
22/07/2025
Ser adulto mayor no disminuye el valor, la dignidad ni los derechos de nadie. Cada arruga, cada paso pausado, es testimonio de una vida vivida con esfuerzo, amor y sabiduría. Por eso, el reconocimiento legal no es un favor: es un acto de justicia.
Nuestra sociedad no puede permitir que la edad borre derechos. Al contrario, debe honrarlos. Reconocer a las personas adultas mayores como iguales ante la ley es afirmar que su historia cuenta, que su presente importa y que su futuro merece respeto.
Porque una nación que honra a sus mayores es una nación que honra su propia raíz.