04/07/2025
Bochalema: Ecos de un pueblo ancestral
Hace muchos siglos, antes de que el humo del tren se alzara sobre las montañas, Bochalema era un territorio sagrado. Allí vivían los barí, hábiles cazadores y guardianes de la selva; los chitareros, expertos agricultores y comerciantes; y los bocalemas, un grupo que habitaba las faldas de las montañas, conocidos por sus cantos rituales y su profunda conexión con los espíritus del agua y del bosque.
Los barí recorrían los senderos selváticos, protegiendo los animales y los árboles como hermanos. Los chitareros cultivaban maíz, tabaco y cacao, y comerciaban con otros pueblos a lo largo del río Pamplonita. Los bocalemas construían sus casas de palma y barro, y cada luna llena se reunían para danzar alrededor del fuego, narrando las historias del origen del mundo.
Pero un día, el horizonte se llenó de hombres extraños con cruces, caballos y espadas. Llegaron los conquistadores españoles, trayendo consigo el deseo de oro y tierras, y la cruz del cristianismo. Empezó así un tiempo de dolor y resistencia.
Las campanas de las nuevas iglesias comenzaron a sonar, reemplazando el tambor y la flauta de los indígenas. Los frailes enseñaban el catecismo en lenguas extranjeras, mientras en las noches los ancianos barí, chitareros y bocalemas contaban en secreto las historias de sus dioses antiguos para que no se perdieran.
Surgió entonces la endoculturación: para sobrevivir, los pueblos indígenas empezaron a adoptar las costumbres españolas, vistiendo ropas distintas y participando en los rituales cristianos. Sin embargo, bajo esas nuevas costumbres seguían escondidos sus verdaderos dioses y sus cantos sagrados.
Pasaron los siglos. El tren llegó a Bochalema, trayendo más forasteros, comercio y la promesa de progreso. El paisaje cambió, pero bajo las piedras de las calles y entre las flores rojas y amarillas seguían latiendo los ecos de los barí, chitareros y bocalemas, guardianes ancestrales de esa tierra.
Hoy, cuando el silbido del tren se escucha entre las montañas, aún hay quien afirma que en el susurro del viento viven las voces de aquellos pueblos originarios, recordándonos que Bochalema es un lugar donde la historia, la resistencia y los ecos ancestrales jamás se han apagado.
Biblioteca Nacional de Colombia 🇨🇴