20/09/2024
EL HIJO DE JERRY Y DE MAUREN
Hace unas semanas estaba comprando algo para el almuerzo y el vendedor me comentó: ¿vio que él hijo de Jerry abrió un laboratorio? ¿Será que pegue?
Mi respuesta fue escueta, afirmando que sí sabía (¿cómo no?, si está a la par de mi consultorio) y veía en él una persona esforzada por lo cual no había por qué dudarlo.
Aun así la pregunta me seguía dando vueltas en la cabeza.
Hoy, estando en el gimnasio, una persona me dijo: ¡Qué buen laboratorio! ¿Verdad que es el hijo de Maureen? Es un buen muchacho, a mi hija ni le dolió cuando le sacó sangre.
Eso me llevó a recordar lo de días atrás y fue más allá, específicamente 20 años. Era el 2004, recién graduado, sin suerte para obtener una plaza de servicio social, sin una familia que pudiese ayudarme económicamente para iniciar en lo privado. Aunque un colega y amigo (Guillermo Rodríguez) me ofreció quedarme en Coronado para ver qué hacíamos, yo quería regresar a La Virgen. Con entusiasmo llevé mi hoja de vida a los centros de salud más cercanos, con la esperanza de poder trabajar para la CCSS; pero 20 años después sigo esperando 🤣.
El inicio no fue nada fácil, máxime siendo un muchacho del pueblo, al que muchos habían visto correr descalzo por los potreros y que en lugar de ser un médico, era el hijo de Elvis. Difícil también en una zona de escaso recursos y en un lugar donde todavía se mantienen muchos tabús.
Pero no me arrepiento de haberme quedado en mi pueblo y poder atender enfrente de la Escuela Claudio Lara en donde cursé la primaria. De hecho muchas veces, cuando tuve la oportunidad le dije a estudiantes universitarios o recién graduados que trataran de quedarse en el pueblo. Hoy tenemos una topógrafas (como Rachel Jones Huertas), ingenieras (Nicole Huertas una de ellas) y muchos más que que después de finalizar la universidad se han quedado a vivir en la zona. A algunos ni los vemos porque realizan teletrabajo. Eso, como pueblo, nos ayuda a desarrollarnos.
Por esa razón, cuando Matt Álvarez me dijo meses atrás que quería ponerse un laboratorio, le dije que tenía todo mi apoyo. A pesar de estar laborando en uno muy reconocido a nivel país, él tenía el sueño de realizarse profesionalmente en La Virgen. De hecho me sorprendió el día que llegó al consultorio y me dijo que ya había renunciado y aun sin una fecha de apertura, solo con el local alquilado. Lo vi todos los días llegar a cumplir horario mientras esperaba que salieran los permisos respectivos. Se le nota el deseo de hacer las cosas bien.
Y para ser transparentes, porque se que muchos se lo preguntan, estos son los datos financieros de mi participación en el Laboratorio Sarapiquí:
1. Inversión en el laboratorio: ₡0
2. Porcentaje pactado de las ganancias: 0%
3. Ayudar a un joven emprendedor: No tiene precio.
4. Saber que mis pacientes están en buenas manos: No tiene precio.
No se si al final Matt se verá favorecido o no con mi apoyo emocional, lo que si puede tener seguro es que, a pesar de verlo como paciente tanto siendo niño, adolescente y ahora adulto, y que obviamente se que es hijo de Jerry Alvarez y de Maureen Castro, mi respecto hacia él es como el Dr. Matt Álvarez Castro, microbiólogo.
PD: un total agradecimiento a todos ustedes, cada uno lo sabe, que a lo largo de estos 20 años me han dado su apoyo.
