28/06/2024
Las mamás deberían ser eternas físicamente, pero, ¡desgraciadamente, no!
Eterno es el amor que nos dan a manos llenas y nos hacen sentir por ellos. Eterno es todo lo que vivimos a su lado y que se convierte en el recuerdo vital para seguir en el camino con esos recuerdos atesorados.
Llega el día inesperado en que tienen que abandonar este avión y con profundo dolor tenemos que despedirnos de ellos para que puedan ir a un lugar más hermoso, donde la luz ilumina el camino y ellos se convierten en una llama ardiente. Un lugar donde no hay dolor ni sufrimiento, donde reina la paz y el alma se renueva para encontrarse con quienes han pasado al siguiente plano.
Los que quedamos, sentimos que el mundo se nos derrumba, nos sentimos desamparados, pero el amor que nos une a una madre maravillosa es más fuerte y nos sostiene. El amor le gana a ese dolor y la paz de haberla amado infinitamente, aquieta el alma y el espíritu.
Las mamás son y serán eternas en nuestra vida, en nuestro corazón y en nuestros pensamientos. Lo vivido y los recuerdos son el consuelo de quienes nos sentimos abrumados por la despedida inesperada de quien nos dio la vida y mucho más.
Los que quedamos, sentimos que el mundo se derrumba, nos sentimos impotentes, pero el amor que nos une a una madre maravillosa es más fuerte y nos sostiene. El amor vence ese dolor y la paz de haberla amado infinitamente, calma el alma y el espíritu.
Las mamás son y serán eternas en nuestras vidas, en nuestros corazones y en nuestros pensamientos. Las vivencias y los recuerdos son el consuelo de quienes nos sentimos abrumados por la despedida inesperada de quien nos dio la vida y mucho más.