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Hoy el HOSPITAL FRANCISCO DE PAULA SANTANDER y su Dispositivo CAMAD MOVIL hace presencia en el sector de la galería municipal y sus zonas aledañas prestando atención a la población de calle consumidora de sustancias psicoactivas por parte de los profesionales clínicos y sicosociales, igualmente proporcionando alimentación a los participantes.

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La arteterapia desde el área de terapia ocupacional potencia la capacidad de creatividad e imaginación de los pacientes. Facilita y acompaña a la persona para que a través del proceso artístico, logre identificarse como tal, consiguiendo una aceptación y acogida del propio yo y también poder comprender su entorno socio emocional

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26/07/2022

Jornada de atención integral en salud mental, estamos ubicados el parque biosaludable del barrio Morales Duque junto al salón comunal! Los esperamos!

11/04/2022

Una adicción no sanan las heridas emocionales, solo tapan el dolor momentaneamente haciendo creer que con eso se sienten bien, sin darse cuenta que el vacío se hace cada vez más grande.

Abandono...

A todos nos abandonaron un día.
Y cuando digo abandonar, no me refiero sólo a un acto extraordinario o taumático del pasado. Es más simple, pero duele igual.

A todos nos abandonaron en el medio de un bullicio.
En el inicio de un proyecto.
En el placer del logro cumplido.
En el momento menos pensado.
En el momento más esperado.

A veces pasa, que te das vuelta y no tienes quien te limpie las lágrimas, quien te de una palmada en la espalda, quien te guiñe el ojo cuando algo te salió bien y quien te limpie las rodillas si llegas a caer al pasto.

Todos sabemos de la soledad que se siente cuando nos sentimos solos.
Porque todos fuimos abandonados un día.
Y entonces, encontramos un secreto tristísimo, un acto paliativo, para tapar ese pozo.

Vemos gente que se come la angustia tragándose un paquete de ci*******os,
el otro que corre y corre como un loco a ver si el viento en la cara le vuela ese agujero en el pecho.
Personas que se comen las uñas junto con los nervios y la ansiedad paralizante.
Paquetes de galletitas que van a parar a la boca sin noción de que lo que se intenta matar, no es el hambre.
O por lo menos, no ese.
Niños que se perforan la nariz y las venas, con alguna que otra cosa que lo pase a otra realidad por un par de horas.
El otro se pone a jugar lo que no tiene.
Tú comprarás compulsivamente cosas que no necesitas, para sentirte un poco vivo por un instante.
Y yo me quedaré mirando una película, que me habilita disimuladamente a llorar mirando afuera, lo que no tengo ganas de mirar adentro.

Es que somos tan jodidos con nosotros mismos que cuando peor estamos, es cuando más nos castigamos.
Porque todo eso que te comes, te come a ti.
Te pone peor.
Te suma al abandono, la culpa de hacer algo que sabés que no es genuino.
Que no es lo que quieres.

No comes así por hambre.
No te intoxicas por placer.
Tapas.
Escondes.
Tiras abajo de la alfombra.
Cierras los ojos.
Te pones un bozal y un par de auriculares para no escuchar tu corazón.

Date cuenta.
Te estás comiendo a ti.
Y quizá, el secreto esté en frenar.
En sentir.
En recordar, que en ese abandono lo que te falta, es lo que tienes que buscar: amor.

Quizá sea hora de pedir ese abrazo.
De acostarte en las rodillas de tu mamá.
De poner la cara y llamar diciendo, sí, te juro que te necesito.
Es ahora.
Después no.
Ahora.

Anda a esa casa.
Habla con quién te escucha.
Llora, grita, di, pide y da.
¡Ahora!

Hacer malabares, en medio del desvorlote, no tiene más que un resultado.
Resultado que no va a curar la herida que te sangra, porque le estás tapando con un curita.
Y las curitas no curan.
Las curitas tapan.
Y tú sabes muy bien que el dolor tapado no es dolor sanado.

Para un poquito.
Mira en el espejo de tu alma.
Frena.
Mira lo que te falta y sal a buscarlo en dónde creas que lo puedas encontrar de verdad.

No revolotees como mosca en platos vacíos.
Pide lo que necesitas si ves que solo no puedes.
Porque no hay peor abandono que el que se hace a uno mismo.
Con eso no se juega.
No tienes derecho.

Autoría: Lorena Pronsky

10/11/2021

¿Cómo evitar una recaída en las dr**as?

Parece más lógico recaer durante el primer año o segundo, pero es posible volver a caer después de muchos años también. Las causas de mayor peso son consecutivas y son olvidarse de que uno es un adicto, no seguir aplicando lo que se ha aprendido durante un tratamiento de rehabilitación y repetir las conductas que se tenían cuando se consumía.

Hay que combatir estos tres motivos.

1. No te olvides de la enfermedad que tienes.
Se llama adicción y es crónica. Te puedes recuperar, pero no curar. Creerse que uno está curado es una causa de caer otra vez porque dejas de hacer lo que debes, lo que has aprendido en tu tratamiento. No dejes de priorizarte, de cuidarte. Si lo haces no estarás atento a las señales y no verás las alarmas saltar cuando les toca. La consecuencia de esto es que caerás en el punto 2 y 3 siguientes. No importa el tiempo que haga que estás sin consumir.

La recaída es un proceso. Hay una serie de pistas que debemos identificar para evitar volver a las dr**as. Esas pistas son las actitudes de antes y la aparición de los síntomas de la enfermedad. La adicción es un trastorno del comportamiento. Por tanto, hay que trabajar desde la conducta adictiva.

2. Evita hacer la misma vida que antes.
Después de la desintoxicación, pasan unos meses y parce que ya estás bien. Sigues el tratamiento, pasas la rehabilitación. Ya has renunciado a tus amigos y a tu vida de consumo. Y crees que ya estás bien. Pero no lo estás. El momento de verse otra vez con el churro en la mano, la copa en la barra o la raya en la mesa, es el momento en que se materializa el hecho de que ya habías vuelto a tener el mismo estilo de vida.

Atento al momento de volver a dirigir tu vida y tomar tus decisiones, a quién ves y cómo vas a vivir. Si las tomas sin ayuda, las tomas mal porque vas directo a lo mismo. Es lo normal, porque estás diseñado para acercarte a la droga. Si llevas la misma vida que cuando consumías, volverás a drogarte. Salir mucho de fiesta, ligar de más, llevar una vida caótica, salir y entrar con tus amigos de siempre, no cuidarte y estar en ambientes con sustancias, hará que caigas en ellas.

Es posible que tu estilo de vida no fuera de desenfreno, por la edad o tu historial de consumo. Da lo mismo. Tampoco es aconsejable llevar la misma vida. Tu estilo de vida debe ser otro al que tenías cuando consumías.

Se puede salir, ver a amigos, divertirse, se puede hacer de todo excepto consumir. Pero tu cabeza no va a distinguir que la situación es diferente si todo lo demás coincide con lo de antes.

3. No volver a comportarse como el de antes.
Si llevas la misma vida, te comportarás como la persona que eras mientras te drogabas. Si no la llevas, pero actúas igual, estamos en las mismas. Repetirás conductas de tu personaje de consumo.

Alertas: Volver a mentir, saltarse las normas, no tener ganas de hacer nada, creer tener la razón, imponer tu opinión sólo por ser la tuya, rumiar en tu cabeza contra otros, dejar de cuidarte y abandonar los hábitos sanos que aprendiste, creerte una víctima de todo, dedicar demasiado tiempo a quien o a lo que no debes, tener relaciones sexuales no sanas, etc.

Cuando vueles a repetir las conductas adictivas, tu cabeza volverá a tener los síntomas de la enfermedad. La apatía, el aburrimiento, el vacío, la infelicidad, la irritabilidad, los cambios de humor y otros son señales. Aparecerá la ira en sus diferentes formatos, entonces te sorprenderás a ti mismo pensando mal de los demás.

Volverás a sentirte el de antes, a discutir mucho con tu pareja o familiares, a tirarte el días en el sofá sintiéndote apático porque ya no te llena nada otra vez. Dejarás de hacer ejercicio o de hacer lo que te ha llevado tanto tiempo saber que te sienta bien.

Y nada te llena. Lo que habías conseguido, los grandes logros, disfrutar, divertirte, tener hábitos saludables, vivir con dignidad, ser útil en tu sociedad, ser bueno en tu trabajo y muchos más.

Todos esos objetivos alcanzados durante todos estos años le parecerán poco a tu cabeza y un día, consumiras otra vez, la pregunta es ¿Estas dispuesto a pagar una factura más alta que la ultima vez por 5 minutos de placer?

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