Mi Ángel de Amor

Mi Ángel de Amor Esta página es un homenaje a mi amada hija Laura Manuela Paz Bueno, que siempre será Mi Ángel de Amor

11/10/2025
Nunca perdemos a quien amamos, ellos no desaparecen de nuestras vidas; ellos solo nos acompañan desde otro lugar 💕      ...
07/10/2025

Nunca perdemos a quien amamos, ellos no desaparecen de nuestras vidas; ellos solo nos acompañan desde otro lugar 💕

06/10/2025

04/10/2025

Si algún día pudiera recibir una carta de mi Ángel de Amor, quiero imaginar que sería así;

"Carta de Mi Ángel de Amor desde el cielo”

Mamita, no estés triste pensando en mí, estoy en un jardín enorme lleno de flores de colores, este lugar es realmente maravilloso. Yo estoy súper feliz en esta paz total que me rodea por todos lados. Te escribo para que esa tristeza que llevas en tu corazón y esos días grises los cambies por los abrazos, los besos y todos los momentos felices que compartimos juntas, esos que fueron la esencia misma de nuestra vida.
¿Sabes? Aquí hay muchos Ángeles iguales que yo y son realmente extraordinarios, a mí me encanta verlos volar y poder jugar con ellos. Es un gozo indescriptible sentir su compañía y su amor puro. Te cuento que Jesús no se me pareció a ninguna foto que pintan de él. Y aún así, tan pronto lo vi lo reconocí y pensé: “Ese es Chuchuito, así como le decía mi abuelita”. Él me tomó de su mano y me llevó a hablar con Dios como si yo fuera la reina del lugar. Fue en ese momento donde me acerqué y le dije al oído que yo quería enviarte una carta para despedirme de ti ya que no lo había podido hacer y así contarte cómo me estoy sintiendo en este momento.
No me lo vas a creer, Él de inmediato me dio un papel y su pluma personal para que yo cumpliera mi deseo y me dijo que enviaría a un ángel para que te la entregara. Qué difícil es explicarte cómo me siento, mamita. Los extraño cada segundo, pero lo que puedo decirte es que se siente bien estar acá. El sol brilla increíble y las nubes reflejan su luz provocando unos hermosos rayos que ves por todos lados. Aquí hay mucha gente como yo, también están todos esos seres amados que se nos habían adelantado. Sabes, mi abuelita Hortensia me cuida mucho, también estoy con mi tío Paulito, mi tío Gigito y pude conocer a mi tío Juan Carlos.
Cuando vi llegar a tu suegra la señora Glorita, corrí a darle un abrazo y a agradecerle por tanto amor con el que te acogió en su hogar, se notaba ese gran amor de las dos, cuando llegó tu suegro también le agradecí por ser tan especiales contigo.
Sabes me sorprendí cuando vi llegar a mi tía Gladys la vi siempre peleando sus batallas como toda una guerrera y sé que al igual que yo sentía que no era la hora de partir , pero al igual estoy muy feliz de estar aquí reunida con ellos. Ya sabes cómo es mi tía, todo lo mantiene en orden y nos mantiene reunidos a todos. Ya tenemos hasta los perritos de ella y también le dimos la bienvenida a Chente y a Bruno, sí, ya están con nosotros. En fin, a todos los que una vez fueron parte de nuestras vidas y han llegado aquí les he dado su fuerte abrazo de bienvenida porque, si me pongo a nombrarlos a todos, esta lista sería interminable.
Se me pasó contarte que disfruto mucho la compañía de tu Ángel de la felicidad como tú le dices a Paula Moros; es una presencia llena de luz y amor. Mientras te escribía, Dios se me acercó y me dijo que te contestara la pregunta que tanto le haces: “Dios, ¿dónde estabas cuando ella necesitaba de tí? ¿Por qué ella?”, Él solo me contestó que estaba conmigo en el mismo lugar, como tú siempre se lo pedías en sus oraciones, y que ¿por qué yo?, porque era el día y la hora en que tenía que regresar a la casa de él. Tienes que saber que él nunca me ha dejado, ni antes y mucho menos ahora, y eso mantiene mi alma llena de regocijo.
Recuerda mamita, que cuando me necesites solo debes cerrar tus ojitos y sentir cómo sigo ahí a tu lado en ese lugar especial que tú construiste para mí en el centro de tu corazón, donde nacen los latidos que sostienen tu vida y dan abrigo a tu alma, ahí estoy siempre presente en lo más profundo de tu corazón.
Sigue hablándome desde el silencio de tu alma que yo te sigo escuchando y sí, aún escucho cada grito desgarrador que sale de tu alma pronunciando mi nombre porque me extrañas. Te veo cada vez que elevas tu mirada al cielo buscándome, esperando que yo te haga un corazón, para sentir que te estoy diciendo “aquí estoy, pendiente de ti”. Eso sí, cada vez que te hago un corazón lo termino con mi mejor sonrisa como tanto te gustaba verme. Solo te pido que no estés triste por favor. Claro que los extraño a todos, pero aquí estoy muy bien, la luz de este lugar es indescriptible y el amor que siento por todos ustedes es eterno. Creo que llegó la hora de devolverle la pluma a Dios, así que me tengo que ir despidiendo. Solo te pido que celebres que puedes sentirme en cada acto de amor que haces. Sé que sigues siendo la misma Madre Teresa de Calcuta, como te decíamos, porque querías ayudar a todo el que lo necesitara. Siempre seré tu ángel de amor como tú me llamas. La verdad solo daba lo que recibía en casa: “Amor bonito”. Que tus lágrimas no te impidan ver lo que tienes en frente. Recuerda: La vida es una sola y no permite ensayos, así que no te dejes apagar por los miles de tropiezos que te pone, por favor. Cuando más ríes, más brillo, y cuando más sufres, más te abrazo. Es inevitable que no me extrañes, pero no pienses en el día en que partí, mejor recuerda cada segundo que pasamos juntas, lo felices que fuimos, porque eso fue lo que yo me traje en mi corazón y sé que es lo que tú atesoras a cada instante en el tuyo. Eso es un tesoro invaluable.
Te tengo que decir adiós, mamita, y recuerda: no me busques en todos lados. Creo que no es necesario porque yo estoy ahí en tu alma, juntito a tu corazón, cuidándote y orando por ti, siempre. Yo jamás me iré de tu lado, no importa cuanto avance el tiempo, ni cuantos días transcurran entre silencios y recuerdo, porque mi esencia permanecerá intacta mientras tú me tengas presente. Aquí, en este jardín celestial, seguiré siendo tu ángel , velando por ti con todo el amor que siempre te he tenido.
Te ama,
Tu Ángel de de amor.

¡Un saludo a mis nuevos seguidores! ¡Estoy feliz de que me sigan!Zulay Tibaduiza
30/09/2025

¡Un saludo a mis nuevos seguidores! ¡Estoy feliz de que me sigan!

Zulay Tibaduiza

Otro año sin ti Mi ángel de amor Qué bonito sería que la muerte fuera solo un mal sueño y en un día como hoy despertarme...
28/09/2025

Otro año sin ti Mi ángel de amor

Qué bonito sería que la muerte fuera solo un mal sueño y en un día como hoy despertarme y porder volver a escuchar “te amo ma “, “Ma aquí estoy “. Sentir tus pasos en casa, hacer cada cosa que hacíamos juntas, esas cosas que, el día de hoy, se volvieron un tesoro para mi mente. Mi Ángel de amor, me encantaría volver a escucharte cantar a todo pulmón las canciones que te gustaban, verte sonreír cuando te decía que cambiaras la canción por qué las de inglés de Justin Bieber no te las manejaba, pero las de Cepeda, Santiago Cruz, Foncesa y ni qué decir de los vallenatos, esas sí te las podía acompañar.
Me encantaba cantarle la Creciente del “Binomio de Oro” y verla a ella y a su hermano mu***os de la risa al ver lo mal que cantaba la mamá, hoy es uno de esos días que quisiera que el sillón de mi alcoba, donde están mis osos, no me recordaran que el amor también duele.
Quisiera olerme y aún percibir tu aroma y sentir tu calor. El 28 de septiembre es uno de esos días donde pido que el mundo no me exija normalidad, hoy es uno de esos días donde siento que mi herida se abre.
Sí, pasa el tiempo y aún te sigo extrañando, siento que solo fue ayer cuando te perdí, por qué aprendí que no tengo que buscarte en ningún lugar lejano, solo debo cerrar mis ojos y mirar dentro de mi corazón, donde siempre estás mi “Ángel de amor”, ahí en el refugio más sagrado de mi alma, es donde tu esencia brilla con más fuerza, iluminando cada rincón de mi ser, eres mi guía y también mi consuelo y aunque no pueda verte, te siento en cada latido, en cada suspiro, en cada pensamiento, porque en mi corazón tu amor vive eternamente y es ahí donde siempre puedo encontrarte.
La eternidad dejó de ser para mí una palabra abstracta hace mucho rato, ella solo lleva tu nombre, no habrá calendario capaz de borrar tu risa, ni reloj que mida el eco de tu ausencia, tu ausencia es un golpe seco, pero también es ese faro que me recuerda que el amor no se mide por lo que dure la presencia, sino la intensidad de la huella, y bueno, la tuya en mí y en las personas que te amaron es imborrable, no estás y sin embargo todo me habla de ti, aún me dueles pero también me sostienes, me haces una falta impresionante pero también sé que me acompañas en cada paso que doy.
La nostalgia siempre es inevitable, pero he tomado la decisión de que no será un túnel sin salida, la he transformado en un hermoso altar, tu vida aunque fue interrumpida, se volvió una semilla de lo eterno y lo eterno ahora lleva tu nombre.
Sé que le pido mucho a la vida de que esto sea solo un mal sueño, sé que ella no concede esos caprichos, aquí solo queda el silencio, una ausencia que arde, y solo me quedó aprender a caminar con la grieta en el pecho.
Todos creen que estar bien es sonreír para la foto, hacer la rutina cotidiana como si no estuviéramos rotos y contestar “sí“ para no incomodar a nadie, pero el que ha perdido a un ser amado sabe que estar bien no es dejar de llorar, no es olvidar, es recordar sin que nuestra memoria se vuelva añicos, no es que la herida se cierre, es aprender a caminar con ella abierta sin que en cada paso que demos sangre.
Todo saben que estar bien en el duelo es sobrevivir a aquellas madrugadas que se nos hacen eternas, es escuchar su nombre como un eco interminable y aún así seguir respirando, estar bien no significa que la ausencia ya no va doler, significa que el dolor se vuelve parte de nuestro cuerpo como esa cicatriz que ya no duele pero jamás desaparece, es imposible volver a ser la misma persona de antes, esa persona que éramos se fue con esa persona que amábamos, se continúa la vida no siendo los mismos, por eso cuando me preguntan que si ya estoy bien, no digo mentiras digo lo que siento y como me siento, sin explicar mucho y sin buscar justificaciones. Respiro profundo con mi dolor en el alma, reconozco que este duelo solo me ha enseñado a quedarme con tu huella y tu amor que todavía late en mi sangre.
Sería bonito volver a encontrarnos, y lo creo. No sé cómo ni cuándo, pero me aferro a esa certeza como quien protege la última brasa ardiendo en medio de la oscuridad. Porque aunque no estés, tu amor es la hoguera que me impide congelarme. Y gracias a esa llama, aquí sigo.

Mi Ángel de Amor te extraño hasta en los momentos más felices 💕
23/09/2025

Mi Ángel de Amor te extraño hasta en los momentos más felices 💕

El duelo no tiene un reloj, no tiene un tiempo para vivirlo 💕
22/09/2025

El duelo no tiene un reloj, no tiene un tiempo para vivirlo 💕

13/09/2025

Venciendo mis miedos

Septiembre dejó de ser el mes del amor, como se vive en Colombia, donde se celebra el amor y la amistad. Para mí, se convirtió en un mes triste en mi vida. No sé si serán casualidades, pero hace un tiempo mi amor me ha invitado a hacer los viajes más emocionantes, los que menos pensé realizar algún día, y precisamente los hemos hecho en septiembre, mes en el que, por muchos años, me ha dolido hasta respirar. Mi psicólogo Yesid Bermúdez me ha hecho caer en cuenta que todo esto no es casualidad. Es simplemente que mi ángel de amor espera ver esta sonrisa en mi rostro por toda la vida. Ella siempre soñó con verme feliz al lado de un hombre que me amara y me respetara. Y hace 12 años llegó, sin previo aviso, este hombre que pinta siempre mi vida de colores. Este viaje a Nueva York, entre tantas atracciones, incluía sus espectaculares miradores. Les debo confesar que me tocó hablarle fuerte a Sandra Eloísa (mi niña interior) y hacerla entender que esos traumas solo salen de nuestro sistema cuando los enfrentamos. Le dije a Poncho que iríamos a uno solo, y ahí estuve, rindiéndole un pequeño homenaje a mi ángel de amor desde lo más profundo de mi corazón, mirando con el rabo del ojo la ciudad, con mi corazón a mil pero diciéndole: "Aquí estoy".
No será la foto hipermegaplay que soñaste tomarte ese trágico día, pero lo logré.
Me paré frente a esa gran altura, logré reconocer y comprender todas las causas. Ese día recordé el momento en que el policía me dijo: "La niña no cayó de ahí" (yo había entendido que era un segundo piso, porque ahí vi un parque infantil). "La niña cayó del piso 12 por quererse tomar una foto". Solo recuerdo que alcé mi mirada y me iba enloqueciendo de ver en ese balcón muchos flashes. Desde ese día hasta hoy, cada vez que veo un edificio alto siento el vacío en mi estómago y en mi corazón. Llevo 14 años tratando de sacar ese trauma.
Gracias a la paciencia de mi amor, hoy puedo decir que di un gran paso. Lo enfrenté, me permití vivirlo, sentirlo sin frustraciones ni autocríticas. Sé que esto debe ser poco a poco, sin ignorar mis miedos y toda la ansiedad que esto me produce, buscando enfocarme en lo que quiero lograr: honrar a mi ángel de amor. Sé que ella se sentirá muy orgullosa al ver cómo poco a poco lo voy logrando. Claro que aquí también debo agradecerle a mi amor por toda la paciencia que me tiene. Aparte de ser mi fotógrafo, sé que esto sola no lo habría logrado hacer. Entendí que lo pude lograr con paciencia y perseverancia,
que la resiliencia y la confianza
llevan su tiempo en construirse.
Esto me ha permitido aprender que cada situación se debe trabajar para fortalecerla cada día más, porque esto de aprender a vivir sin ti ha sido todo un arte, mi ángel de amor. Un arte cruel, absurdo, un arte que no quiero dominar pero cada día me obliga a seguir intentándolo. Tu huella está en todas partes, menos tú. Espero abrir una puerta y encontrar esa mirada con sus hermosos ojos azul profundo como el cielo, esa sonrisa espectacularmente contagiosa y que me des ese tan anhelado abrazo que sigo esperando. Sí, lo sé, la vida sigue. Lo difícil de entender es que tú no estás. Si supieras que muchas veces cierro los ojos y casi puedo escucharte, casi puedo tocarte, y se queda ahí en el "casi". La triste realidad es despiadada y el arte de no verte es exigente. Me pide que siga, que aprenda y que me acostumbre, que te lleve en mis recuerdos como si eso fuera suficiente. Pues no, siempre dolerá el no verte, el no oírte, el no tocarte. Siempre me dolerá. Muchas veces siento que mi alma se se degarra. La vida sigue, es como un río, ella no se detiene. Muchas veces siento ahogarme en medio de su corriente. Dicen que el tiempo lo cura todo, que la ausencia se va haciendo más ligera... ¡Qué saben del vacío enorme que dejaste? ¿Qué saben del difícil arte de no verte?. Por eso cada mañana elijo vivir para amarte cada día de mi vida, para llevarte conmigo siempre, pronunciar tu nombre sin que se me haga un n**o en la garganta. Este amor no se ha hecho cenizas , mucho menos polvo , este amor no se apagó con tu partida. Que , aquí sigues en mi corazón mi ángel de amor, sé que algún día nos reencontraremos y esa vez ya será para siempre. Te ama mamá 💕

No sé qué me duele más, si la tristeza de saber que no estás , o la soledad que me recuerda que no volverás mi Ángel de ...
12/09/2025

No sé qué me duele más, si la tristeza de saber que no estás , o la soledad que me recuerda que no volverás mi Ángel de Amor 💕

10/06/2025

Cicatrices

Cada cicatriz que llevamos es parte de nuestras vidas y nos recuerda por todo lo que hemos tenido que pasar. Para algunas personas, esas cicatrices tienen un significado que preferirían olvidar, pero para mí cada una tiene un significado especial. Claro, eso es algo muy personal. Yo, por lo menos, he tratado de que cada herida termine formando parte de mi historia, porque de alguna manera, cada una de ellas me ha enseñado a ser más fuerte, más resiliente, y llenar mi corazón de mucha fe y amor para continuar mi camino.

De lo que sí estoy segura es que todos estamos llenos de cicatrices de alguna u otra forma, en especial de esas que no se ven. Muchas veces estamos llenos de cargas, de heridas, pero también de mucha fe y esperanza para entender que el dolor no discrimina y que en algún momento de la vida nos toca afrontarlo. La vida sigue incluso en los momentos más oscuros, y es posible caminar con nuestras cicatrices y encontrar la fuerza para seguir adelante.

Entender que el dolor no es un castigo, sino una parte natural de la vida, es la clave para empezar a sanar. No necesitamos estar “completos” o totalmente curados para seguir adelante. Yo creo que ahí es donde está el verdadero desafío: aprender a caminar con nuestras heridas, sabiendo que no hay nada perfecto y que las cicatrices también son parte de nosotros.

Los duelos no son caminos rectos, ni siguen un patrón predeterminado. Cada persona experimenta el duelo de manera única, y lidia con sus pérdidas y el dolor de manera muy diferente. Eso está bien. Seguir los procesos sin quedarnos estancados es fundamental. Mostrar nuestra vulnerabilidad no es debilidad, es una muestra de coraje. Reconocer nuestras emociones y compartirlas es abrir un espacio para sanar y conectar con los demás de manera más auténtica y llena de coraje.

La resiliencia la vamos construyendo con nuestro andar, y cada paso que damos nos hace más fuertes. Aunque la vida nos deje cicatrices, eso no nos debe quitar las ganas de salir adelante en los momentos más difíciles. Tomando la determinación de continuar la lucha, aceptando nuestra fragilidad y aprendiendo a encontrar fuerza en medio de la adversidad, es ahí donde se descubre nuestra verdadera resiliencia.

Cuando peor nos trata la vida es donde mejor nos debemos tratar. En vez de darnos golpes de pecho, es en ese momento donde la amabilidad nos debe salir a flor de piel. Aprender a ser compasivos con nuestras propias caídas y errores, y tratarnos con la misma compasión que le ofreceríamos a cualquier amigo, es fundamental.

Que sea un día para entender que esa cicatriz es parte de nuestras vidas y nuestro proceso, y es lo que va a ayudarnos en nuestra transformación. Cuando salimos de ese estado de negación y aceptamos todo aquello que nos sucede, podemos liberarnos y sanarnos a nosotros mismos. La vida está llena de ciclos, de cambios, de dolor, de alegría... y cuando aprendemos a aceptar, estamos aprendiendo a fluir y ver nuestro camino de una manera diferente.

Y aunque las cicatrices nunca desaparecerán, podemos aprender a verlas como parte de nuestra historia, como recordatorios de nuestra fuerza y resiliencia. Podemos aprender a amarlas, a aceptarlas y a integrarlas en nuestra vida de manera que nos permitan crecer y sanar. Porque al final, no son las cicatrices las que definen quiénes somos, sino cómo las llevamos y cómo las superamos.

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