22/07/2025
HISTORIAS QUE MERECEN SER CONTADAS 🐾🧡🐾
"Cada vez que iba a visitar a mi abuelo, me encontraba con la misma escena: él, en silencio, apartado, sin ganas de hablar con nadie.
Le gustaba estar solo. O quizás… solo no quería sentirse más herido.
Pero un día, decidí llevarle un pequeño perro que había rescatado de la calle.
No sabía cómo iba a reaccionar, pero lo miró… y lo llamó “Chirulin”.
Desde entonces, fueron inseparables.
Tomaban el sol juntos, compartían la comida, salían a pasear y veían televisión como si fueran dos viejos amigos que se conocían de toda la vida.
Mi abuelo cambió. Se volvió más alegre, más presente. Volvió a ser él mismo.
Pero un día cayó enfermo. Estuvo ingresado varios días.
Y en medio de ese tiempo de incertidumbre… me entregó una carta.
Era para mí.
En ella me explicaba, con todo detalle, cómo debía cuidar de Chirulin si él no salía del hospital.
Incluso escribió su receta especial para la sopa que le preparaba.
Mientras la leía, solo podía pensar en algo:
Quisiera que también me hubiera dejado una receta… para aprender a vivir sin él.
Mi abuelo confiaba tanto en ese pequeño compañero, que lo dejó en manos de toda la familia, como un legado.
Y cuando al fin le dieron el alta, llevamos a Chirulin al hospital.
Lo abrazó fuerte, con lágrimas contenidas, y le susurró al oído:
“Tenemos que darnos prisa y hacer todas las cosas que nos quedan por hacer juntos… no hay mucho tiempo.”
Y luego, se rió como un niño.
Hizo una lista de aventuras pendientes: paseos, comidas favoritas, días bajo el sol.
No eran solo planes… eran promesas.
Hay quien dice que los animales son “solo eso: animales”.
Pero si vieran lo que yo vi… entenderían.
Los animales son medicina para el alma.
Nos enseñan tolerancia, respeto…
Y sobre todo, ese amor que no exige, no hiere, no abandona.
Ese amor que simplemente… ama.
Amarlos nos enseña a amar de verdad..."🐾🧡🐾
✍️Guendalina Medio