
23/07/2025
Las distorsiones cognitivas no son simples pensamientos negativos.
Son interpretaciones automáticas que aparecen con carga emocional y se sienten verdaderas… pero eso no las hace precisas.
Generalmente, se activan como respuestas aprendidas —y muchas veces no revisadas— a experiencias marcadas por inseguridad, crítica o falta de validación.
Pensamientos como:
• “Si no lo hago perfecto, no vale.” → Pensamiento dicotómico (todo o nada)
• “Seguro están decepcionados de mí.” → Lectura mental (atribuir sin evidencia)
• “Siempre arruino todo.” → Sobregeneralización
• “No soy suficiente.” → Descalificación de lo positivo o etiquetado global
Estas ideas no definen quién sos.
Son patrones que tu mente automatizó para protegerte de posibles errores o rechazos, pero que hoy pueden estar afectando tu bienestar.
Desde lo clínico, entendemos que estas cogniciones activan esquemas disfuncionales de autovaloración. Y cuando se sostienen en el tiempo, tienden a reforzar ciclos de evitación, ansiedad o desregulación emocional.
Aprender a identificarlas, cuestionarlas y transformarlas no es pensar “positivo”.
Es desarrollar flexibilidad cognitiva: la capacidad de observar tus pensamientos sin quedarte atrapad@ en ellos, y elegir respuestas más coherentes con lo que realmente te importa.
Pero el cambio no termina ahí.
También requiere mirar lo que hay detrás de esos pensamientos: tus creencias intermedias y nucleares.
🔹 Las creencias intermedias son suposiciones o reglas internas como:
• “Si no hago todo perfecto, me van a rechazar.”
• “Tengo que encargarme de todo yo.”
No siempre son visibles, pero influyen en tu forma de pensar, decidir y reaccionar.
🔹 Las creencias nucleares van más profundo:
• “No soy suficiente.”
• “No merezco ser amado.”
Suelen originarse en experiencias tempranas y, aunque hoy no se ajusten a tu realidad, siguen operando como si fueran verdades absolutas.
Trabajar sobre estas capas no solo cambia lo que pensás.
Cambia cómo te hablás, cómo te tratás y cómo te posicionás en el mundo.
Sanar también es eso: revisar tu diálogo interno y reconstruir la forma en que te relacionás con vos mism@.