03/06/2025
🎯 El desafío de educar en la adolescencia hoy en día.
Hay momentos en la vida que parecen querer devorarse el mundo a bocados. La juventud es uno de ellos. Todo se siente urgente: el amor, la libertad, la presencia del otro. Es natural, porque a esa edad el cerebro está configurado para buscar intensidad, pertenencia y afirmación personal. Sin embargo, esa misma etapa necesita algo más profundo: aprendizaje emocional, construcción de límites y conciencia de responsabilidad.
No se trata de apagar el amor, ni de negar la emoción que despierta una relación. Se trata de aprender a habitar el amor sin perderse en él. Porque quien se olvida de sí mismo por estar con otro, termina sin saber hacia dónde camina. 🦋
Vivir cada etapa con tranquilidad no es resignación, es sabiduría emocional. No todo se resuelve hoy, no todo depende de una sola persona, no todo se logra con intensidad. La vida necesita pausas, equilibrio y decisiones con perspectiva. Así como el dinero debe administrarse para no quedarse sin nada, también el tiempo, la energía y la atención necesitan ser cuidados.
📌 Estudiar y sacar buenas notas es un logro valioso para los jóvenes de hoy. Pero madurar no es solo tener un buen promedio. Es saber que en la vida no se vive solo de méritos académicos, sino de cómo se responde a los demás, cómo se asumen responsabilidades y cómo se equilibra lo importante con lo urgente.
📍 Para los padres, el reto es confiar, soltar un poco, pero también marcar el límite cuando lo que está en juego es el respeto, la convivencia y el desarrollo emocional de sus hijos. Porque acompañar no es permitirlo todo, sino enseñar que amar también implica saber cuándo parar, cómo cuidarse y cómo no pasar por encima de quienes nos quieren bien.
🍄 Y para los hijos, el desafío es entender que el amor —cuando es verdadero— no exige renuncias desmedidas ni descuidos personales. El amor sano no pide que dejes de crecer, sino que crezcas más consciente, más íntegro y más libre.