17/04/2025
El hombre que escribió el destino de sus hijas… antes de que nacieran
En 1980, Richard Williams encendió el televisor y vio a una tenista rumana recibir un cheque de $40.000 por ganar un torneo.
Era más de lo que ganaba en un año.
Ese momento lo cambió todo.
Apagó el televisor, tomó papel y lápiz… y escribió un plan de 78 páginas.
Su objetivo: que sus futuras hijas, aún no nacidas, conquistaran el mundo del tenis.
Había un pequeño detalle:
Richard no sabía nada de tenis, vivía en Compton, California, una de las zonas más peligrosas del país, y no tenía dinero.
Durante cinco años, estudió revistas, videocasetes y aprendió a jugar por su cuenta.
Después, puso una raqueta en las manos de Venus y Serena.
Y el plan… comenzó a moverse.
Recolectaba pelotas usadas en clubes de campo.
Entrenaba con sus hijas en canchas públicas.
A menudo era golpeado por pandilleros mientras las defendía.
Una vez, por no abandonar la cancha, le rompieron la nariz, la mandíbula, los dedos y le sacaron varios dientes.
> “La historia recordará al hombre sin dientes como un monumento al coraje”, escribió en su diario.
En un deporte blanco, elitista y cerrado, una familia negra era mirada con desprecio.
“¿Por qué nos miran así, papá?”, preguntaron un día.
> “Porque no están acostumbrados a ver gente tan guapa”, respondió Richard.
Años después, el calendario decía: Wimbledon, 2000.
Una joven negra, alta y poderosa, entraba a la cancha con su padre en la grada.
Venus Williams ganó su primer Grand Slam.
Y Richard… bailó con lágrimas en los ojos.
Luego vendría Serena, con 23 títulos de Grand Slam, y un legado que cambiaría el deporte para siempre.
Pero más allá de los trofeos, soportaron burlas, insultos racistas y comparaciones crueles.
Su padre les enseñó que la mejor venganza era responder con la raqueta.
> “Un día ganaremos Wimbledon, y no será por nosotras.
Será por los pobres y desvalidos de Estados Unidos.” —Richard Williams
Hoy, millones de niñas —y niños— saben que sí se puede.
Porque un padre soñó por ellas antes de que pudieran soñar por sí mismas.