
21/08/2025
Pongamos un ejemplo:
María, 5 años, llegaba todos los días a su preescolar sin decir una sola palabra, ella se comunicaba con gestos, miradas y silencio.
Muchos pensaban que era “tímida” o que “ya hablaría con el tiempo”. Pero detrás de su silencio había un mundo emocional complejo.
Con acompañamiento terapéutico, a través del juego, los dibujos y la confianza, María comenzó a expresar lo que sentía. No fue inmediato, pero poco a poco las palabras llegaron.
¿A qué voy con esto? Cuando un niño guarda silencio, no siempre es timidez. Puede ser su manera de decirnos que necesita un espacio seguro para expresarse.
¿Te sientes identificad@ o has escuchado alguna experiencia similar?
Te leo en comentarios.
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