Reserva natural San Rafael. Centro de Conexión con la Naturaleza

Reserva natural San Rafael. Centro de Conexión con la Naturaleza Este proyecto nace con el propósito de compartir un espacio de naturaleza para el bienestar Se ofrece alimentación (ver precios en el menú). a 5 p.m.

Presentación:
El "Centro de conexión con la naturaleza" se crea con el propósito de ofrecer y compartir un espacio natural para el bienestar y la recuperación espiritual, mental, emocional y física. Es un lugar de paz y tranquilidad donde el participante puede internarse en un pequeño bosque para la observación, la percepción o la meditación, desarrollar actividades agroforestales o hacer recorridos entre la vegetación. Justificación:
El proyecto se sustenta en la convicción de que el contacto con la naturaleza permite a la persona que interactúa con el bosque natural, la recuperación y el fortalecimiento de su salud física, mental, emocional y espiritual. Anhelo:
Que la persona participante y la naturaleza se fundan en un contacto que les brinde paz, armonía y fortaleza en su continua evolución. Actividades:
~Observación, percepción, contemplación y meditación en el bosque
~Siembra de árboles
~Limpieza de hierba y abono de árboles
~Preparación de compost
~Cernido de compost
~Recorrido entre los bosques
~Huerta orgánica (requiere asistencia del área de huerta de 20 m2 por un término mínimo de tres meses)
Valor del aporte:
El aporte por un día de servicio es de $ 15.000 (gratis la primera visita). Se ofrece alquiler de overol, guantes y zapatos (ver precios en alquiler de equipo). Horarios:
Sábados de 9 a.m.

28/05/2025
Regalo del cielo el sábado 24 de mayo 2025
26/05/2025

Regalo del cielo el sábado 24 de mayo 2025

Esta visita deliciosa me acompañó ayer al final de la jornada. El querido barranquero (Momotus momota). Posando de varia...
18/05/2025

Esta visita deliciosa me acompañó ayer al final de la jornada. El querido barranquero (Momotus momota). Posando de varias maneras, conversando a su manera.

A veces resulta difícil transmitir la emoción cuando una imagen, de por sí hermosa, tiene un significado mucho mayor que...
09/03/2025

A veces resulta difícil transmitir la emoción cuando una imagen, de por sí hermosa, tiene un significado mucho mayor que la propia belleza. Este carriquí verdiamarillo posado sobre la rama de un drago, delante de otra rama que sostiene su nido (ahí detrás de su cabeza), es el premio recibido al haber decidido la siembra del drago, y quizás la de muchos más árboles a su alrededor. Sembrar un árbol es más que promover una vida. No sabría si el árbol aislado hubiera propiciado a la familia de carriquíes la construcción de su nido, de su casa, en la rama, o si se sumaron otras condiciones para ello, lo cierto es que aquí está una familia y resulta emocionante verla (encuentra las tres manchas amarillas de cada uno en la segunda foto).

Recorrido guiado para conexión con la naturaleza en el día internacional de los bosques. Nos unimos al programa de Inner...
25/02/2025

Recorrido guiado para conexión con la naturaleza en el día internacional de los bosques. Nos unimos al programa de Inner Green Deal, "Resilience in Nature Walk", marzo 21 2025.

Mi primer arcoiris en el 2025. Que sea un buen augurio para este año que sin duda marcará la transición a una nueva etap...
05/01/2025

Mi primer arcoiris en el 2025. Que sea un buen augurio para este año que sin duda marcará la transición a una nueva etapa en mi vida.
Les deseo a todos un año nuevo lleno de venturas.

25/11/2024

Caminar en espiral

En un lugar de la reserva natural San Rafael, encontramos una superficie de 800 metros cuadrados, y dentro de ella, 16 senderos conectados en el centro, que dan forma a una espiral. Caminando los senderos con una postura meditativa, se entra y se sale del interior de la espiral, en un recorrido entre árboles, todavía muy jóvenes, y flores de lupinos. Teniendo en mente y corazón un sentido de dualidad se puede notar la presencia de la llegada y la salida, la contracción y la expansión, el principio y el final, el nacer y el morir. Y entre esas dualidades, en el recorrido se evoca el transcurrir de los procesos, de los cambios, de las transformaciones. Sentir la vida es lo que permite ese caminar por la espiral, como representando en la brevedad, el trajinar por la vida misma.

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A un amigo que se fue (mi reconocimiento a Octavio Restrepo)Si antes tenía problemas para medir el tiempo, ahora veo que...
29/09/2024

A un amigo que se fue (mi reconocimiento a Octavio Restrepo)

Si antes tenía problemas para medir el tiempo, ahora veo que se ha vuelto peor. El miércoles, por un mensaje In memoriam en redes sociales, supe de la partida física de alguien que fue muy importante en mi vida. Ahora entra en la lista de los que en mi juventud llamaba mis amigos mu***os, aunque lo de amigos era solo en una sola dirección, pues esos ausentes nunca me habían conocido. Habían llegado a ser amigos solo porque yo los había conocido, de oídas, como se suele decir, y por libros o escritos. Para dar un ejemplo, uno de ellos fue Vincent van Gogh, de quien me hice amigo a través de sus Cartas a Theo, que conocí gracias a La Monita, en ese momento mi amiga, luego novia, y ahora esposa y madre de mis hijos. Y los llamaba mu***os porque no estaban presentes en cuerpo físico, aunque en otro sentido estaban para mí más vivos que nadie. Me doy cuenta ahora que eso de mu***os no es la denominación adecuada. Algo mejor pudiera ser amigos trascendidos. Es así entonces que la amistad puedes ser también una relación unilateral.
Conocí a Octavio cuando trabajé como ingeniero de diseño en Integral, una de las empresas antioqueñas emblemáticas de ingeniería de consulta, hace unos 33 años. Allí estuve tres años. Yo hacía parte del equipo del departamento de Plantas hidroeléctricas, y debíamos relacionarnos con ingenieros de muchos otros departamentos: mecánicos, eléctricos, presas, vías, estructuras, arquitectura, etc. Debíamos coordinar informaciones especializadas de esos lugares para integrarlas en los planos de la casa de máquinas de la central hidroeléctrica. Y así, en una de esas visitas conocí a Octavio, en el de estructuras. Con las visitas fuimos compartiendo más allá de lo meramente técnico. Cosas que surgen en las conversaciones, un poco al azar quizás, algo circunstancial, conexiones que resultan por intereses o búsquedas comunes, pero también por apreciaciones o sentires parecidos. El contacto con Octavio significó para mí haber encontrado un oasis en medio de un mundo bastante convulsionado en mis primeros años de ejercicio profesional, joven, lleno de preguntas, de dudas, de ideales, de inconformidades, donde me sentía como un náufrago social.
En una conversación con Octavio podíamos hacer un recorrido por el arte, tanto desde autores conocidos como nuevos para mí, un Hokusai, por ejemplo; y de ahí pasábamos a las matemáticas de Mandelbrot, con los fractales. Después de salir de Integral lo visitaba en su casa de Belén La Palma. Allí pasábamos a un espacio diferente para compartir otras aficiones, como el cuidado de la vid sembrada en su patio tarsero, o su cuarto de revelado fotográfico, o algún libro de filosofía de su biblioteca, o su telescopio. Para personas de rasgos solitarios como los míos, conectar con personas como Octavio, resulta ser un verdadero aliciente de vida, un bálsamo existencial. Darnos cuenta que otro ser, con rasgos similares, ha logrado sobrevivir en la selva social, resulta ser esperanzador. Pero por otro lado, más que eso, encontrar a un ser humano sabio, sincero, generoso, honesto, con un corazón puro, con un humor fino, a la vez con una alta sensibilidad, sobrellevando sus angustias, dolores, preocupaciones, sus propias limitaciones, todo un ser humano con la inmensidad de la bella humanidad a cuestas, eso es ¡un tesoro! El miércoles 25 de septiembre, cuando vi en las redes sociales la imagen del cielo estrellado con el título In memoriam a Octavio Restrepo Restrepo, sufrí en inmenso sacudón. En ese momento me di cuenta que el tiempo había pasado, y que esta vida de tantas obligaciones que no da tiempo para las visitas, me había dejado con la última imagen de Octavio, como si el tiempo se hubiera detenido para él y para mí en ese momento. Ahora Octavio hace parte de mis amigos trascendidos. Para mí seguirá siendo la misma amistad de siempre, viviendo del recuerdo de muchos momentos comunes, muchos encuentros sinceros, y muchas imágenes vivas donde siempre estará Octavio, como esta imagen en la que ayer pude recordar una visita suya a mi reserva natural en Santa Elena.

En el tercer aniversario de mi mamáQuerida mamá, otro año más, pero con la misma sensación de que fue apenas ayer que es...
08/09/2024

En el tercer aniversario de mi mamá

Querida mamá, otro año más, pero con la misma sensación de que fue apenas ayer que estábamos contigo. Quizás esto se entienda con esta explicación, que somos seres constituidos de varios cuerpos, para los que el tiempo es un estado diferente. Para no teorizar demasiado, solo con un ejemplo espero aclararlo. Mi cuerpo físico de hoy ya siente, o más bien resiente, el cansancio; pero mi cuerpo anímico siente por ti lo mismo que ayer. Hoy estuvimos en la misa, por ti, como lo hicimos el año anterior, y de nuevo el sacerdote nos recordó que es el día de conmemoración del nacimiento de la Virgen María, y me encanta esa efeméride tuya con ella. Siento por eso una alegría mayor. Como no sé cuál sea la manera en que percibes lo que nos sucede por acá desde donde estás, quiero contártelo desde mis sensaciones. Hago aquí otra aclaración para quien se atreva a leer esta carta. Imagino que la manera de percibir de los seres depende del plano en el que habiten. Así que pienso que mi mamá, desde donde esté, no puede verme de la misma manera como lo hacen algunas personas en mi propio plano. Tal vez ella me ve en ciertas formas y colores, pero no con la imagen del cuerpo físico ni con el detalle de cada instante (porque, como ya decía, el estado del tiempo cambia). Han sucedido muchas cosas en el año desde el septiembre pasado, que debes haberlas percibido a tu manera. A finales del año pasado me sentía muy cansado tanto física como anímicamente y tuve que recurrir a varios tipos de ayuda intentando sanar. Una de ellas me conectó contigo. Poco a poco me he ido recuperando, aunque creo que puedo llegar a estar mejor, ¡todavía quisiera estar mejor! Hemos tenido muchas alegrías este año, que habrás sentido en su momento, aunque no supieras qué eran. Dos muy seguidas fueron los grados profesionales de Manuel y de Sarita. ¡Sí que lo hubieras disfrutado aquí con ellos! Ahí te cuento pues para que lo goces. Te imaginarás así que ahora ha comenzado para ellos otra lucha diferente, la del trabajo. Manuel, que ha sido tan valiente en la vida (¡qué honor para mí que alguna vez él también me hubiera llamado valiente!), lo vemos muy dedicado a su arte del cine, creando, leyendo, escribiendo, y por ahí ha podido tener un poco de actividad laboral. Sarita, ha comenzado una maestría en psicología clínica. Lleva desde hace un tiempo haciendo un voluntariado, atendiendo cada semana a personas afectadas por el cáncer, o a sus familiares. Poco a poco va en la consolidación de la actividad laboral. Otra, que logró un reconocimiento este año fue Marta. En el mes de marzo pudimos completar las semanas de cotización para la pensión y adivina, ¡ya es pensionada! Mira qué alegría. Gracias a ti y a mi papá, que tanto contribuyeron y que supieron valorar su acompañamiento, cariño y dedicación hacia ustedes. De mi papá, puedo decirte que no está en las mejores condiciones, pero al menos lo seguimos acompañando y visitando mínimo tres veces por semana. Se vio muy delicado en abril, pero logró recuperarse y ahí sigue, casi como un roble, aunque muy delgado, y rígido, pero en apariencia tranquilo. De mí en especial, te cuento que sigo con mis luchas de siempre. En la universidad se han dado cambios, pero, la verdad, sigo casi en las mismas condiciones contradictorias: por un lado, me apoyan, pero por otro me obstaculizan. Aunque el balance, como hoy lo veo, no está mal, porque cuando resultan las obstrucciones aparecen, por otro lado, algunos alicientes de manera inesperada. Estoy tratando de encontrar un equilibrio entre esos sentimientos contradictorios. Y no quiero dejar de darte informe de mi trabajo en Santa Elena. Cada vez más convencido de la bendición de los árboles, que sigo sembrando y que me permiten sentirme conectados a ti. No sé qué pensarías si pudieras ver hoy la reserva natural, y si como la mayoría de personas me preguntaras dónde iba a sembrar más árboles, y yo podría explicarte (como también les digo), que desde que haya tierra siempre cabrá un árbol más, porque ellos saben regularse para vivir en armonía y estar según las condiciones. De todas maneras, mamá, sigue protegiéndonos. Hoy en tu misa sentí una caricia del viento que nunca había experimentado en la iglesia, le hice ese comentario a Marta, quien es más asidua que yo a la iglesia, y me confirmó esa misma sensación. Quiero pensar que eras tú que nos abrazabas.

Un corazón 💛 en el bosque
03/06/2024

Un corazón 💛 en el bosque

Reserva natural San Rafael, un patrimonio espiritual para honrar a mis padres (4)Después de contar con el arriendo de la...
28/04/2024

Reserva natural San Rafael, un patrimonio espiritual para honrar a mis padres (4)

Después de contar con el arriendo de las casas para hacer la finca sostenible, tuve la idea de compartir el espacio de naturaleza con otras personas, en especial con aquellas que buscaran un sitio para conectarse con el suelo, con los árboles, las plantas, las mariposas, los pájaros, en fin, la vida, en muchas de sus formas. En diciembre de 2016, en un viaje con mi familia por Villa de Leyva, mientras leía un libro de meditaciones antroposóficas, se me ocurrió incorporar algunas de esas meditaciones en siete estaciones de un recorrido que había diseñado dentro de la reserva natural. Sin saberlo estaba haciendo una actividad que hoy se conoce como "baño de bosque" o shinrin-yoku, una práctica promovida en Japón desde hace más de cuarenta años, para reconocer el valor del bosque y su influencia benéfica en la salud. En mi recorrido incluía en cada estación una lectura reflexiva, una meditación corta, y una actividad vivencial. Ofrecí este programa por redes sociales. Recibí participantes de varias partes, la mayoría extranjeros, aunque lo había pensado especialmente para citadinos locales. Por esa época estaba haciendo también la formación como arteterapeuta. Una vez, en agosto del 2019, recibí una reservación para una de las actividades, que le había dado por nombre en ese entonces, día de silencio en la naturaleza, hoy la llamo, tu armonía en conexión con los árboles. La reservación la hacía un joven mejicano, Dan. Usualmente me comunico con el participante y le ofrezco recogerlo en alguna estación del Metro para que suba conmigo en el carro y facilitarle la llegada. La experiencia no resultó ser tan silenciosa porque percibí que Dan necesitaba hablar. Así que, hicimos las lecturas, meditamos, conversamos. Al final de la tarde regresamos juntos a la ciudad. Poco a poco la reserva natural se fue transformando en un sitio de servicios compartidos con los inquilinos y con aquellos que resuenan en conexión con la naturaleza. También, por aquellos tiempos conocí a Ana, una ingeniera agrónoma española que presentaba en un video en internet del 2017, una conferencia sobre la comunicación con los árboles. La fui siguiendo por redes sociales y en algún momento le escribí. Ana tenía un sitio web del que recibía sus newsletters. Un día me atreví a escribirle, solo para manifestarle lo valiosos que eran sus mensajes para mí. Desde ese momento hemos mantenido algún contacto, diría que ya alcanzamos una amistad mediante la comunicación remota. Una vez Ana organizó una reunión por Zoom desde su grupo de seguidores de comunicación con los árboles. Asistí, y también otras personas de España, y creo que de Argentina, Chile, y México. Si mi memoria no me engaña, la reunión fue un sábado, el día que dedico mi trabajo a la reserva natural, no recuerdo el mes ni el año, pero fue en pandemia. Me conecté por el celular. Iniciamos por una presentación personal. Cuando llegó mi turno, comencé a hablar. Por la cámara de una de las asistentes se podía ver que detrás suyo, al fondo del espacio donde se encontraba, alguien se movía de un lado a otro. Entonces, en un momento, esa persona se acercó a la pantalla. Mi voz le había parecido familiar y quería asegurarse si me conocía. Pues para sorpresa de él y la mía, nos estábamos volviendo a encontrar luego de dos años de habernos visto por primera vez en Medellín. Nos saludamos, con la emoción que produce un encuentro inesperado. Situaciones de esas siempre me llevan a pensar en la presencia de una fuerza del destino que intenta decirnos algo. Lo que pueda significar no lo sé, pero lo que me vale es que ese misterio, me anima a creer que algo poderoso nos acompaña.

Dirección

Santa Elena, Vereda El Llano
Medellín
050017

Horario de Apertura

9am - 5pm

Teléfono

+573012497006

Página web

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Contacto El Consultorio

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