, (pero no protegen de TODAS las enfermedades) y que eran los más usados antes de la pandemia. También tienen una vida útil limitada después de la cual se deben descartar. El público general puede usarlas, pero debe descartarlas después de un uso.
3. Mascarillas de tela y otros materiales, que se han popularizado durante la pandemia. Son los que la mayoría de las personas del común usa hoy en día, no se recomiendan para el personal de salud, y se deben usar en la comunidad asociados al distanciamiento físico y a la higiene de manos. Existen desechables de un solo uso y reutilizables, que se deben lavar con agua caliente y jabón y dejar secar completamente antes del siguiente uso.
Es importante recalcar que el uso de mascarillas no reemplaza las medidas de distanciamiento físico, limitar las interacciones personales al máximo, y una higiene de manos rigurosa. Una mascarilla mal usada se puede convertir en un reservorio de gérmenes (no sólo coronavirus) que la persona puede dispersar con las manos a sí mismo, a otras personas directamente o a través de superficies.