26/08/2025
En la escuela nos enseñaron que la calificación lo es todo. Que define tu valor.
Si sacas 10 eres listo, si sacas 6 eres flojo.
Y lo repetimos sin darnos cuenta con nuestros hijos y alumnos.
Esto presenta dos problemas.
El primero: La ciencia ya nos dijo que eso apaga la motivación interna. Deci y Ryan lo demostraron hace años: cuando aprendes solo por la recompensa (la nota, el premio, la palomita), dejas de aprender por curiosidad, por interés, por ganas de crecer.
Y el segundo, aún más grave: la educación básica no solo forma hábitos, también forma autoconcepto.
Un niño empieza a creer: “soy de primera si s**o 10, soy de segunda si no lo logro”. Eso pesa muchísimo. Porque no está moldeando solo su estudio, está moldeando cómo se ve a sí mismo.
Y lo digo porque lo vivo todos los días. En nuestra escuela no hay calificaciones y nuestros alumnos tienen altos niveles de motivación. Incluso niños que batallan con las matemáticas dicen que les gustan y que son buenos en ellas… no es que se autoengañen, es que se perciben avanzando, logrando.
Desde la psicología positiva estamos hablando de bienestar, de la A de achievement (logro) del modelo PERMA. Porque su desempeño no es una calificación bonita en el cuaderno, es el aprendizaje que sostiene la confianza. El esfuerzo que se celebra. La capacidad de levantarse después de un error. Eso… eso es lo que construye bienestar, mucho más que un promedio.
Si queremos estudiantes resilientes, creativos, capaces de aportar al mundo, tenemos que dejar de entrenarlos solo para sacar buenas notas… y empezar a reconocer los logros que realmente cuentan.
¿Tú qué opinas? ¿La calificación refleja el verdadero aprendizaje o necesitamos cambiar la forma en que evaluamos?