15/04/2025
SANACION DE LA AUTOCULPA: UN CAMINO SUAVE PARA LOS SENSIBLE Y NEURODIVERGENTES.
por Julie Bjelland, LMFT
Si has pasado gran parte de tu vida sintiendo que eras la razón por la que las cosas salieron mal, como si fueras responsable de los sentimientos, la incomodidad o las reacciones de otra persona, incluso cuando no tenías control sobre la situación, no estás solo.
Muchas personas sensibles y neurodivergentes llevan una carga profunda, a menudo invisible, de autoculpa. No se trata de culparte a ti mismo por errores específicos, es una creencia crónica e internalizada de que tú eres el problema. Esa creencia a menudo comienza temprano en la vida, a veces incluso antes de que tengas palabras para describirla. Cuando algo se siente mal, tu cerebro trata de encontrarle sentido. Sin respuestas claras ni apoyo emocional, concluye tranquilamente: "Debo ser yo".
Tal vez el estado de ánimo de alguien cambió repentinamente y asumiste que lo causaste.
Tal vez una falta de comunicación te hizo sentir que eras demasiado, o que no eras suficiente.
O tal vez nadie explicó lo que estaba pasando, así que creaste una historia en la que tú tenías la culpa.
Este tipo de auto-culpa no significa que estés roto.
Significa que tu sistema nervioso se adaptó para ayudarte a sentirte seguro. Aprendió que asumir la responsabilidad, incluso por cosas que no eran tuyas, podría ayudarte a evitar conflictos, obtener aprobación o sentirte más en control en entornos impredecibles.
Como persona sensible y neurodivergente, es probable que notes las cosas sutiles que los demás pasan por alto: cambios de tono, silencio, lenguaje corporal, tensión. Cuando creces en entornos en los que tus necesidades emocionales no se veían, entendían o satisfacían por completo, es fácil empezar a asumir que si algo se siente mal, tú debes ser la razón.
Pero la autoculpa no es la verdad.
Es una herida.
Y como todas las heridas, puede cicatrizar.
La sanación comienza con la conciencia
Es posible que empieces a notar lo rápido que te vuelves hacia adentro cuando algo se siente mal. Incluso las interacciones pequeñas y neutrales pueden desencadenar espirales de dudas.
Es posible que te sorprendas pensando:
¿Los hice sentir incómodos?
Debería haber dicho algo diferente.
Tal vez fui demasiado intenso.
Probablemente arruiné el momento.
Estos pensamientos no son señales de que tengas defectos.
Son respuestas protectoras moldeadas por experiencias pasadas.
Vienen de una época en la que asumir la culpa se sentía más seguro que la incertidumbre.
Esto es lo que es cierto
Usted no es responsable de manejar las emociones de otras personas.
No tienes que arreglar cada interacción.
Para empezar, no tienes que cargar con cargas que nunca fueron tuyas.
Un regreso amable a ti mismo
Sanar no significa no volver a sentir dudas, significa aprender a responder de manera diferente cuando surge esa duda.
Parece que:
Hacer una pausa cuando notes pensamientos que te culpabilizan a ti mismo
Ofrecerte compasión a ti mismo, del tipo que naturalmente le darías a alguien que te importa
Recordarte a ti mismo: "No soy perfecto, pero no tengo la culpa"
Reconocer tu sensibilidad como una fortaleza, no como un defecto
Y está bien llorar.
Es posible que lamentes los años que pasaste creyendo que eras el problema.
Es posible que llores la paz que merecías pero que no sabías cómo reclamar.
El duelo también es parte de la curación.
Con la compasión viene la libertad
Con el tiempo, a medida que te encuentras constantemente contigo mismo con amabilidad, la voz de la auto-culpa se suaviza. Se vuelve más silencioso. Menos urgente. Menos creíble.
Y en su lugar, comienza a surgir algo más suave:
Confianza en sí mismo
Autoaceptación
Amabilidad hacia uno mismo
No eres demasiado.
Tú nunca fuiste el problema.
Mereces amor, descanso y libertad, exactamente como eres.