06/03/2023
Extraido del libro "Magia Ogdoaica" de Norman R. Kraft
¿QUÉ ES LA MAGIA?
Existen muchas definiciones hermosas y populares de la
magia. Denning y Phillips, conocidos autores de la tradición de la Aurum Solis, han escrito que "magia es la producción de un efecto deseado, ya sea interno o externo al mago, por medio de una deliberada y especial utilización de poderes y facultades inherentes
a la psique"
1. Murry Hope, mago de una tradición emparentada, definió la magia como "interesada en la conversión de las energías universales en frecuencias prácticas que puedan ser utilizadas según las necesidades de la ocasión. En sí mismas, estas energías son totalmente neutrales, sin afiliación alguna a ninguna creencia, confesión o personalidad, tanto de la Tierra como de cualquier otro lugar del cosmos, siendo su manifestación influida en el nivel mágico enteramente por la naturaleza e intención del usuario"
2. Eliphas Levi captó de manera muy hermosa la esencia de la magia cuando la describió como "...lo que creó Dios antes de todas las cosas al decir: Hágase la luz"
3. La definición de Aleister Crowley sigue siendo muy popular, aunque a menudo malinterpretada: "La magia es la Ciencia y el Arte de hacer que el Cambio suceda en conformidad con la Voluntad"
Aunque estas citas tienen su utilidad, las definiciones de la magia son semejantes a las del Tao: en el momento en que la describes con el lenguaje, ya has perdido contacto con ella. Aunque muchas de las herramientas de la
magia son las del intelecto y la mente, su esencia sigue siendo misteriosa al intelecto, algo mucho más que humano, algo que existe en reinos y modos
del ser que no podemos conocer desde nuestra limitada perspectiva terrenal.
Mientras que es natural al principio confiar en lo que otros magos han dicho sobre la magia, en el fondo, se trata de algo que cada uno definirá por sí mismo, pues, en cierto sentido, todos conocemos y sentimos instintivamente la magia en nuestro interior. Leer que "todo acto intencional
es un acto mágico
En su libro, Applied Magic, Dion Fortune observa que muchos sistemas orientales, como el de los tibetanos, son bastante libres al hablar de sus bases filosóficas e intelectuales. Lo que sigue siendo secreto son los métodos prácticos para usar esa información. Lo mismo sucede con el método de los sistemas occidentales: el alfabeto hebreo y el Arbol de la Vida de la Cábala
estuvieron una vez considerados como profundos secretos de hermandades adictas, pero hoy son conocidos comúnmente. Hay muchos libros, páginas de Internet y clases sobre estos temas, pero pocos analizan qué hacer con las tecnologías de la mente y la alquimia del espíritu descubiertos a través del cuidadoso trabajo de practicantes dedicados. Cualquiera puede comprender las formas externas, pero los misterios internos y la sabiduría
secreta de las grandes órdenes mágicas permanecen tan ocultos como antes.
Como gran parte de esta cuestión sólo puede responderse mucho después del progreso del mago, examinemos unas cuantas ideas básicas para empezar.
La magia puede dividirse en dos áreas primarias: foco e inspiración. Estos dos términos pueden ampliarse en
muchas vertientes: mente y respiración, concentración y fervor religioso,técnica y emoción, etc.
Es el foco de la voluntad y el pensamiento conducidos por el gran poder de la luz interior.
En nuestra cultura, el foco es lo más fácil de conseguir. En nuestra vida nos han enseñado todo mediante el aprendizaje en libros y memorización. Sin embargo, si no desarrollamos el segundo aspecto, la inspiración, la magia se queda en nada. Sería como el diseño minucioso
de un dispositivo de láser sin una fuente de luz: los láseres simplemente enfocan e intensifican la luz que ya está ahí, pero no pueden crear la luz, al margen de lo bien diseñados y construidos que estén.
En Occidente, la magia ha sufrido con frecuencia un excesivo desarrollo de su lado intelectual. Una crítica frecuente de los magos occidentales se refiere a que todo lo que hacemos es leer y comentar, leer y comentar. Es verdad que el intelecto es un aspecto importante de la
magia, pero ese énfasis en la mente ha contribuido a crear una considerable multiplicación de magos de sillón, tan abundantes en la actualidad. El estudio de la magia no es como la obtención de un título universitario; es un modo de vida y una forma de vivir. Uno puede estudiar medicina, pero está claro que para la mayoría de nosotros
convertirse en doctor requiere un salto más allá de la compresión de los temas básicos implicados.
En múltiples ocasiones he asistido a rituales bien diseñados en los que los magos han cumplido correctamente cada detalle, pero que sencillamente no lograron sacar adelante ninguna clase de verdadero
poder. No importa lo bien diseñado que esté el rito; no importa lo brillantes que sean los vestidos, las colgaduras y demás herramientas; no importa con qué precisión pronuncie el mago cada palabra, todos estos
aspectos suman en total poco más que el láser minuciosamente diseñado aunque carente de una fuente de luz. Sin la inspiración del corazón, sin
las aspiraciones que brotan de dentro, el rito más brillantemente ejecutado no manifestará el tipo de energía y poder que buscamos.
Un mago con empuje e inspiración puede hacer más con un rito escasamente trabajado que un mago impecable que carece de entusiasmo sobre el propósito del ritual o que se distrae tanto en los detalles que los aspectos sutiles del ritual se pierden...
( De vez en cuando me encuentro con alguien de la comunidad mágica que declara que ya no quedan
secretos en la magia. Mi respuesta es siempre la misma: los que dicen esto nunca conocieron antes
ningún secreto. Las grandes órdenes no son generosas con sus conocimientos duramente ganados y
fuertemente ocultos. Lo que hace poderosos a estos secretos es el silencio. ¿Quién, habiendo conseguido
estos misterios duramente aprendidos, les arrebatará su poder traicionando sus juramentos? En una
vena menos esotérica, es una verdad filosófica y lógica que uno nunca puede probar que algo no existe,
sólo que sí existe, y sólo con pruebas).