06/09/2025
CORRESPONDENCIA ENTRE BILL W. FUNDADOR DE ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS Y EL DR, CARL GUSTAV JUNG
La carta de Bill a Jung , fechada el 23 de Enero de 1961, está entre las más elocuentes de las miles que escribió durante su vida .
Después de presentarse a sí mismo, Bill escribió:
"... Me pregunto si usted está consciente de una cierta conversación que una vez tuvo con uno de sus pacientes, el Sr. Roland H, allá a principios del decenio de 1930, que desempeñó un papel crítico en la fundación de nuestra Fraternidad.
.. Nuestro recuerdo de las afirmaciones de Roland H. respecto a su experiencia con usted, es como sigue:
Habiendo agotado otros medios para recuperarse de su alcoholismo , fue alrededor de 1931 cuando se convirtió en su paciente.
Parece ser que durante un año permaneció bajo su cuidado.
Su admiración por usted no tenía límites y al término del tratamiento se quedó con una sensación de mucha confianza.
Para su consternación, pronto recayó en la intoxicación . Convencido de que usted era su "Ultima tabla de salvación", regreso una vez más bajo su cuidado.
Luego, siguió la conversación en la que usted se iba a convertir en
EL PRIMER ESLABÓN DE LA CADENA DE ACONTECIMIENTOS, QUE CONDUJERON A LA FUNDACIÓN DE ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS.
..Ante todo, le habló con franqueza de su desesperanza, al menos en lo que podía referirse a cualquier tratamiento médico o psiquiátrico posterior. Esta sincera y humilde declaración suya, sin lugar a dudas fue la primera piedra básica sobre la que, desde entonces, se ha construido nuestra Fundación.
Al venir de usted, en el que tanto confiaba y al que tanto admiraba, el impacto sobre él fue inmenso.
Cuando, entonces, le preguntó si habría alguna otra esperanza, usted afirmó que podía haberla, contando con que él llegara a ser el sujeto de una experiencia espiritual o religiosa; en resumen una revisión genuina.
Le señalo cómo una experiencia así, si se llevaba a cabo, podría remotivarlo cuando ninguna otra cosa lo haría; sin embargo, le advirtió, que en tanto esas experiencias, algunas veces llevaban la recuperación a los alcohólicos, no obstante, relativamente eran raras.
Le recomendó que se ubicará en una atmósfera religiosa y que esperara lo mejor.
Creo que está fue la sustancia de su consejo.
Poco después de eso, el Sr. Roland H. ingresó al
Grupo Oxford, un movimiento evangélico que entonces estaba en la cúspide de su éxito en Europa, el que indudablemente a usted le es familiar.
Recordará el gran énfasis que ponían en los principios de la búsqueda en sí mismo, la confesión, la restitución y el dar de uno mismo en servicio de otros.
Subrayaban con fuerza la meditación y la oración.
En este ambiente, Roland H. sí encontró una experiencia de conversión que lo liberó, por el momento, de su compulsión por beber.
Muy larga en su totalidad, la carta prosigue narrándole a Jung cómo llegó el mensaje a Bill en el punto más bajo de su alcoholismo; describió su propio despertar espiritual, la fundación subsecuente de A.A. y las experiencias espirituales de muchos miles de miembros.
Como se refirió Bill W:
"Este concepto probó ser el fundamento de un éxito tal como el que ha logrado desde entonces Alcohólicos Anónimos Esta ha hecho que la experiencia de conversión ...esté disponible sobre una base de casi al mayoreo
El final de la carta fue en donde Bill es más fino:
"...Como ve, está asombrosamente larga cadena de acontecimientos empezó hace mucho en su consultorio y estuvo fundada, de una manera directa, sobre su propia humildad y profunda percepción .
Muchos Alcohólicos Anónimos serios son estudiosos de sus escritos.
A causa de su convicción de que el hombre es algo más que intelecto, emoción y productos químicos que valen dos dólares, usted nos es en especial muy querido...
Por favor esté seguro de que su lugar en el afecto, y en la historia de nuestra Fraternidad, es como el de ningún otro.
Agradecidamente".
LA RESPUESTA DE JUNG, que en la línea de la fecha dice Kusnacht Zurich, 30 de Enero de 1961, se lee en su integridad:
"Estimado Sr. Wilson:
Realmente su carta ha sido muy bienvenida.
Ya no había vuelto a tener ninguna noticia de Rowland H. y, con frecuencia, me preguntaba cuál habría sido su destino. Nuestra conversación, de la cual le informó de una manera adecuada , tuvo un aspecto del que él no supo.
La razón por la que no podía decirle todo fue que en aquellos días yo tenía que ser extremadamente cuidadoso con lo que decía, ya que me di cuenta de que era malinterpretado en todas las formas posibles , y por eso fui muy cuidadoso cuando hablé con Rowland H.; pero, en lo que pensé en realidad, fue en el resultado de muchas experiencias con hombres de su tipo.
Su ansia de alcohol era el equivalente a un nivel bajo de sed espiritual de nuestro ser por la integridad que, expresado en lenguaje medieval, es la unión con Dios.
¿Cómo podría formular una cierta percepción así en un lenguaje que no sea malinterpretado en nuestros días?
La única forma correcta y legítima de una experiencia así, es que en la realidad te sucede y que sólo ocurre cuando caminas sobre una senda que te conduce a una comprensión más alta.
Tú podrías ser conducido a esa meta por un acto de la gracia o mediante un contacto personal y honesto con amigos, o por medio de una educación más alta de la mente , más allá de los confines del mero racionalismo.
Por su carta veo que Rowland H. ha escogido el segundo camino que, bajo las circunstancias, de una manera evidente, era el mejor.
Estoy fuertemente convencido de que el principio del mal que prevalece en este mundo conduce a la perdición, a la necesidad espiritual sin reconocer, si no es contrarrestado por una percepción religiosa real o por el muro protector de la comunidad humana.
Un hombre ordinario, que no está protegido por una acción desde lo alto y se encuentra aislado de la sociedad, no puede resistir el poder del mal, al que muy aptamente se le llama Diablo; pero el uso de esas palabras hace surgir tantos errores, que uno sólo puede permanecer alejado de ellas tanto como le sea posible.
Estas son las razones por las que no pude dar a Rowland H. una explicación plena y suficiente, pero me estoy arriesgando con usted en atención a su muy decente y honesta carta, concluyo que ha adquirido su punto de vista acerca de las de las engañosas sandeces que uno escucha, por lo general, acerca del alcoholismo.
Alcohol en latín es spiritus y se utiliza la misma palabra para la más alta experiencia religiosa, al igual que para el más depravante veneno.
Por lo tanto la fórmula útil es spiritus contra spiritum.
Agradeciéndole una vez más su amable carta, quedó de Ud., sinceramente,
Carl Gustav Jung"
Libro Transmitelo
pág 376
AA