09/05/2023
El tiempo y el miedo
Hace un tiempo se descubrió por parte de los científicos de la física cuántica, que el tiempo como lo conocemos no existe, de tal forma que el presente, el pasado y el futuro no son lineales, ni son universales. Como ejemplo se conoce que esas estrellas que vemos en el firmamento no están en el presente, están en un tiempo distinto al que las miramos, debido a la gran distancia a la que están de nosotros.
De esta manera, la distancia afecta el tiempo, tanto a nivel macro, como micro, ya que cuando la distancia es muy grande, se mide en tiempo y a eso le llamamos años luz y cuando la distancia es muy corta, el tiempo desaparece.
Pero qué tiene que ver esto con el miedo?
El miedo al futuro, escuchar personas que dicen que el futuro es terrible, escuchar amenazas, solo escucharlas, ni siquiera creerlas, hace que el futuro de miedo que se escucha o se ve en imágenes, se apodere del presente, de tu presente. El futuro tenebroso que se escucha o se mira a través del discurso de las personas negativas, son vehículos del miedo que no son de acontecimientos del presente, son solo posibilidades futuras, que al el ser compartidas contigo, se vuelven el miedo del presente, de tal forma que esa amenaza se vuelve presente a través del miedo.
De forma similar actúa el pasado en el presente. Cuando se recuerda el mal que le han hecho a alguien, o lo mal que se ha sentido, se trae al presente esas sensaciones de sufrimiento como si estuviera sucediendo ahora mismo, fusionándose de esta manera el pasado con el presente a través del recuerdo y de las sensaciones corporales que se sienten ahora mismo.
Por ello es que cuando se ven malas noticias o se escuchan los discursos de otros en los cuales se percibe el miedo, el odio o la ira, o ni siquiera hay emociones manifiestas, sino solo imágenes o sonidos de horror, ese dolor que se ve en las noticias se contagia, tomándose el presente, ese sufrimiento que otros tuvieron o tendrán, cuando la noticia se trata de malos presagios.
Pasado, presente y futuro se fusionan por lo tanto en el presente, a través de los contenidos que se escuchan. Ahora que, si se hace ocasionalmente, se trata de solo un pensamiento negativo, o una imagen perturbadora que se aleja sin problema, pero cuando se hace de forma continua o cotidiana, ese futuro, ese presagio de tragedia o ese recuerdo de horror, se apoderan del estado de ánimo de la persona, haciéndose un hábito.
Entonces el presente es de la misma calidad de las imágenes que se miran, que se escuchan y se promueven tanto con las personas con quien se encuentra físicamente la persona o que comparte en las redes sociales.
Me dice usted, que no debo ver malas noticias y que debo andar mal informado?
Te digo que mires la utilidad siempre de los contenidos de la información que permites que entre en tu cerebro y en todo su cuerpo. Si tu trabajo es ser un bombero, por favor entérate de los incendios para que los puedas atender, si tu trabajo es ser médico, observa la enfermedad del paciente para que lo puedas ayudar en su dolencia, la utilidad es la base de la información que requerimos recibir.
Pero si se está en un lugar y en un tiempo en el que no se puede hacer nada por un futuro, por un pasado e inclusive por un presente doloroso, si solo se va a enterar de la mala noticia, va a traer la tragedia a su presente, envenenando su cuerpo, sin ninguna utilidad.
Escuchar una mala noticia es algo útil y adecuado cuando la persona se va a poner en acción para poder ayudar en la situación que está agrediendo a alguien y la misma acción en el intento de ocuparse del asunto genera que el cuerpo lo viva con energía, con creatividad, con camaradería hacia los demás y por lo tanto afecta de manera muy diferente a la mente del que actúa, respecto al que solo observa la tragedia y no hace nada.
Observar una tragedia y no hacer nada genera una sensación de impotencia dentro de la persona y la observación o experimentación de un sufrimiento diario sin hacer nada hace que la persona incurra en la desesperanza y aprenda que la vida es desesperanza, causándole mucho sufrimiento y a eso se le llama desesperanza aprendida.
Por lo tanto, el pasado y el futuro pueden volverse el presente, dependiendo de los contenidos que se observan, que se escuchan y que se comparten.
M.Teresa.R.