
26/08/2025
La hernia abdominal se presenta cuando parte de algún órgano o tejido protruye a través de un punto debilitado en la pared muscular alrededor del abdomen. Algunas hernias no provocan ningún síntoma y la gente incluso puede no saber que tiene una hasta que el médico la descubre en un examen de rutina. No obstante, lo más común es que los pacientes vean y sientan el bulto de la hernia, el cual generalmente se vuelve más obvio al ponerse de pie o pujar. Además, se puede sentir dolor, debilidad o presión en la zona afectada.
Los tipos de hernia abdominal que podemos encontrar son:
- Hernia Inguinal: Es la más común y ocurre en la ingle.
- Hernia Umbilical: Se localiza en la región del ombligo y es más frecuente en bebés y personas mayores.
- Hernia Incisional (o Ventral): Se desarrolla en el sitio de una incisión quirúrgica anterior, debido a la debilidad del tejido cicatrizado.
- Hernia Epigástrica: Aparece en la línea media del abdomen (línea blanca), entre el ombligo y el hueso del esternón.
- Hernia Femoral o Crural: Se presenta en la parte superior del muslo, justo debajo del pliegue inguinal, y es menos común que la inguinal.
- Hernia de Spiegel: Se ubica en el lateral del abdomen, en el borde del músculo recto del abdomen.
El tejido graso del abdomen suele ser el primero por el que protruye la hernia, lo cual es ventajoso porque tapona el orificio, puesto que pueden surgir problemas cuando parte de un órgano (normalmente el intestino) empuja al músculo debilitado y queda atrapado fuera (encarcelamiento).
La hernia abdominal que queda encarcelada puede impedir el tránsito del contenido por el intestino o puede desconectarse de la provisión sanguínea del cuerpo ameritando atención quirúrgica inmediata.
Se opera una hernia para aliviar el dolor, la molestia o una protuberancia, y para prevenir complicaciones graves como la estrangulación, que ocurre cuando el tejido o intestino queda atrapado y pierde el suministro de sangre, lo que es potencialmente mortal. Aunque algunas hernias pequeñas e indoloras pueden no requerir cirugía inmediata, las hernias generalmente no desaparecen por sí solas y tienden a crecer con el tiempo. La cirugía es una emergencia si la hernia está estrangulada o incarcerada presentándose señales de alerta que incluyen dolor intenso, náuseas, vómitos y dificultad para eliminar gases.
A pesar de que su hernia no le ocasione ningún síntoma, es importante que acuda regularmente al médico para evaluarla y notar anomalías o un crecimiento que amerite su intervención quirúrgica.