
16/08/2025
Ella estaba sentada en silencio, mirando una foto vieja.
En la imagen, su hijo pequeño la abrazaba con esa sonrisa que derrite cualquier preocupación.
Pero, en su mente, no veía la ternura de ese momento…
Solo recordaba las veces que pensó que no fue suficiente.
“Tal vez debí tener más paciencia… tal vez debí estar más presente”, se repetía.
Entonces, escuchó una voz suave —quizá la de su propia alma— que le dijo:
“No midas tu amor por lo que crees que faltó, sino por todo lo que diste con el corazón que tenías en ese instante.”
En ese momento, entendió que no necesitaba cargar con culpas viejas.
Que cada error había sido una lección,
y cada acierto, un regalo.
Respiró profundo, dejó que una lágrima cayera y sonrió.
Porque ser madre no es ser perfecta,
es ser real, amar a pesar de todo… y aprender a perdonarse.
Hoy, en el Día de la Madre, recuerda: tu amor siempre ha sido más grande que tus dudas.