05/05/2024
Sin embargo, en el siglo XI, simplemente tener una opinión informada en ciencias de la salud no es suficiente, y más si se trata de nutrición al ser una ciencia susceptible a la influencia de diversos intereses y creencias. Que está llena de “expertos” tanto titulados como no titulados, lo que dificulta discernir la fiabilidad de la información disponible.
El ejemplo más común es el de las redes sociales, donde la necesidad de crear contenido y obtener una retribución puede llevar a la publicación de información poco precisa y fiables. Aunque puede ser necesario para los profesionales de la salud compartir información en estas plataformas, el problema surge cuando, en el afán de generar contenido, se comparten datos superficiales que pasan por alto aspectos críticos del método científico.
Mi recomendación para aquellos que educan es encontrar un equilibrio entre la precisión científica y la comunicación efectiva, sin caer en pseudociencias. Hay muchas formas de educar sin perder de vista la rigurosidad y la integridad científica.
Para quienes ven la redes como un medio educativo, que no está cerca de ser el mejor en temas de salud, les aconsejo ser críticos con la fuente de información. Aunque las redes son parte de nuestra rutina diaria, es importante cuestionar la calidad y veracidad de lo que consumimos, ya que estamos hablando de tu salud y la de quienes te rodean.
Feliz domingo 🙏🫡❤️
