06/12/2025
Cuando el avión se cae
Desmontando un argumento basado en el miedo.
En las redes sociales y foros de discusión de nuestra asociación de ateos, es común encontrar comentarios burlones de creyentes que afirman: "Los ateos dejan de ser ateos cuando el avión se va a caer". Esta frase, repetida como un mantra, pretende insinuar que en momentos de crisis extrema, incluso los no creyentes recurren instintivamente a la idea de un dios para buscar salvación. Sin embargo, este argumento no solo es superficial, sino que revela más sobre la psicología de la fe religiosa que sobre el ateísmo.
En lugar de probar la existencia de una deidad, expone cómo ciertas creencias se alimentan de emociones primitivas como el pánico y el terror, algo que los ateos rechazamos en favor de una visión racional y basada en evidencia del mundo.
Para empezar, examinemos por qué esta expresión no demuestra en absoluto la existencia de un dios. Invocar a una entidad sobrenatural en un momento de peligro inminente no la hace real, del mismo modo que gritar el nombre de Superman o del Chapulín Colorado durante una caída libre no convoca a héroes ficticios para detener el desastre. La historia está llena de ejemplos donde personas en pánico recurren a mitos, supersticiones o figuras imaginarias, pero eso no valida su existencia objetiva. En realidad, este comportamiento es una respuesta psicológica humana universal ante el estrés agudo: el cerebro, en modo de supervivencia, busca cualquier ancla emocional para mitigar el miedo.
Los ateos, como cualquier persona, podrían experimentar un lapsus instintivo influido por la cultura dominante, pero eso no implica una conversión genuina ni prueba la veracidad de ninguna religión. Es, en todo caso, un reflejo condicionado por siglos de adoctrinamiento social, no una revelación divina. Lo que sí revela esta burla de los creyentes es la dependencia intrínseca de su fe en el miedo y el sufrimiento.
Al usar el escenario de un avión cayendo, admiten implícitamente que su creencia en dios florece bajo condiciones de terror psicológico y amenaza existencial. Las religiones organizadas históricamente han empleado el temor a la muerte, el infierno o el castigo eterno como herramientas para mantener la adhesión de los fieles. Sin el espectro de la tortura eterna o el sufrimiento inminente, ¿qué sustento queda para muchas doctrinas?
Estudios psicológicos, como los que exploran el "efecto de estrés postraumático" en la religiosidad, muestran que la fe a menudo surge o se intensifica en momentos de crisis, no en la calma racional. Esto contrasta con el ateísmo, que se basa en la evidencia científica y la razón, sin necesidad de coacciones emocionales para persistir.
Por el contrario, en condiciones de gozo, prosperidad y estabilidad emocional, la necesidad de seres imaginarios tiende a desvanecerse para la mayoría. Aunque algunos creyentes podrían atribuir una risa compartida, un logro personal o un día soleado a la intervención divina como un acto de gratitud habitual, estos momentos se pueden disfrutar plenamente por sí solos, anclados en la realidad tangible, sin requerir explicaciones sobrenaturales obligatorias.
La fe religiosa, en cambio, parece requerir un estado constante de vulnerabilidad: el miedo a lo desconocido, la amenaza de la muerte o el juicio divino. Esto explica por qué muchas conversiones ocurren en prisiones, hospitales o durante desastres naturales, donde el espanto domina. Los creyentes que nos atacan con esta frase no solo proyectan su propia inseguridad, sino que confiesan que su creencia no emana de una "verdad demostrable" —como pretenden las escrituras—, sino de un temor perpetuo que les impide enfrentar la vida sin muletas sobrenaturales.
En resumen, la próxima vez que un comentario burlón invoque el "avión cayendo" para cuestionar nuestro ateísmo, recordémosles que su argumento no nos debilita, sino que fortalece nuestra posición. Demuestra que el ateísmo es una elección racional, libre de cadenas emocionales, mientras que su fe depende de un ciclo de miedo y amenaza para sobrevivir.
Invitamos a los creyentes a reflexionar: ¿por qué una deidad omnipotente y benevolente necesitaría del terror para ser adorada? En nuestra asociación, promovemos un mundo donde la razón prevalezca sobre el pánico, y donde la vida se celebre sin la sombra de entidades ficticias. Si el avión cae, enfrentaremos la realidad con dignidad, no con ilusiones.
Asociación de ateos de Pereira
(Estilo y gramática asistida con IA generativa)