02/06/2022
No tengo ningún afecto partidista, pero comprendo y acepto que la política es el medio de expresión del raciocinio particular del hombre; así como también es la herramienta que hace posible llevar a cabo ese pensamiento. Los políticos de un país aspirantes al cargo máximo son el resultado de la intersubjetividad de sus propios habitantes; luego si de las opciones que hay, se siente y se intuye no son óptimos, es porque en dicho pueblo no ha habido una construcción social; o que, dicha construcción social ha sufrido una ruptura, que permita nacer un político con ideas universales; donde por encima de todo esté la educación (formadora, no dogmatizante); la salud vista desde la prevención y la visión positiva del cuidado; la comprensión de la vocación real del país y el acatamiento y desarrollo de esta en materia económica; la proyección de esta vocación; el cuidado y buen uso de lo que verdaderamente tiene valor que es el medio ambiente y la vida; la convivencia ciudadana pacífica y colaborativa basada en la aceptación de las diferencias en el ser, el sentir, el pensar, el obrar. Todo lo contrario, es una sociedad destructiva y obtusa, fruto no de sus limitaciones racionales y estructurales; sino consecuencia de la manipulación por la educación dogmatizante y retrógrada; de la manipulación de los medios de información; del mismo modo y especialmente de caudillos que acuden a las vísceras para hacer proselitismo político, con el fin de únicamente llegar al poder; así como también por la interpretación subjetiva y acomodada del concepto universal de dios que alivia el existencialismo que corroe ya sea consciente o inconscientemente a la humanidad (no tengo fe religiosa). Por lo anterior es de vital importancia que en el proceso constructivo de la realidad tanto particular como social del país, se permita al ciudadano su libre desarrollo emocional, creencial, personal, financiero, educativo, etc. sin ser angustiado y aterrorizado por aquellos homúnculos que sólo quieren su usufructo; pues tales ya no pueden acudir a la represión física de la cual ya se ha tenido bastante y sólo les queda acudir al miedo y a la angustia. Espero que los colombianos voten luego de hacer un análisis concienzudo de las propuestas políticas y no por nombres o supuestos caudillos; es hora de superar la representación de la salvación en personajes y más bien comprendamos que lo que salva son las ideas.
Luis Velasco