14/10/2020
VELAR POR LA AUTÉNTICA ENSEÑANZA
Hace ya varias décadas que Theos Bernard escribió muy acertadamente: "El estudio sistemático del yoga ha decaído en los últimos siglos a causa de la indolencia, la ignorancia y la inescrupulosidad de sus partidarios. El cáncer de la pereza, el egoísmo y la decepción comenzó con su labor destructora. Ritos corrompidos, falsas ideas y dogmas condujeron a las personas a la corrupción. Actualmente solo son accesible al investigador los restos del verdadero yoga. Aún en la India, la patria del yoga, prevalece al respecto en general una ignorancia suprema, crítica que no excluye a los círculos más cultos". Lamentablemente la situación no ha mejorado mucho, a pesar de los estudios formidables sobre el sistema yoga y disciplinas afines a de mentes muy brillantes en dicho ámbito como las de Mircea Eliade, Jean Varenne, Masson Oursel, Evans Wentz, Zimmer o Arthur Avalon.
Ayer hablaba largamente sobre el tema con el profesor de yoga Roberto Majano, tan atribulado como yo al comprobar los derroteros que ha tomado el yoga en Occidente, alentado - y esto es muy grave- por los primeros mentores indios que llegaron a Occidente, y que, para comercializarlo, no dudaron en falsearlo, degradarlo y prostituirlo, convirtiendo el yoga psicofísico (hatha-yoga) en un "yoga" agresivamente gimnástico o una simple calistenia exótica para avivar las endorfinas y afirmar el narcisismo, en lugar de utilizar el cuerpo como herramienta para estabilizar la mente, transformarse y mejorarse, elevando el umbral de la consciencia. Como me señalaba Roberto Majano, para eso es mucho mejor hacer deporte y gimnasia, o disciplinas físicas de cualquier tipo, pero no llamarles yoga ni ofrecerlo como tal, confundiendo a miles de personas. Roberto se ha adiestrado con perseverancia, desde los trece años de edad, en un buen número de técnicas gimnásticas, culturistas y deportivas, estando titulado en algunas de ellas. Además de ser un intrépido bombero (lo que exige una considerable preparación física) es experto en Karate, escalador, practicante de Tai-chi y profesor de yoga. Por eso insiste en que una cosa es el auténtico yoga, que tiende a procurar quietud y paz interior, y otra los ejercicios de "yoga" contorsionista que agitan y carecen de cualquier intencionalidad de progreso interior. Al enrarecido rumbo que ha tomado el yoga físico, se suma, como una verdadera lacra, lo que podríamos denominar el espurio negocio del yoga (directivos que explotan el "yoga" sin la menor mira espiritual) o monopolios que imponen sus normas para la formación de profesores, repartiendo títulos a doquier, y que han logrado que haya más profesores "titulados" que alumnos, se declaran además como organizaciones no lucrativas. Se pone el énfasis en la práctica circense, y se ignora lo que define al verdadero yoga: la búsqueda interior, el trabajo sobre uno mismo y el autodesarrollo. Ni que decir tiene que los "yogas" gimnásticos producen infinitamente más lesiones que el auténtico hahta-yoga, cuyas técnicas bien ejecutadas están exentas de cualquier riesgo. Los casos de lesiones producidos por los "yogas" agresivos son innumerables y en su fuero interno, a poca honestidad que uno tenga consigo mismo, así lo saben los profesores de tales modalidades yóguicas.
Al habla con el profesor de yoga Antonio García Martínez, ¡con cuánta razón me comentaba el enorme daño que ha causado al yoga el surgimiento de toda una industria pseudoyóguica y y pseudoespiritual que no busca otra cosa que enriquecerse y que por ir en su propio beneficio desprecian el de las otras personas. ¿Eso es yoga?
Como señala Agustín Pániker en mi libro "Yoga, método Ramiro Calle", dadas las grandes cantidades de dinero que se mueven ahora a la sombra (sombra que no luz) del yoga, han surgido más caraduras que nunca. Y como en este mismo libro enfatiza Álvaro Enterría, hay que desenmascarar todos los movimientos neoyoga, neotantra o neovedanta.
Hoy más que nunca se necesitan profesores serios, honestos y rigurosos que velen por el verdadero yoga y cooperen en regenerarlo. Así como Occidente ha falseado en muchos sentidos el yoga, ahora tiene la preciosa oportunidad de cooperar en depurarlo. Lo importante es que el practicante sepa qué está practicando y así pueda optar, pero con conocimiento del tema y pudiendo elegir entre el auténtico yoga o el yoguismo. El auténtico yoga es un sistema de autodesarrollo, que incluye el trabajo consciente sobre el cuerpo. Y como los verdaderos yoguis invitan a que utilicemos esa maravillosa función que es el discernimiento, la persona interesada en el conocimiento y práctica de esta disciplina, debe comenzar por discernir entre lo que es yoga y lo que no lo es, y no dejarse engatusar por las modas, las industrias, monopolios y empresas de yoga, que solo quieren hacer dinero y no tienen el menor interés en velar por la auténtica enseñanza.
UN POCO DE INFORMACIÓN:
Recomiendo las clases, tanto on line como presenciales, de la fenomenal profesora de yoga Isabel Morillo, cuyo enlace es https: //www.yogaarguelles.es/
En Barcelona siempre recomiendo a la rigurosa profesora de yoga Mónica del Milagro: monydel milagro 22@gmail.com
A los que os gusta la buena fotografía no puedo dejar de recomendaros el instagram de Liliana Riesco, fabulosa fotógrafa, además de la magnífica coordinadora de este facebook. Su instagram es:
Se ha publicado mi obra EL MILAGRO DEL YOGA con la editorial Kairós.
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Estamos dando diariamente clases de yoga en Shadak, tanto de hatha-yoga como de meditación y radja-yoga.