
18/10/2024
Jubilación y vejez
Para contextualizar la temática, puede decirse que el envejecimiento es un proceso natural de la vida. Tiene un gran impacto en esta sociedad postmoderna. Romero (2010) precisa que es debido a los avances científicos, lo que aumenta cada vez más las expectativas y posibilidades de vida de los adultos mayores; afirma que en los países subdesarrollados sigue siendo muy bajo el nivel de aseguramiento social de los adultos mayores. Asegura que en América Latina, “tan sólo 4 de cada 10 personas mayores de 70 años, cuentan con ingresos provenientes de alguna jubilación o pensión” (Romero, 2010: 1).
En ese sentido, para algunos adultos mayores la jubilación es una experiencia positiva, oportuna para disfrutar el tiempo libre y liberarse de los compromisos laborales. Para otras, el retiro laboral supone una pérdida de poder adquisitivo y un descenso en la autoestima, pues experimentan el fin de un ciclo vital y con él ven terminadas las percepciones de autoridad y productividad asociadas al trabajo.
Según estudios realizados, existen diversas fases de adaptación a la jubilación, aunque no todos pasan por todas ellas, ni tampoco en el mismo orden.
• Fase de “Luna de miel”. Ocupa los primeros días que siguen al momento de la jubilación. Suele aparecer una sensación de estar de vacaciones.
• Fase de “Desencanto”. Suele aparecer sintomatología ansiosa o depresiva con hiperactividad, y en otras, abandonándose las actividades habituales.
• Fase de “Reorientación”. La etapa anterior obliga a buscar nuevas expectativas, más realistas y ajustadas a la nueva situación.
• Fase de “Estabilización”. Es el momento en el que nos adaptamos a la jubilación, aceptando nuestro nuevo estatus y alcanzando un equilibrio entre las posibilidades y los recursos.