Pintando Amaneceres

Pintando Amaneceres TEOTERAPIA. El lenguaje de Dios para sanar el alma
(265)

16/10/2025

𝐄𝐋 𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐅𝐄 𝐍𝐎 𝐋𝐄 𝐓𝐄𝐌𝐄 𝐀 𝐋𝐎 𝐏𝐎𝐑𝐕𝐄𝐍𝐈𝐑

❞𝐏𝐨𝐫 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐨𝐬 𝐝𝐢𝐠𝐨: 𝐍𝐨 𝐨𝐬 𝐚𝐟𝐚𝐧𝐞́𝐢𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐯𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚, 𝐪𝐮𝐞́ 𝐡𝐚𝐛𝐞́𝐢𝐬 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐫 𝐨 𝐪𝐮𝐞́ 𝐡𝐚𝐛𝐞́𝐢𝐬 𝐝𝐞 𝐛𝐞𝐛𝐞𝐫; 𝐧𝐢 𝐩𝐨𝐫 𝐯𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨, 𝐪𝐮𝐞́ 𝐡𝐚𝐛𝐞́𝐢𝐬 𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐫. ¿𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐦𝐚́𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐢𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨, 𝐲 𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨 𝐦𝐚́𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐝𝐨?❞ (𝐌𝐚𝐭𝐞𝐨 𝟔:𝟐𝟓)

Pasaje complementario: Mateo 6:33

Aquellos que tienen visión de futuro le temen a lo porvenir, viven afanados, concentran sus esfuerzos en ser productivos, en satisfacer sus necesidades materiales y buscar seguridad en lo económico, pero la vida va más allá de atender el inmediatismo del presente, afanándonos para asegurar un futuro estable, con una aparente vida asegurada, aquella que garantice satisfacer las necesidades: lo que comeremos, lo que beberemos y lo que vestiremos.

En el versículo 33 de Mateo 6 encontramos la respuesta de Dios para aquél hombre de fe que vive su vida con la visión de la eternidad: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” La Palabra de Dios nos llama a no afanarnos, buscando primeramente el reino de Dios. El hombre de fe vive su presente siempre con la visión de la eternidad, buscando el reino de Dios y su justicia, el cual es hacer la voluntad de Dios acá en la tierra. De esta manera, un hombre de fe todo lo que hace lo hace con un sentido eterno, cumpliendo lo encomendado por el Señor y convencido de la respuesta permanente de Dios en su vida, que todas estas cosas le serán añadidas.

Mientras la visión del futuro es una visión tan miope, tan cercana, tan incierta, tan llena de afanes y de preocupaciones, los hombres de fe saben quiénes son, de dónde vienen, y hacia dónde van, porque tienen una clara visión de la eternidad.

Quien tiene visión de futuro, no quiere asumir responsabilidad alguna ante nadie; pero quien tiene visión de la eternidad es un hombre y una mujer de fe que sabe que tiene que responder ante Dios. ¿Cómo creer en aquellos líderes que tienen visión de futuro? Es mejor siempre confiar en Dios y su Palabra.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Señor mi Dios, te doy gracias por el día que me has dado hoy, nuevamente te pido que hagas de mí un hombre de fe. Gracias mi Señor porque tú me enseñas a tener visión de la eternidad, por eso yo creo en ti y en tu Palabra. Te pido que hagas de mí aquél hijo que no vive afanado, que por el contrario busca primeramente tu reino haciendo tu voluntad en la tierra, que vive de acuerdo a tu Palabra, a tus promesas, sabiendo que tú cumples tus promesas; eso es vivir de acuerdo a tu justicia. Que tu presencia, tu guía y la bendición de tu Santo Espíritu me acompañen hoy y siempre."

15/10/2025

𝐉𝐎𝐒𝐄́, 𝐔𝐍 𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐂𝐎𝐍 𝐕𝐈𝐒𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃

❞𝐏𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐟𝐞 𝐉𝐨𝐬𝐞́, 𝐚𝐥 𝐦𝐨𝐫𝐢𝐫, 𝐦𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐨́ 𝐥𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐈𝐬𝐫𝐚𝐞𝐥, 𝐲 𝐝𝐢𝐨 𝐦𝐚𝐧𝐝𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐚𝐜𝐞𝐫𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐡𝐮𝐞𝐬𝐨𝐬❞. (𝐇𝐞𝐛𝐫𝐞𝐨𝐬 𝟏𝟏:𝟐𝟐)

La Palabra de Dios me describe la vida de José, hijo de Jacob, quien fue a parar en Egipto por causa de sus hermanos. José es el hombre que incluso el mundo secular menciona por las vacas gordas y las vacas flacas, siendo este un adagio popular para referirse a la escasez y la abundancia.

José es el ejemplo claro de un hombre que tiene visión de la eternidad, aquél que va más allá del futuro. En el contexto mencionado, José fue el primero en llegar a Egipto, vendido por sus hermanos. Luego hubo hambre en la tierra y José trajo a su familia a vivir con él, siendo primer ministro, designado por faraón para que gobernara todo su imperio. Pero dice la Palabra de Dios que él dio mandamiento sobre su muerte. La visión que él tenía, era una visión que iría mucho más allá de 400 años, cuando les dijo “ustedes van a salir”, mencionando la salida del pueblo de Israel de Egipto.

José antes de morir deja un mandamiento específico sobre sus huesos: “cuando muera llevaran mis huesos con ustedes a la tierra de Canaán, cuando Dios los saque de Egipto”, aunque él sabía que transcurrirían muchos años hasta que eso sucediera. José no tenía una visión de futuro como los lideres tradicionales, era un hombre de fe. Mencionó la salida del pueblo de Israel, pero también dio mandamiento de sus huesos, porque sabía que vendrían generaciones a lo largo de los años que perderían la memoria, como en la actualidad, que en seis meses o un año, la gente pierde la memoria muy fácilmente. Pero el pueblo preguntaría de quién son esos huesos, a lo que responderían: son de José, hijo de Jacob, aquel que nos trajo a tierra de Egipto, y estos huesos no se han sepultado porque José dio mandamiento de que los llevaríamos cuando Dios nos sacara de esta tierra, entonces recordarían que había una promesa que los dirigiría a la tierra prometida.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Padre eterno, hoy me acerco a ti con plena certidumbre de que tus palabras son verdad y tus promesas para mi vida son eternas. La manera de apropiarme de ellas y hacerlas realidad en mi presente es tener clara la visión de eternidad. Tú eres mi Padre, me has dado una patria, una morada eterna; me has dado la vida para que todo lo que haga no lo haga simplemente mirando al futuro, sino siempre viviendo la eternidad. De esta manera, quiero hacer todos mis planes, y hacer mis propósitos de vida, en mi familia, en mi trabajo y en lo que me has encomendado, transcendiendo para transmitir tu legado."

14/10/2025

𝐕𝐈𝐒𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐅𝐔𝐓𝐔𝐑𝐎 𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃

❞𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐲 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨, 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐧𝐞, 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐨𝐣𝐨𝐬, 𝐲 𝐥𝐚 𝐯𝐚𝐧𝐚𝐠𝐥𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚, 𝐧𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐯𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞, 𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨. 𝐘 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐚𝐬𝐚, 𝐲 𝐬𝐮𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨𝐬; 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐜𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐨𝐥𝐮𝐧𝐭𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐞𝐜𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞❞. (𝟏 𝐉𝐮𝐚𝐧 𝟐:𝟏𝟔-𝟏𝟕)

Los líderes tienen visión de futuro, lo cual es importante y necesario, pero los hombres de fe tienen visión de la eternidad. Los líderes son aplaudidos y admirados porque el mundo los considera necesarios, casi indispensables, porque ellos son los que saben para dónde va el mundo, por lo tanto, son los que dicen para dónde debemos ir, son los que conducen y nos van a conducir al futuro.

Pero aquel que tiene visión de la eternidad, sabe que tiene alguien a quien responder. La gente hoy en día no quiere saber de la eternidad, porque no quieren asumir su responsabilidad frente a lo que hacen en el día a día con su familia, con su entorno, con sus decisiones, con su estilo de vida, en cuanto a lo que hablan, en cuanto a lo que comunican. No olvidemos que aquel que tiene visión de la eternidad es responsable, pero responsable ante alguien.

Encontramos que los líderes de este mundo dicen que “las futuras generaciones nos juzgarán por lo que nosotros hicimos”. Es una manera bastante simpática de decir, yo me voy de aquí y las futuras generaciones me juzgarán cuando ya no esté, lo cual es absurdo. Otra frase es “el tiempo nos juzgará”, o sea, el tiempo dirá si como líderes tuvimos la razón o no; son palabras que se quedan en el vacío. Por eso tenemos que hablar de la eternidad, más que del futuro.

La expresión “los líderes aseguran el futuro”, es un gran chiste, porque no hay nada más lejano de la verdad que eso. Hoy vemos que el futuro es ninguno, nadie lo puede asegurar, pero los hombres de fe sí podemos garantizar la eternidad, la cual comprendemos en la Palabra de Dios que es una vida abundante, una mejor calidad de vida, la cual me lleva a ser responsable ante Dios, e inclusive va más allá de la vida en la tierra.

Quien tiene visión de futuro vive con afán y con ansiedad, inquieto, porque tiene que trabajar por ese mañana que para él es incierto. Pero el hombre de fe trabaja con esfuerzo, sabiendo lo que está haciendo; trabaja con visión de la eternidad, de manera responsable, con su familia, en su entorno laboral, en todo lo que hace. Quien tiene visión de la eternidad vive por fe, por eso experimenta el gozo y la paz del Señor.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Señor y Padre Dios, tú me has dado el regalo de la vida eterna y esa vida está en tu Hijo Jesucristo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y es la vida eterna que puedo empezar a disfrutar desde el mismo instante en que te he recibido en mi corazón. Esta es la vida abundante que se ve reflejada en una mejor calidad y estilo de vida. Hoy me fortalezco en ti para que cada mañana empiece el día con el firme propósito de trabajar con esfuerzo, con la clara visión de la eternidad en mi vida, la que me da plena certidumbre en tu Palabra y tus promesas. Gracias porque por la eternidad puedo experimentar tu gozo y tu paz permanentes en mi vida."

13/10/2025

𝐋𝐎𝐒 𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐅𝐄 𝐇𝐀𝐂𝐄𝐍 𝐃𝐈𝐒𝐂𝐈́𝐏𝐔𝐋𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐒𝐄𝐍̃𝐀𝐍𝐃𝐎

❞𝐏𝐨𝐫 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨, 𝐢𝐝, 𝐲 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐝 𝐝𝐢𝐬𝐜𝐢́𝐩𝐮𝐥𝐨𝐬 𝐚 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬, 𝐛𝐚𝐮𝐭𝐢𝐳𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞, 𝐲 𝐝𝐞𝐥 𝐇𝐢𝐣𝐨, 𝐲 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐬𝐩𝐢́𝐫𝐢𝐭𝐮 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐨; 𝐞𝐧𝐬𝐞𝐧̃𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐥𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐨𝐬 𝐡𝐞 𝐦𝐚𝐧𝐝𝐚𝐝𝐨; 𝐲 𝐡𝐞 𝐚𝐪𝐮𝐢́ 𝐲𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐲 𝐜𝐨𝐧 𝐯𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐢́𝐚𝐬, 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐥 𝐟𝐢𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨. 𝐀𝐦𝐞́𝐧❞. (𝐌𝐚𝐭𝐞𝐨 𝟐𝟖:𝟏𝟗-𝟐𝟎)

La Palabra de Dios nos dice “vayan y hagan discípulos a todas las naciones”. No quedarnos solo en el lugar que estamos actualmente; es necesario ir a todos los pueblos, a todas las naciones, a todas las lenguas. El mandato incluye que identifiquemos a los discípulos con Cristo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El mandato de nuestro Señor Jesucristo es muy claro y también nos dice cómo hacerlo: enseñándoles.

En la actualidad los líderes no enseñan, mientras que los hombres de fe enseñan como lo hizo Jesús, llevando a que los discípulos guarden la Palabra de Dios. A esto se refiere cuando dice: “todo lo que yo les he mandado”. Debemos enseñarles porque necesitan, porque tienen vacíos, porque están crisis. El Señor Jesús me dice “vayan, y yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Nuestro Señor Jesús, hubiera podido conseguir miles y miles, hasta millones de seguidores, si Él así lo hubiera querido en su momento, pero ¿por qué Él no trató de aprovecharse de esta oportunidad para conseguir un ejército poderoso de seguidores que conquistara el mundo? Sin duda Jesús tenía el discurso, el mensaje más atractivo para conseguir seguidores, para reclutar masas, pero no lo hizo. Jesús no quiso impresionar a las multitudes, sino que, por el contrario, Él hizo discípulos para que ellos fueran al mundo y llevaran la vida abundante al mundo, esta es la gran diferencia.

Mateo 28, especifica: “enseñándoles que guarden todas las cosas que yo les he mandado”. El Señor necesitaba de hombres y mujeres que, por el contrario, pudieran ser líderes de las multitudes, hablando del liderazgo en el sentido bíblico. Las multitudes estaban perdidas, pues necesitaban de hombres y mujeres que les enseñaran. El Señor no estaba en las condiciones de dar a cada una de las personas que hacían parte de la multitud el cuidado individual y personal que necesitaban, lo único que el Señor entonces hizo fue conseguir hombres llenos de Él, llenos de Dios, que hicieran esto en su nombre. Por eso es que el Señor se concentró en unos pocos hombres que fueran pioneros de este liderazgo. El Señor entonces quiso dedicarse primordialmente a unos pocos hombres y no a las masas, a fin de que estos hombres pudieran llegar al mundo, pudieran conquistar al mundo.

Formar hombres y hacer discípulos no es fácil, requiere de esfuerzo, requiere de llenura de Dios. El ejemplo del Señor nos enseña que hay una gran diferencia entre aquellos líderes que solo buscan seguidores y aquellos hombres de fe que hacen discípulos.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Señor Jesucristo, gracias por hacerme parte de tus planes perfectos de amor para con la humanidad. Hoy entiendo que me has llamado para encomendarme la labor tan importante de hacer discípulos. Hoy quiero empezarlo a hacer, dentro de mi familia, con mi hijos, dentro de mi entorno laboral; enseñarle a ellos lo que está en la Palabra de Dios, empezando en mi entorno más cercano, dedicándome a pocos para que conozcan y experimenten de la vida abundante. Esta es la manera como nos enseñaste que se transforma el mundo, es la manera como puedo ser un hombre de fe que cumple tu mandato."

12/10/2025

¿𝐁𝐔𝐒𝐂𝐀𝐑 𝐒𝐄𝐆𝐔𝐈𝐃𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐎 𝐇𝐀𝐂𝐄𝐑 𝐃𝐈𝐒𝐂𝐈́𝐏𝐔𝐋𝐎𝐒?

❞𝐘 𝐥𝐞𝐬 𝐝𝐢𝐣𝐨: 𝐕𝐞𝐧𝐢𝐝 𝐞𝐧 𝐩𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐢́, 𝐲 𝐨𝐬 𝐡𝐚𝐫𝐞́ 𝐩𝐞𝐬𝐜𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐡𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞𝐬❞. (𝐌𝐚𝐭𝐞𝐨 𝟒:𝟏𝟗)

Pasaje complementario: Mateo 4:18-19

Los líderes buscan hacer seguidores, los hombres de fe, hacen discípulos, esa es la diferencia entre lo uno y lo otro. Nosotros entendemos en la Palabra de Dios que Jesús, cuando fue a aquel mar de la Galilea y llamó a uno de los pescadores, les decía, “venid en pos de mí”, es decir, vengan y síganme, pero ¿en qué consistía ese seguir del Señor? El seguir significaba “vengan aquí y los voy a formar”, tenía que ver con el hacer discípulos.

Hoy en día vemos que los líderes lo que necesitan son seguidores. La gran diferencia es que el Señor nos busca porque nosotros necesitamos de Él, pero los líderes buscan seguidores porque necesitan de ellos. Por el contrario, en Jesús lo que vemos es que aquellos que le siguieron, era porque necesitaban de Él. Algo curioso es que, hoy en día, la gente no está buscando líder, sino que los líderes están buscando a los seguidores y están desesperados buscándolos porque los necesitan. En la mayoría de los casos son los seguidores quienes les dan la valía, es decir, entre más número de seguidores tienen, más fama van a tener. Es por esto que en la actualidad el término de liderazgo está tan desgastado, y las redes sociales han contribuido en gran proporción a esto.

¿Por qué los líderes hoy necesitan seguidores?, porque esto ayuda a mitigar sus complejos de carácter personal. Encontramos que las personas más necesitadas hoy en día son precisamente los “líderes”. Hoy en las redes sociales encontramos un término bastante curioso, “influencers”, los cuales reciben una denominación que es referente a la red social donde se dan a conocer; por ejemplo, “youtubers”, “instagramers”, entre otros términos. El gran objetivo de los influenciadores de redes sociales es tener un gran número de seguidores y hacen lo que sea con tal de obtenerlos, tratan de ser polémicos, de hacer cosas que inclusive ni ellos mismos creen, pero que eventualmente los puedan poner en el radar. Hacen cosas que son seguramente ridículas o inclusive insultantes, si son irreverentes, mucho mejor, y si toman cierto tipo de riesgo, esto los hace más visibles. Estamos en una competencia por ver quién consigue más seguidores, más personas que los imiten o admiren, pues ellos realmente necesitan ser admirados por los demás. Por el contrario, un hombre de fe hace discípulos.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Amado Señor Jesucristo, gracias por acercarte a mí y por buscarme, siendo yo el que te necesitaba. Gracias por llamarme para ser tu discípulo. Hoy quiero ir en pos de ti, disponiendo mi corazón a ser formado en tus manos, porque este es el verdadero significado de ser tu discípulo. De esta manera, quiero reflejar tu carácter de amor en mi vida asumiendo mi llamado y ser un hombre de fe, que no busque ser famoso y tenga anhelos de protagonismo para conseguir seguidores. Quiero hoy que formes mi vida para de esta manera ir también yo y formas a otros; ir y hacer discípulos."

11/10/2025

𝐇𝐄𝐑𝐑𝐀𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐔𝐍 𝐋𝐈𝐃𝐄𝐑 𝐕𝐒. 𝐇𝐄𝐑𝐑𝐀𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐔𝐍 𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐅𝐄

❞𝐘 𝐜𝐢𝐧̃𝐨́ 𝐃𝐚𝐯𝐢𝐝 𝐬𝐮 𝐞𝐬𝐩𝐚𝐝𝐚 𝐬𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬, 𝐲 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐨́ 𝐚 𝐚𝐧𝐝𝐚𝐫, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐡𝐚𝐛𝐢́𝐚 𝐡𝐞𝐜𝐡𝐨 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐮𝐞𝐛𝐚. 𝐘 𝐝𝐢𝐣𝐨 𝐃𝐚𝐯𝐢𝐝 𝐚 𝐒𝐚𝐮́𝐥: 𝐘𝐨 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐚𝐧𝐝𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐨, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐥𝐨 𝐩𝐫𝐚𝐜𝐭𝐢𝐪𝐮𝐞́. 𝐘 𝐃𝐚𝐯𝐢𝐝 𝐞𝐜𝐡𝐨́ 𝐝𝐞 𝐬𝐢́ 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬❞. (𝟏 𝐒𝐚𝐦𝐮𝐞𝐥 𝟏𝟕:𝟑𝟗)

Pasajes complementarios: 1 Samuel 17:39-50

David se puso la armadura de Saúl porque Saúl se la dio, y David le dijo: “Yo no puedo andar con esto, yo nunca he andado de esta manera, es decir, yo nunca he usado las herramientas de los hombres de guerra, las armas de ellos no las conozco. Yo lo que tengo es lo que he empleado siempre mientras he sido pastor”. Pero no olvidemos la credencial que él muestra: “Yo he sido pastor de las ovejas de mi padre”, “he librado mis ovejas de las garras del león, del oso. Así es como Dios me librará de la mano de este filisteo”.

Los hijos de Dios muchas veces prueban y practican con las herramientas del mundo, pero se les ve muy mal y muchas veces terminan muy mal. Es importante dejar a un lado las herramientas convencionales y las estrategias que el mundo considera lógicas. Es el tiempo de que nosotros como hijos de Dios empleemos aquello que Dios nos ha entregado. Muchos quieren ser grandes, pero Dios no quiere que seamos gigantes, Dios quiere que derribemos gigantes. El versículo 40 de 1 Samuel 17 nos describe las herramientas que utilizó David para vencer a Goliat: su cayado, cinco piedras lisas del arroyo, su s**o pastoril, es decir, el zurrón que él tenía, y la honda que tenía en su mano. Con estas herramientas fue a vencer al filisteo.

Un hombre de fe no emplea las armas de los hombres sino que es formado por Dios. Así fue formado David como un pastor y no como cualquier pastor, sino como aquél que podía derrotar al gigante Goliat. David fue un hombre sabio que aprovechó cuando fue a llevar alimento a sus hermanos para conocer a Goliat y analizar sus movimientos. Conocía su “talón de Aquiles”, solo que la flaqueza de Goliat no estaba en su talón. Era un hombre intimidante, ¿cómo podría derrotarlo un hombre tan pequeño como David? Con semejante talla, con esas armas tan enormes que tenía, tan poderosas, tan pesadas que levantaba como levantar un pequeño palillo, ¿cómo poder hacerlo? Para enfrentarlo, Dios había formado a David como un hombre valiente.

Un pastor no es pasivo, así se describe David: “Yo no he perdido ni una sola de mis ovejas, yo me he enfrentado a osos y a leones, los tomaba de la quijada y si ellos tomaban una de mis ovejas yo los mataba”. David era valiente pero al mismo tiempo era sabio, él conocía cuál era la debilidad de Goliat. Fue tan inteligente que se dirigió al arroyo y escogió cinco piedras lisas. Este tipo de piedra lisa, cuando se tira con la honda sale por el extremo y va adquiriendo una velocidad extraordinaria, llega con una aceleración maravillosa y cuando impacta no solamente golpea, sino que penetra. Eso era lo que necesitaba David, y así como lo hizo.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Señor y Dios, fórmame como un hombre de fe lleno de valentía pero también lleno de tu sabiduría. Que no me deje guiar por mis emociones sino que siempre esté dispuesto a dejarme guiar por tu Santo Espíritu. Si muchas veces me he sentido muy pequeño e incapaz, hoy renuncio a ese sentimiento y me apropio de tu Palabra que es verdad, con la cual sé que me has llamado para vivir como apartado, haciendo uso de las herramientas que obtengo por tu formación en mi vida. De esta manera voy a trascender, para no simplemente ser un líder que quiere ser un gigante, sino por el contrario, ser un hombre de fe que siempre esté listo para derribar gigantes."

10/10/2025

𝐄𝐋 𝐀𝐂𝐓𝐔𝐀𝐑 𝐃𝐄 𝐔𝐍 𝐋𝐈́𝐃𝐄𝐑 𝐘 𝐄𝐋 𝐀𝐂𝐓𝐔𝐀𝐑 𝐃𝐄 𝐔𝐍 𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐅𝐄

❞𝐘 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐯𝐚𝐫𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐈𝐬𝐫𝐚𝐞𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐞𝐢́𝐚𝐧 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐡𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐡𝐮𝐢́𝐚𝐧 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚, 𝐲 𝐭𝐞𝐧𝐢́𝐚𝐧 𝐠𝐫𝐚𝐧 𝐭𝐞𝐦𝐨𝐫❞. (𝟏 𝐒𝐚𝐦𝐮𝐞𝐥 𝟏𝟕:𝟐𝟒)

Pasaje complementario: 1 Samuel 17:24-38

El gigante Goliat era un líder. Si alguno no estaba con él tenía que correr y huir de su presencia. Algunos líderes son temibles, son desafiantes, son humillativos cuando no se les rinde pleitesía. Algunos líderes hacen uso de una falsa humildad y de una falsa sencillez y comienzan a hablar, pero si no se comparte lo que ellos profesan, si no se cree en lo que ellos creen y si no se les rinde la pleitesía que ellos demandan de una manera sutil (no abiertamente, sino a través de un grupo de áulicos que están alrededor suyo), pues entonces se vuelven humillativos, son temibles, son terribles. En los acontecimientos narrados en la Biblia respecto a David y el gigante Goliat, vemos que el mismo Saúl, rey de Israel, se perturba, porque nadie se enfrenta a aquel gigantesco paladín.

Podemos resaltar las acciones de un hombre de fe en la vida de David a través de sus acciones ante aquella amenaza del gigante Goliat. En el versículo 32 dice: “Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.” El hombre de fe no pregunta “¿quién irá?”, sino pregunta “¿a qué hora hay que ir?, ¿me dejas ir a mí?”, y afirma, “yo quiero ir”, dice “déjame, yo voy”. Esa es la diferencia entre un líder y un hombre de fe.

Los versículos 34 y 35 nos describen: “David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.” Saúl ve a David muy pequeño, lo menosprecia, pero vemos que Dios ya venía formando a David como pastor de las ovejas de su padre, no solo para liberar a su pueblo del gigante sino también para pastorear a todo el pueblo de Israel. En el versículo 37 David saca sus credenciales: “Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.”

A David lo libra Dios, pero las preguntas que nos tenemos que hacer son: ¿al gigante quién lo libra? A un hombre de fe Dios lo libra, pero ¿quién va en auxilio del gigante?, ¿quién va a librarlo? El gigante se ve muy convencido de sus fortalezas, muy lleno de sí, autosuficiente, hasta llegar a creerse invencible, pero un hombre de fe tiene a su favor lo único que se necesita para ganar: tiene al Señor, el Dios de Israel de su lado.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Señor Dios de Israel, hoy declaro en mi corazón que tú eres mi Dios, que tú eres mi fortaleza. Líbrame de buscar ser un líder autosuficiente y lleno de mí mismo, aquel que cree que sus atributos personales le hacen fuerte e invencible. Por el contrario, hoy se que lo único que necesito es que estés siempre a mi lado y a mi favor, de esta manera, como David lo expresó, “yo iré”. Iré siempre a lo que me envíes, a enfrentar y a derribar gigantes por amor a tu nombre, a tu obra y todo lo que me has encomendado en mi vida."

09/10/2025

𝐒𝐄𝐑 𝐆𝐈𝐆𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐎 𝐃𝐄𝐑𝐑𝐈𝐁𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒

❞𝐒𝐚𝐥𝐢𝐨́ 𝐞𝐧𝐭𝐨𝐧𝐜𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐦𝐩𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐟𝐢𝐥𝐢𝐬𝐭𝐞𝐨𝐬 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐝𝐢́𝐧, 𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐚𝐥 𝐬𝐞 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐛𝐚 𝐆𝐨𝐥𝐢𝐚𝐭, 𝐝𝐞 𝐆𝐚𝐭, 𝐲 𝐭𝐞𝐧𝐢́𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐬𝐞𝐢𝐬 𝐜𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐲 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐥𝐦𝐨❞. (𝟏 𝐒𝐚𝐦𝐮𝐞𝐥 𝟏𝟕:𝟒)

Pasaje complementario: 1 Samuel 17:1-23

Cuando contrastamos el liderazgo tal cual como lo conocemos hoy con la fe, podemos resaltar la trascendencia que tienen los hombres de fe, aun por encima de los líderes de este mundo. Podemos resaltar que los líderes son gigantes, mientras los hombres de fe derriban gigantes. Hoy en día encontramos frases que se emplean muy comúnmente: “sea un gigante”, “sea grande”... Pero el hombre de fe crece de conformidad a la estatura de Cristo, Él es nuestro marco de referencia, nuestro modelo de imitación. El hombre de fe sigue a Cristo, el hombre de fe se une a Cristo.
Hay un relato bíblico muy conocido, el de David y Goliat. Vamos a abordar unos apartes de lo que sucedió en este enfrentamiento entre aquel pequeño David y el gigantesco Goliat. Todo esto lo encontramos en 1 de Samuel 17. Comencemos a partir del versículo 23 que dice:

“Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de G*t, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David.”

David fue enviado por su padre para llevarle alimento a sus hermanos. David era muy joven, no era apto para ser soldado de Israel, él era el octavo, el menor de los hijos de Isaí. Sus tres hermanos mayores eran soldados.

David les llevó el alimento y se percató de lo que estaba ocurriendo en el campo de Ela. Un gigantesco paladín estaba intimidando y tenía psicológicamente reducido y derrotado al ejército de Israel. No había uno solo que pudiera levantarse, pero David, cuando lo escuchó, a diferencia de todos, no se amedrentó. Por el contrario, lo observó y analizó detalladamente, y no lo detuvo ser de menor estatura y no tener las condiciones convencionales de un soldado para enfrentarlo. David no decidió ser un gigante para enfrentar a otro gigante, David decidió derribar gigantes.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Amado Señor, quiero que mi fe cada día crezca conforme a tu medida y a tu estatura. Señor Jesucristo, mi anhelo no es conseguir ser grande para enfrentar las grandes dificultades o alcanzar los grandes desafíos y las grandes metas. Hoy entiendo que no quiero ser gigante, quiero ser como tú. Señor, eres mi referencia, mi modelo de imitación, quiero seguirte y servirte uniéndome a ti. Contar siempre contigo de mi lado es la única manera de enfrentar y derribar gigantes."

08/10/2025

𝐀𝐕𝐈𝐕𝐀𝐑 𝐄𝐋 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎 𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐒 𝐃𝐎𝐍𝐄𝐒

❞𝐏𝐨𝐫 𝐥𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐥 𝐭𝐞 𝐚𝐜𝐨𝐧𝐬𝐞𝐣𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐯𝐢𝐯𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐟𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐨𝐧 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐞𝐧 𝐭𝐢 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐬𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐦𝐢𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐨❞. (𝟐 𝐓𝐢𝐦𝐨𝐭𝐞𝐨 𝟏:𝟔)

Pasajes complementarios: Juan 14

El actuar es un principio importante en el reino de los cielos. Para Dios es importante que nosotros como ciudadanos de su patria desarrollemos nuestro potencial para lograr el cumplimiento de su obra en este tiempo. Sin embargo, no se trata del activismo, se trata de fortalecer y potencializar el principal recurso que Dios nos ha dado y que a su vez es la manifestación más grande de su reino para nosotros, este es el Espíritu Santo. Él nos guiará a toda verdad y al buen uso de nuestro potencial para lograr el cumplimiento del plan de Dios para nuestras vidas.

Ser guiados por el Espíritu Santo es el resultado de vivir una vida de fe. La inmensa mayoría de los hombres y mujeres que dicen haber nacido de nuevo se quedan en la fe de la iniciación, se quedan en el creer en Él: “el que cree en mí”. Otro grupo reducido da el siguiente paso y es el de la fe de desarrollo: “las obras que yo hago, Él las hará también”. Pero son muy pocos, un mínimo porcentaje, los que dan el paso de vivir la fe de los milagros; “aun mayores cosas hará, porque yo voy al Padre”. Podríamos pensar que es descabellado hacer obras mayores que las que hizo el Señor Jesucristo, argumentando que Él es Dios y es mi Señor, pero no es el tiempo de falsas modestias, es el momento de creer en sus palabras. Negar esto es no creer en el Señor Jesucristo y en su obra, es negarlo a Él y decirle mentiroso. Y es una verdad absoluta porque el Señor lo afirmó. Este es el momento para nuestras vidas de creer, este es el momento en que los hombres de fe lideren por medio de su fe.

Es el tiempo de los hombres y mujeres de fe que trasciendan, entendiendo el llamado y apropiándose de la heredad que Dios les ha dado, para que en su caminar su fe crezca. De iniciación a desarrollo para llegar a la fe de los milagros, para que en cada situación adversa nuestra fe crezca, la fe que nos lleve a hacer las obras que el Señor hace, a enfrentar las cosas difíciles y superarlas y hacer aún obras mayores. Cosas que son imposibles pero que en el Señor y en el poder de su Espíritu no lo son.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Señor Jesús, tu eres el autor y el consumador de mi fe, hoy pongo mi confianza y mi esperanza plena en ti. Hoy entiendo en mi corazón que me lo has dado todo porque me has dado tu presencia; me has dado tu Santo Espíritu, con el cual desarrollaré todo el gran potencial que me has dado y lo utilizaré fielmente para el cumplimiento de tu plan para mi vida; para el cumplimiento de tu obra en este tiempo. Úsame como el hombre de fe que tú quieres que yo sea."

07/10/2025

𝐌𝐈𝐒 𝐏𝐎𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃𝐄𝐒 (𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝟐)

❞𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞, 𝐥𝐞 𝐬𝐞𝐫𝐚́ 𝐝𝐚𝐝𝐨, 𝐲 𝐭𝐞𝐧𝐝𝐫𝐚́ 𝐦𝐚́𝐬; 𝐲 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞, 𝐚𝐮𝐧 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐥𝐞 𝐬𝐞𝐫𝐚́ 𝐪𝐮𝐢𝐭𝐚𝐝𝐨❞. (𝐌𝐚𝐭𝐞𝐨 𝟐𝟓:𝟐𝟗)

Pasaje complementario: Mateo 25:15-29

Continuando con la enseñanza que nos da la parábola de los talentos respecto a potencializar nuestros recursos para extender el reino de Dios en la tierra, avancemos con los siguientes aspectos.

En el versículo 15 encontramos el cuarto aspecto: a uno dio cinco talentos: El primero de los siervos recibió cinco talentos, por lo cual lo tomaremos como referente. Este siervo tomó una decisión respecto a sus talentos: él salió al campo y trabajó, él fue. Es importante actuar con esfuerzo, con ánimo; así como Moisés le encomendó a Josué y como David le encomendó a Salomón. Desde el momento en que se nos encomienda una responsabilidad, una misión por cumplir, con una visión clara, nuestra decisión debe ser animarnos siempre a labrar arduamente.

En el versículo 16 podemos ver el quinto aspecto: negoció y ganó. La mentalidad en el reino de los cielos es duplicar aquello que se recibió, y la manera de lograrlo es cuando nuestros potenciales se ponen al servicio de Dios y los demás. Así ganaremos, ya que estaremos cumpliendo con lo que le agrada a Dios.

El sexto aspecto lo encontramos en el versículo 19: el Señor vuelve y llama a cuentas. Dios, como buen Padre, quiere enseñarnos a depender de Él. Esto también consiste en que entendamos que el Señor ve todo lo que hacemos y sobre todo, con la actitud que lo hacemos, de allí vendrá nuestra paga como hijos y siervos.

El séptimo aspecto lo podemos encontrar en el versículo 21: buen siervo fiel. Dios se alegra cuando trabajamos con una buena actitud, con excelencia y usamos nuestros
potenciales para engrandecer el legado que hemos recibido. De esta manera, Él seguirá desafiando nuestra vida, en la medida en que avanzamos en los desafíos con buena actitud. Recordemos que estos son los principios del reino de los cielos.

Para finalizar encontramos en el versículo 26 el octavo aspecto: siervo malo y negligente. En nuestra sociedad, devolver lo que se recibe tal cual, puede ser considerado como honestidad y buen trabajo, no así en el reino de los cielos. Para Dios el no trabajar para multiplicar denota negligencia e infidelidad, ya que por el temor se dejaron de usar los potenciales.

𝐎𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒
"Amado Dios, hoy mi vida se llena de gratitud porque me siento muy amado al ser tu hijo y saber que has confiado en mí. Mi Señor y Dios, tú me has dado tu salvación y con ella todas las condiciones para cumplir mi llamado. Me has dado tu Espíritu, y así me has llenado de beneficios, de habilidades, dones y talentos. Por ello hoy decido en mi corazón trabajar con esfuerzo y ánimo pronto para cumplir aquello que me has encomendado. Todo lo que me des lo quiero multiplicar, porque sé que me presentaré un día delante de ti y quiero ser hallado como hijo y siervo fiel. Gracias por enseñarme a depender de ti, quiero ser diligente y siempre entregarte mucha más de lo que recibo, dejando a un lado el temor y fortaleciéndome todos los días en el poder de tu amor."

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