09/08/2025
Día Internacional de los Pueblos indigenas
Nacieron aquí, de ellos fue el sol cada mañana, el aire infinito que respiraban; sus dioses-creencias y saberes, la tierra de eterna grandeza, el sonido de miles de aves, mamíferos e insectos que existían en su entorno.
Nacieron desnudos, en libertad plena, convivieron con la tierra, la luna, el sol y las estrellas, aprendieron de la naturaleza y encontraron la riqueza no en el brillo del oro o la plata, la encontraron detrás de raíces, hojas y semillas de millones de plantas que les servían para alimentarse, curar sus heridas y enfermedades.
Vivieron felices, se multiplicaron y bailaron apasionados entre el color en las hojas, teñidos por el rojo ocre conseguido en un acantilado, y en los tintes de algunos crustáceos, adornaron sus cuerpos con ornamentos espectaculares, con plumas de gran intensidad, hojas de palmas y flores deslumbrantes, su artesanía y cerámica son joyas únicas e irrepetibles.
Conocieron el mar y lo respetaron, los ríos y los amaron, lagos y lagunas y les reverenciaron, fueron armoniosos con la naturaleza, la caza y la pesca únicamente se hacía para buscar alimento, sus nombres se inspiraron en el susurro del viento, o en la cálida mañana, o tal vez en el celaje de oro.
Vivieron por miles de años disfrutando de un paraíso hecho a su medida, construyeron palenques, pirámides y calzadas, su mundo era su tierra, su origen divino y su tiempo el regalo del fuego, la libertad del viento y el abrazo de la lluvia.
Hoy sus descendientes tienen la sangre diluida y ya no son los dueños de su tierra, gentes de otros lados llegaron y les quitaron el gusto por el buen vivir, les enfermaron, les quitaron la tierra, sus nombres, sus creencias y saberes.
Hoy debemos pelear por rescatar su tierra costumbres y contribuciones a la cultura, por darles salud, educación e igualdad de oportunidades, negarles sus Derechos Humanos, sería un crimen, porque son los verdaderos hijos de los habitantes autóctonos de este mundo.
En este día reverenciamos a miles de hombres y mujeres que son la esencia de los pueblos ancestrales de América, y esperamos que la modernidad respete su origen, accedan a reconocer sus derechos y sus aportes, tradiciones y lo que significan en la diversidad humana del presente.