03/03/2021
¿VALE LA PENA CASARTE?
El amor, el compromiso, la construcción de un proyecto de vida en común, la entrega incondicional en los buenos y no tan buenos momentos son grandes razones que llevan a muchos a optar por el matrimonio como camino de felicidad y opción de vida. Si bien es cierto que todos queremos amarnos para siempre, entonces ¿por qué los jóvenes hoy no quieren casarse? ¿será que les hemos transmitido el mensaje equivocadamente? Podría ahondar en múltiples razones de por qué los jóvenes prefieren cohabitar, probar o mantener su “libertad”, pero considero más productivo retomar la idea de porque vale la pena casarse.
1. Casarse implica entregarse por amor al otro, es decir, con el “Si acepto”, no solo estoy afirmando el gran amor que tengo por mi novio o novia, sino que decididamente quiero amarle sin importar el tiempo, el dinero, la belleza, las circunstancias. Algo muy diferente a un “probemos a ver si funciona” o “miremos si somos compatibles en la convivencia”. Cuando hay una entrega comprometida estamos como equipo decididos a luchar por la causa y dar el 100% de lo que somos.
2. Si partimos como tripulantes en el mismo barco compartiremos no solo el viaje, las aventuras, las tormentas o turbulencias, sino que tendremos la certeza de dirigirnos hacia un mismo destino, es decir, el matrimonio me permite pensar en un futuro lejano, en construir un proyecto de vida juntos, en ser cómplices de sueños, en asumir riesgos, tener experiencias, envejecer juntos y disfrutar el viaje.
3. El matrimonio te brinda la seguridad y certeza de querer formar una familia, esta abierto desde su inicio a la vida, siendo este uno de sus fines, así como lo es el quererse y el apoyarse en pro de la unidad y la felicidad.
4. Cuando de felicidad se trata, el matrimonio con el paso del tiempo se centra más en hacer feliz al otro, en buscar cada día ser mejor persona para dar lo mejor de sí, sin egos, ni rivalidades, es un engranaje donde tu felicidad es motor de la mía, siendo el uno para el otro el complemento perfecto.
5. Por último, para los creyentes y todos los bautizados, el matrimonio celebrado como sacramento, trae consigo un estado de gracia renovadora, que nos fortalece y guía hacia las virtudes propias de los esposos como la fidelidad, la paciencia, la justicia, la fortaleza, la caridad y la fe. ¿Si Dios está con nosotros?, ¿Quién contra Dios?
Antes de irte a vivir con otra persona, reflexiona si en el fondo no estas seguro de querer comprometerte tanto y quizás estés entregando tus mejores años con pocas certezas… Si en realidad hay amor, no lo dudes, ¡el matrimonio vale la pena!
Pao Arbelaez