31/10/2025
A veces creemos que nuestros padres están bien… pero no siempre es así.
El silencio, la rutina y la aparente tranquilidad muchas veces esconden cansancio, tristeza y soledad.
Y aunque ellos digan:
“Yo estoy bien en casa”,
detrás de esa frase hay un cerebro envejecido que ya no decide desde la lógica,
sino desde el miedo:
miedo a perder control,
miedo a ser una carga,
miedo a dejar de sentirse útil.
Como hijos, confundimos respeto con pasividad.
Nos gana la culpa, el “¿y si se siente mal?”,
y terminamos aceptando decisiones que los aíslan poco a poco.
Pero el envejecimiento también necesita guía.
Así como ellos alguna vez insistieron con nosotros por nuestro bien,
hoy nos corresponde persuadirlos con amor,
orientarlos hacia una vida más activa, acompañada y llena de sentido.
Los clubes día y los centros de cuidado NO son abandono,
SON EVOLUCION, BIENESTAR , SALUD EMOCIONAL
El verdadero abandono NO es confiar el cuidado…
ES DEJAR QUE EL TIEMPO Y LA SOLEDAD LOS APAGUE EN SILENCIO.