16/10/2025
𝐄𝐋 𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐅𝐄 𝐍𝐎 𝐋𝐄 𝐓𝐄𝐌𝐄 𝐀 𝐋𝐎 𝐏𝐎𝐑𝐕𝐄𝐍𝐈𝐑
❞𝐏𝐨𝐫 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐨𝐬 𝐝𝐢𝐠𝐨: 𝐍𝐨 𝐨𝐬 𝐚𝐟𝐚𝐧𝐞́𝐢𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐯𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚, 𝐪𝐮𝐞́ 𝐡𝐚𝐛𝐞́𝐢𝐬 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐫 𝐨 𝐪𝐮𝐞́ 𝐡𝐚𝐛𝐞́𝐢𝐬 𝐝𝐞 𝐛𝐞𝐛𝐞𝐫; 𝐧𝐢 𝐩𝐨𝐫 𝐯𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨, 𝐪𝐮𝐞́ 𝐡𝐚𝐛𝐞́𝐢𝐬 𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐫. ¿𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐦𝐚́𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐢𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨, 𝐲 𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨 𝐦𝐚́𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐝𝐨?❞ (𝐌𝐚𝐭𝐞𝐨 𝟔:𝟐𝟓)
Pasaje complementario: Mateo 6:33
Aquellos que tienen visión de futuro le temen a lo porvenir, viven afanados, concentran sus esfuerzos en ser productivos, en satisfacer sus necesidades materiales y buscar seguridad en lo económico, pero la vida va más allá de atender el inmediatismo del presente, afanándonos para asegurar un futuro estable, con una aparente vida asegurada, aquella que garantice satisfacer las necesidades: lo que comeremos, lo que beberemos y lo que vestiremos.
En el versículo 33 de Mateo 6 encontramos la respuesta de Dios para aquél hombre de fe que vive su vida con la visión de la eternidad: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” La Palabra de Dios nos llama a no afanarnos, buscando primeramente el reino de Dios. El hombre de fe vive su presente siempre con la visión de la eternidad, buscando el reino de Dios y su justicia, el cual es hacer la voluntad de Dios acá en la tierra. De esta manera, un hombre de fe todo lo que hace lo hace con un sentido eterno, cumpliendo lo encomendado por el Señor y convencido de la respuesta permanente de Dios en su vida, que todas estas cosas le serán añadidas.
Mientras la visión del futuro es una visión tan miope, tan cercana, tan incierta, tan llena de afanes y de preocupaciones, los hombres de fe saben quiénes son, de dónde vienen, y hacia dónde van, porque tienen una clara visión de la eternidad.
Quien tiene visión de futuro, no quiere asumir responsabilidad alguna ante nadie; pero quien tiene visión de la eternidad es un hombre y una mujer de fe que sabe que tiene que responder ante Dios. ¿Cómo creer en aquellos líderes que tienen visión de futuro? Es mejor siempre confiar en Dios y su Palabra.
𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Señor mi Dios, te doy gracias por el día que me has dado hoy, nuevamente te pido que hagas de mí un hombre de fe. Gracias mi Señor porque tú me enseñas a tener visión de la eternidad, por eso yo creo en ti y en tu Palabra. Te pido que hagas de mí aquél hijo que no vive afanado, que por el contrario busca primeramente tu reino haciendo tu voluntad en la tierra, que vive de acuerdo a tu Palabra, a tus promesas, sabiendo que tú cumples tus promesas; eso es vivir de acuerdo a tu justicia. Que tu presencia, tu guía y la bendición de tu Santo Espíritu me acompañen hoy y siempre."