10/11/2025
Después de salir de una relación con una persona narcisista, el cuerpo, la mente y el corazón entran en un proceso profundo que muchas personas viven en silencio.
Y aunque se siente caótico, cada sensación tiene una explicación.
Las etapas por las que se pasa suelen ser:
1. La desubicación total
Nada se siente estable. La realidad parece desplazada. Todo queda en pausa.
2. La tormenta emocional
Una mezcla intensa entre ira, confusión, tristeza, llanto y frustración.
Las emociones vienen en oleadas, sin orden y sin medida.
3. La disonancia cognitiva
La mente entiende que debe soltar, pero el corazón sigue enganchado a la promesa del amor que nunca fue real.
Aquí hay un choque entre lo que se sabe y lo que se siente.
4. Las preguntas que duelen
“¿Hice algo mal?”, “¿esto fue mi culpa?”, “¿si hubiera hecho más habría funcionado?”.
La culpa se vuelve un eco constante.
5. La dependencia emocional-química
El cuerpo libera grandes cantidades de cortisol y comienza a buscar a la otra persona como si fuera una adicción.
No es amor. Es condicionamiento emocional.
6. La soledad aparente
Muy pocas personas quedan cerca, porque antes de la ruptura, la persona narcisista ya había hecho una campaña silenciosa de desdibujar tu imagen para proteger la suya.
Y aquí algo esencial:
Lo que recibiste en esa relación no es ni el 5% de lo que realmente mereces vivir en un vínculo sano, recíproco y consciente.
Y también:
Todo lo que estás sintiendo tiene causa y tiene vencimiento.
No es permanente. No te vas a quedar así.
Cuando este proceso se atraviesa con acompañamiento terapéutico, claridad emocional y sostén, llega la etapa más luminosa: el regreso a ti.
A tu fuerza. A tu intuición. A tu dignidad.
A la posibilidad real de recibir amor verdadero.
Si este mensaje resonó contigo, puedes escribirme.
No tienes que atravesar este proceso en soledad.