08/01/2024
SOLEDAD
Me sumerjo en un abismo profundo de tristeza, donde cada día se convierte en un desafío insuperable. El peso de la falta de sentido en mi vida me arrastra hacia abajo, consumiendo mi espíritu y dejándome sin aliento. Me encuentro atrapado en un juego de sombras y desesperanza, buscando algo que llene el inmenso vacío que habita dentro de mí.
El monstruo de la soledad acecha en cada esquina, acechando mi existencia y empujándome aún más hacia la oscuridad. No importa cuántos intentos haga por evitarlo, se aferra a mí como una sombra eterna que se niega a desaparecer. La falta de compañía, de conexiones verdaderas y auténticas, me consume lentamente, dejándome aislado en el mundo en el cual habito.
La desesperanza se arraiga en lo más profundo de mi ser, desvaneciendo cualquier rastro de fe en un futuro feliz y radiante. Cada vez que intento imaginar una sonrisa sincera o un momento de alegría, mi mente se ve inundada por la certeza abrumadora de que todo es efímero y falaz. La vida se convierte en una cadena interminable de decepciones y pérdidas, donde cada paso adelante parece ser seguido por dos pasos atrás.
Las relaciones sólidas se desmoronan como castillos de arena frente a la marea implacable. Los intentos de construir vínculos duraderos y significativos se disuelven en el aire, dejándome solo con los restos de lo que alguna vez fueron promesas y esperanzas. Mi incapacidad para mantener lazos firmes y seguros solo sirve para alimentar el fuego abrasador de la soledad y la desesperación.
La oscuridad que me rodea se cierra sobre mí como un abrazo gélido y sofocante. Me encuentra en cada rincón, en cada pensamiento y en cada latido de mi corazón. Ya no puedo escapar de su agarre, ni siquiera en los momentos de supuesta calma. La oscuridad se ha convertido en mi compañera constante, en el único refugio que tengo en medio de esta existencia desgarradora.
Y así, dentro de este torbellino de emociones sombrías y sin sentido, encuentro cada vez más razones para no desear despertar jamás. La tristeza, la soledad, la falta de fe y la imposibilidad de mantener relaciones sólidas me arrastran hacia un abismo sin fondo, donde la luz del día se desvanece y solo queda un vacío abrumador.
Sin embargo, en medio de esta oscuridad interminable, me aferraré a un hilo de esperanza. Quizás, algún día, encuentre una razón para despertar y enfrentar la vida con valentía. Quizás, en algún momento, la desesperanza sea reemplazada por un atisbo de fe en un futuro mejor. Hasta entonces, me dejaré llevar por las olas de la tristeza y la confusión, esperando encontrar una salida a este laberinto de dolor y desolación. Iván Alatorre Orozco