12/05/2025
VENDEN CULTURA COMO SI FUERA PSICOLOGÍA
¡Quien vive en un mundo de círculos le cuesta entender la importancia de los cuadrados¡
Hoy día circula en muchos espacios, incluyendo las conversaciones o exposiciones de profesionales que atienden la salud mental, la idea de que durante una sesión psicoterapéutica el hablar sobre la historia del paciente no es relevante para fines terapéuticos, esto suelen defenderlo desde dos ángulos, el primero, una creencia consciente en que el único uso que se puede hacer de la historia de un paciente no pasa de un recordar inutil de eventos que remiten a afectos y experiencias desagradables, el segundo, una posición inconsciente fruto del pertenecer a la cultura occidental moderna, caracterizada por culto al presente y el narcisismo, son estas dos cosas las que quiero abordar en este breve escrito.
Es bien conocido el cómo una cultura incide en cómo los sujetos de tal cultura construyen modelos con los que se explican la realidad, por ejemplo, el círculo era simbolo de perfeccion para los griegos, cosa curiosa cuando se recuerda que las primeras conceptualizaciones de las órbitas planetarias eran circulares y no elipses, como ha demostrado la astronomía que realmente son… ¿ Con cuantos otros campos de la realidad sucederá algo similar?.. pensemos entonces esta cultura, el occidente moderno.
El culto al presente, característico de la modernidad, brota principalmente de tres fuentes, primero, la ruptura filosófica con las tradiciones y metarrelatos, segundo, el futuro percibido como amenazador por los sujetos posmodernos, tercero, el proceso de personalización y cuarto la exaltación del presente vía la continua gratificación inmediata que proponen las tecnologías y el mundo online, veamos un poco de cada uno.
En primer lugar, la razón y la duda, como motores modernos que inauguran la ciencia y la modernidad, proceden a hacer cortes con los marcos filosóficos de religiones, tradiciones e ideologías, ese movimiento de ruptura dejará huellas imborrables en la subjetividad moderna, pues ¿ De dónde procede esa idea de un sujeto no determinado por su historia? pues de un deseo por no estar sujeto a nada, si leemos “ la era del vacío” de Lipovetsky nos contará sobre la modernidad lo siguiente:
“La sociedad moderna era conquistadora, creía en el futuro, en la ciencia y en la técnica, se instituyó como ruptura con las jerarquías de sangre y la soberanía sagrada, con las tradiciones y los particularismos en nombre de lo universal, de la razón, de la revolución.” p.10
Esas rupturas con el Otro en pro de la libertad, tarde o temprano se deslizaron hasta convertirse hoy día en una especie de alergia al otro y al Otro, a cualquier forma de determinación, es por eso, que en cada institución desde que estamos muy jovenes se nos reclama tener un deseo propio, no incidido por nadie, como si cualquier forma de determinación fuera una especie de enfermedad, y adivinen qué Otro ha sido objeto de tal estigmatización, la familia, la biografía, la historia propia de los lazos con otros; hoy día proliferan las psicologías de tips centrados en el presente, los cuestionamientos light que no toquen nada de lo sucedido en el pasado, y habría que preguntarles a esos “investigadores” ¿ son portadores de la razón o simples modernos en ruptura permanente con el Otro? ¿ por qué llamar a semejante protesta prolongada psicologías o terapéuticas?.
En segundo lugar, se encuentra el proceso a través del cuál el sujeto posmoderno ha percibido como amenazador el futuro gracias a diversas crisis económicas, políticas, sociales, de seguridad, etc, bien no lo cuenta Lipovetsky (1986) así:
“La derrota del Vietnam, el asunto Watergate, el terrorismo internacional, pero también la crisis económica, la escasez de las materias primas, la angustia nuclear, los desastres ecológicos (C.N. pp. 17 y 28) han provocado una crisis de confianza hacia los líderes políticos, un clima de pesimismo y de catástrofe inminente que explican el desarrollo de las estrategias narcisistas de «supervivencia», protegiendo la salud física y psicológica. Cuando el futuro se presenta amenazador e incierto, queda la retirada sobre el presente, al que no cesamos de proteger, arreglar y reciclar en una juventud infinita.” p. 51
Vean entonces que ese culto al presente no es un gran acto de la razón, sino un replegamiento fruto de percibir el futuro como amenazador y al pasado como en desuso.
En tercer lugar, se encuentra el proceso de personalización, al respecto nos cuenta Lipovetsky (1986):
“De hecho, el narcisismo surge de la deserción generalizada de los valores y finalidades sociales, provocada por el proceso de personalización. Abandono de los grandes sistemas de sentido e hiperinversíón en el Yo corren a la par” p. 53
Lipovetsky llama personalización a un fenómeno cultural y social en el que el individuo se convierte en el centro de valor y referencia, pues el consumo de información, placeres, objetos, etc, se han hecho cada vez más a la medida de cada individuo, cada quien con su dispositivo, su música, sus objetos, sus gustos; el mundo contemporáneo es un mundo en que cada individuo consume de sí a través de todo aquello con lo que se identifique.
Y sobre esos sistemas que favorecen la personalización Lipovetsky añade que son:
“sistemas de «rostro humano» que funcionan por el placer, el bienestar, la desestandarización, todo concurre a la promoción de un individualismo puro, dicho de otro modo psi, liberado de los encuadres de masa y enfocado a la valoración generalizada del sujeto. (....) es el «materialismo» exacerbado de las sociedades de la abundancia lo que, paradójicamente, ha hecho posible la eclosión de una cultura centrada en la expansión subjetiva, no por reacción o «suplemento de alma», sino por aislamiento a la carta.” p.53
Habría que estar atentos, cuando se nos venda cultura con el nombre de psicología…