28/11/2023
el Camino del Yo Soy
INTRODUCCIÓN A LA SEXOLOGÍA TRASCENDENTAL
El último siglo ha sido testigo de transformaciones extraordinarias en el campo de la Sexología, especialmente a través de Sigmund Freud, Jung y sus continuadores. Hoy día se reconoce al s**o como el centro de gravedad de todas las actividades humanas; alrededor del s**o giran todos los aspectos sociales de la vida. Nosotros, a la luz de la Filosofía Perenne o Gnosis Universal, no podemos menos que reconocer en la energía creadora sexual la raíz misma de la Vida y la causa primera de la Creación.
En lo tocante al ser humano, la energía sexual no sólo está relacionada con la reproducción de la raza y la salud del cuerpo, sino que las energías expresadas en las esferas de pensamiento, sentimiento y voluntad no son sino modificaciones de esta misma energía, cuyo aspecto más trascendental está vinculado con el Espíritu Divino.
En anterior publicación exprese mi experiencia como trabajador de una gran empresa, haciendo similitud con la gran fábrica humana en la cual estamos encarnados reflexionaba de la importancia de la energía sexual, es hora que analicemos esta energía en función de todos los aspectos que toca en nuestra vida, y las posibilidades que tenemos haciendo sabio uso de esta energía.
Comúnmente se considera la función GENERADORA del s**o, pero pocos tienen en cuenta su relación con la caída edénica y la DEGENERACIÓN de la humana especie, menos aún su actividad REGENERADORA en el terreno de lo psico somático y lo espiritual, permitiendo el desarrollo de las infinitas posibilidades humanas en relación con el Deber Cósmico y los objetivos de la Manifestación.
Sin duda es notorio como grandes religiones intuyendo esta posibilidad de transformación con esta energía erróneamente suponían que solo la “retención” era suficiente, como resultado esta energía no trasmutada ocasiono un problema mayúsculo; exteriormente la energía sexual, estas hormonas poderosas en sí mismas, “su ansia de ser” aunado con una pobre didáctica para eliminar el ego ocasiono en monasterios e iglesias el homosexualismo, adulterios y pedófilos.
Al descomponerse esta energía y ser asimilada por el organismo podemos ver dos efectos claros, una gordura excesiva o delgadez extrema, psicológicamente un fanatismo tendencioso y un cinismo refinado. La filosofía del tao compara esa energía o aliento vital con una lámpara de aceite. Podemos quemar este aceite a toda velocidad sin siquiera detenernos a repostarlo. O podemos centrarnos en ir reponiéndolo, y recordar que, cuanto menos gastemos, menos tendremos que repostar y más vitales nos sentiremos.
Pero, además, hay una energía única que es capaz de generar vida interna por sí misma. ¿Cuál? Una energía que tenemos dentro, que no tenemos que ir a buscar a ningún sitio y que es tan poderosa que, con ella, podemos crear nueva vida: la energía sexual.