26/06/2025
¿Qué significado tienen las palabras? ¿Qué significa miedo?
Tener miedo… estar temeroso… ¿es lo mismo que estar asustado? ¿El miedo genera ansiedad? ¿El miedo paraliza?
Qué extraña y compleja es la tarea de entender nuestras emociones. Desde un punto de vista evolutivo, sabemos que las emociones son tan necesarias para la supervivencia como el oxígeno que recorre nuestra sangre. Sin emociones no podríamos cuidarnos, trabajar, crecer, ni proteger a quienes amamos. Aun así, creo que estamos lejos de comprenderlas a profundidad.
Nos falta reconocer el significado real de cada emoción. La mayoría de las veces no somos conscientes del gran beneficio que tendría aprender a escucharlas con atención. De tener una brújula emocional, una guía universal que nos dijera: “Cuando sientas esto, haz esto otro”.
La ciencia explica que toda emoción implica una respuesta biológica: neurotransmisores, hormonas, impulsos eléctricos… placer, satisfacción, alerta, estrés. El miedo, por ejemplo, activa una tormenta de cortisol, adrenalina y noradrenalina que prepara al cuerpo para huir, pelear o paralizarse. Todo esto tiene sentido si estás frente a un león o al borde de un precipicio. Pero hoy en día… ¿de qué huimos?
Hoy el miedo se camufla. Ya no se trata de sobrevivir a una amenaza física, sino de enfrentar el juicio de los demás, el fracaso, el rechazo, la incertidumbre económica o social. Miedos nuevos, con disfraces modernos, pero igual de reales y paralizantes.
En mi caso, he sentido miedo en muchos momentos, pero uno en particular me ha marcado: un emprendimiento que no prosperó. Teníamos que invertir dinero, energía, fe. Cada persona del equipo reaccionó distinto. Algunos no pudieron dormir por los pensamientos negativos. Otros decidieron abandonar antes de comenzar. Algunos ni siquiera se acercaron al reto.
Yo, en cambio, logré visualizar algo positivo. Me vi creando, me vi logrando. Pero al final, el miedo colectivo pesó más. El proyecto se cayó. Y ese fracaso, más allá del resultado, me dejó una enseñanza poderosa: cada quien experimenta el miedo de forma única. No es siempre ese susto brutal que nos deja temblando. A veces es una opresión en el pecho, una niebla mental, una falta de confianza que distorsiona todo.
El miedo te hace ver el vaso medio vacío. Disminuye tu fe, te hace vulnerable a la opinión ajena. Te confunde entre lo que sientes, lo que te dicen y lo que nunca descubrirás si no actúas.
Y lo más doloroso es eso: no actuar. Porque lo que más duele, con el tiempo, no es haber fallado… sino no haberlo intentado. Al evitar el riesgo, también nos privamos del aprendizaje, del regalo de la experiencia, del crecimiento que viene solo con el hacer.
Hoy entiendo que cada vez que enfrentamos el miedo y lo superamos, subimos un peldaño en la escala de nuestra vida. Sí, vendrán nuevas barreras. Pero cada victoria nos fortalece. Y con esa fuerza, nos acercamos al lado del triunfo, a la resiliencia, a la versión más valiente y real de quienes somos.
Afirmación del día:
Abrazo el miedo como un maestro. Me muevo a pesar de él y crezco en cada paso que doy.