23/04/2025
Soltá a las personas que no están listas para quererte.
Es, probablemente, lo más difícil que vas a tener que hacer en tu vida. Pero también, lo más importante.
Dejá de forzar charlas pesadas con personas que no quieren cambiar.
Dejá de aparecer en la vida de quienes no se interesan por tu presencia.
Sé que tu instinto te lleva a buscar la aprobación de los demás, pero ese impulso te roba tiempo, energía, salud mental y física.
Cuando empezás a construir una vida con alegría, sentido y dirección, no todo el mundo va a estar preparado para acompañarte.
Y eso no significa que tenés que cambiar.
Significa que hay que soltar a quienes no están listos para caminar con vos.
Si alguien te ignora, te excluye, te trata mal o te olvida —y vos igual seguís ahí, dando tu tiempo y tu energía—, no te estás haciendo ningún favor.
La verdad es esta: no sos para todo el mundo.
Y no todo el mundo es para vos.
Eso es lo que te hace especial.
Cuando encontrás a alguien con quien hay reciprocidad, con quien podés compartir amor genuino, lo valorás el doble. Porque ya viviste lo contrario.
Cuanto más tiempo gastás tratando de hacerte querer por alguien que no está en condiciones de valorarte, más tiempo te alejás de alguien que sí puede y quiere hacerlo.
En este planeta hay miles de millones de personas.
Y muchas de ellas están listas para conectar con vos desde el mismo nivel de energía y propósito.
Cuanto más tiempo pasás rodeado de personas que te usan como almohada emocional, como plan B, o como terapeuta gratuito, más te alejás de la comunidad que realmente querés tener.
Tal vez, cuando dejes de aparecer, se acabe la necesidad.
Tal vez, cuando dejes de insistir, la relación se termine.
Tal vez, cuando dejes de escribir, tu teléfono se quede en silencio por semanas…
Y eso no significa que vos arruinaste el vínculo.
Significa que lo único que lo sostenía era la energía que vos ponías para mantenerlo vivo.
Eso no es amor. Es apego.
Y muchas veces, lo que en realidad querés… es darle una oportunidad a alguien que no se la merece.
¡Pero vos sí te la merecés!
Merecés mucho más.
Y hay personas que simplemente no tienen que estar en tu vida, y lo vas a terminar entendiendo.
Lo más valioso que tenés es tu tiempo y tu energía.
Ambos son limitados.
Lo que hagas con ellos va a definir tu existencia.
Y cuando tomás conciencia de eso, empezás a entender por qué te sentís tan incómodo cuando compartís tu tiempo con personas, actividades o lugares que no te hacen bien.
Porque te están robando la energía.
Ahí entendés que lo más importante que podés hacer por vos y por los demás… es proteger tu energía con todo.
Convertí tu vida en un refugio.
Un lugar seguro al que solo entren personas compatibles.
No sos responsable de salvar a nadie.
No tenés que convencer a nadie de que sea mejor.
No viniste a este mundo para vivir por otros.
Porque si vivís sintiéndote obligado, si das por miedo a no recibir, vas a convertirte en el origen de tus propios conflictos.
Tu única obligación real es tomar conciencia de que sos el dueño de tu vida.
Y aceptar el amor que realmente merecés.
Animate a recibir amistades sinceras, compromiso real, y amor pleno, de personas sanas y con buenos valores.
Y vas a ver…
Un día te vas a despertar y te vas a dar cuenta de que todo cambió.
Porque tu mundo va a estar lleno de personas positivas, bondadosas, y energía linda que se devuelve y se multiplica.
Los cambios te van a regalar el amor, el respeto, la felicidad y la contención que vos te merecés.
— Anthony Hopkins