22/11/2025
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Hoy estuve cocinando Chopsuey y mi memoria olfativa me transporto a los años maravillosos en que vivía con mi padre...el señor Fang, un hombre de pocas palabras, pero de grandes saberes... oriental, chino quien migro a Colombia a sus 40 años.
No era fácil para mi padre comunicarse conmigo ni para mi como niña, adolescente y mujer entenderlo, por sus falencias en el español para comunicar sus sentimientos y su propia idiosincrasia, lo que me dificultó entender al hombre más importante de mi vida.... mi amado padre.
Ahora que soy también inmigrante, tengo la oportunidad como Mediadora Lingüistica cultural de entender mi propio proceso, para así también ayudar a otros a cruzar este puente.
Les cuento desde mi historia, la historia de muchos padres e hijos con esta condición de trotamundos....
Comunicarse en otro idioma, no es fácil, sobre todo cuando se trata de trasmitir sentimientos comprender un poema, reflexionar sobre una regla o un problema matemático, entre otros, lo que representa un gran obstáculo y en algunos casos, se trata de aprender nuevas palabras para expresar conceptos y conocimientos ya adquiridos (en el caso de niños que ya están escolarizados); en otros, en cambio, es necesario aprender al mismo tiempo las ideas, los conocimientos y las palabras para expresarlos. Y nuevamente, es necesario aprender el nuevo código para la comunicación oral e ingresar las reglas, los símbolos de la escritura. La adquisición de las habilidades lectoras y escritas principalmente en la segunda lengua es un hecho de gran importancia, no solo para el menor extranjero, sino para todo el núcleo y la historia de la familia.
Aprender a leer y escribir en la "lengua del otro" se configura para los niños extranjeros como un verdadero proceso de iniciación. De hecho, se produce un cambio profundamente ligado a la representación del mundo y la realidad, a los lazos de pertenencia. Ante nuevos problemas didácticos y necesidades lingüísticas específicas, los profesores a veces son incapaces de distinguir entre los diversos obstáculos, de "sopesarlos" y dosificarlos gradualmente y, por tanto, de dedicarles una atención y un tiempo diversificados. Nos angustiamos porque el alumno recién llegado “no habla ni una palabra de italiano”, aunque aprenda el idioma concreto, es un obstáculo que se puede superar en bastante poco tiempo. Al mismo tiempo, se subestiman los esfuerzos y tiempos que requiere el italiano para estudiar, creyendo que, cuando un alumno es capaz de comprenderse y expresarse en la vida cotidiana, también puede seguir el programa y las lecciones. Por tanto, se dramatizan los problemas de la primera fase y se subestiman los obstáculos reales vinculados al lenguaje de estudio y las distintas disciplinas. Además, a menudo se olvida que, además del italiano, las biografías lingüísticas de los alumnos extranjeros también incluyen el código materno, la lengua de origen y, a veces, una lengua extranjera.