Enseñar a los niños sobre las emociones, es un derecho para el...
Lo social, moral y ético no pueden separarse en el organismo del niño,
La necesidad de planificar el aplazamiento de la satisfacción de "los pequeños placeres" para realizar nuestros deberes no se consigue aprendiendo aritmética, francés o matemáticas, etc... Un niño que conoce y gestiona las emociones es un niño que funciona mejor.
Situación de evidencia de perfil pasivo agresivo
El Trastorno de personalidad pasiva agresiva es una condición crónica en la cual la persona parece ser condescendiente con los deseos y necesidades de los demás, pero en realidad se resiste pasivamente a ellos y está cada vez más hostil y enojado. La persona con esta afección tenderá a un desarrollo deficiente en su profesión a pesar de su buena inteligencia, puede declinarse a la dependencia o consumo de alcohol u otras drogas, y con una probabilidad acuciante de establecer relaciones tóxicas.
Los psiquiatras ya no reconocen esta condición como un diagóstico oficial; sin embargo, los síntomas son problemáticos para muchas personas y pueden necesitar atención profesional.
Las causas de este trastorno se desconocen, pero, como sucede con la mayoría de los trastornos de personalidad, probablemente está relacionado con una combinación de factores ambientales, comportamentales y genéticos.
Las personas con este trastorno rechazan la responsabilidad y lo demuestran a través de sus comportamientos en lugar de expresar sus sentimientos abiertamente. La dilación, la ineficacia y el "olvido" son comportamientos empleados para evitar hacer lo que necesitan hacer o lo que otros les han dicho que deben hacer.
Una persona con este trastorno aparentemente cumple con los deseos de otros, incluso puede mostrarles entusiasmo, pero la acción que se le solicita la puede realizar demasiado tarde para que tenga alguna utilidad, la realiza de una manera que no sirva o realiza un sabotaje para expresar la ira que no ha manifestado verbalmente. Puede presentar ideas obsesivas, "temores" o "presentimientos" de que a alguien que le puede estar demandando algo específico sufra un accidente, tenga una enfermedad grave o muera.
Los trastornos de personalidad se diagnostican sobre la base de una evaluación psicológica y una historia clínica cuidadosa acerca del grado y duración de los síntomas. Algunos de los signos comunes del trastorno de personalidad pasiv
La intensidad del vínculo afectivo está directamente relacionada con el tiempo de interacción que haya tenido el bebé con la madre y el entorno; y el tiempo de tardanza en la respuesta ante el llanto del bebé y su demanda.
El contar con varias figuras de apego puede resultar para el bebé en una ventaja en consonancia al hecho de contar con variedad y diversidad interaccional y cominucacional. Al tiempo que si se presentara la necesidad de sustutuir o relevar una de las figuras vinculantes; el estrés natural generado por dicha pérdida o ausencia no sería tan traumático o masificado para el bebé.
Las preferencias del bebé por vincularse con una u otra de las figuras de apego están determinadas por el grado de interacción placentera que el bebé comparte en el espacio que dicha figura le dedica a la relación con el bebé.
Apego seguro
La necesidad de contacto en el desarrollo del niño.
Va más allá del físico, implica también la condición de acceder a la certeza de cobertura emocional, respaldo, cuidado y deconstrucción de la esperanza en un continuo acompañamiento por parte de los cuidadores hacia el bebé. Acceder a la facilidad de dejarse consolar cuando se le presta atención a sus necesidades; y salir {explorar su mundo aunque parezca pequeño} a integrarse al ambiente que le rodea o circunscribe es de vital importancia para asegurar los pasos hacia la superación de obstáculos, tolerancia a la frustración e integración de su propio self (el sí mismo).
Desarrollar una relación con el niño implica tiempo y calidad. Cuando el niño percibe que sus necesidades serán satisfechas y que cuando llora le consolarán, desarrolla un apego seguro.
El apego sería la relación más íntima, profunda e importante que establecemos los seres humanos, los bebés tienen desde el momento de nacer la necesidad biológica de relacionarse, comunicarse y ser protegidos por un adulto significativo, es un mecanismo de supervivencia, implica un proceso relacional, por tanto comunicacional, el cual se genera al atender regular y cotidianamente el malestar o estrés del bebé, desarrollando en él seguridad, confianza y autonomía para abordar el mundo. Si el adulto reacciona integral y sintonizadamente con el niño, ante estas necesidades, fomentará un apego seguro, si por el contrario estás necesidades son ignoradas o no se calman se formará un apego inseguro y los primeros años del bebé son esenciales para su desarrollo. Esto no es lo mismo que "darle todo lo que quiere", tampoco implica estar en brazos todo el rato como un injerto.
Es posible hacer caso de un niño y no cogerlo en brazos. Como también pueden haber niños que van colgados de brazos todo el rato y sin que se les haga caso, que la persona a a la que pertenecen los susodichos brazos haga caso omiso de la necesidad del niño
Análisis Transaccional, Entrevista a Eric Berne
La idea de evitar los conflictos suena muy buena, sin embargo muchas veces es inevitable entrar en conflicto hasta con nuestros propios pensamientos, ¿quien no ha tenido conflictos en su trayectoria de relaciones? Bueno finalmente sería verdaderamente saludable conseguir entender el origen de dichas discrepancias y entendiéndolas mejorar la comunicación y buscar una salida íntegra. Es una cuestión de decisión.
Compensación de la convalecencia
Algunos acumulan tanto poder, aún con buenas intenciones (es por el trabajo, todo sea por el ministerio, por la empresa, por los niños, por la familia, el hogar, etc..) No obstante la mala gestión de dicho poder puede llevarlos a convertirse en absolutos volcanes, con resultados tan devastadores como los provocados por los colosos naturales al explotar, sin embargo, a diferencia de los volcanes naturales éstos humanos terminan "cocinándose" por dentro destruyendo su salud, física y emocional, arrasando con quienes tengan a su vera que suele ser un familiar (o grupo familiar), los amigos y gente que les ama, aunque no está exento el sistema laboral. De una u otra forma sufren todos, aunque los hay aquellos que expresan alegría o juicios de autoabsolución ante el sufrimiento que ellos creen les es ajeno. Lo irónico es que toda consecuencia afecta sobre todo sistema en el que se encuentre y no es una cuestión de causa-efecto, sino de la naturaleza circular de los sistemas que tienden a buscar una acomodación, equilibrio y compensación para sobrevivir.
Los problemas "pequeños" a veces son sólo los precursores de grandes bolas de nieve que terminan en avalanchas ocasionando más daños colaterales de los que un pronóstico pueda proyectar.
Pero volvamos al eje de la acumulación del “poder”, quienes lo acumulan de ninguna forma están disuadidos de soltar, delegar o compartirlo por nada ni por nadie, no es simple egoísmo, la mayoría no se enteran de la marcha que llevan, pese a las advertencias de peligro de seguir por esa ruta de almacenamiento”; tras todas estás advertencias esperan en su zócalo íntimo una revelación divina en forma de fuego contundente que los confronte y los detenga; pero ese muy callado veredicto proveniente de sus más íntimos deseos de lograr galardones con hilvanes de afán, puede que nunca suceda, y cuando ocurre no es tal sino la misma explosión de sus entrañas fundidas que los toma desde todos los flancos en e
Compensación de la convalecencia
Las discrepancias en la puntuación de los hechos en la dinámica de la comunicación, tienen lugar en todos aquellos casos en que por lo menos uno de los comunicantes no cuenta con la misma cantidad de información que el otro, pero no lo sabe.
Así, por ejemplo, una persona escribe un mensaje a otra proponiéndole pasar unas vacaciones con ella. Esta segunda persona acepta, pero su mensaje de respuesta no llega a destino. Después de un tiempo, la primera llega a la conclusión de que la otra no ha tenido en cuenta su invitación, y decide no interesarse más por ella. Por otro lado, la otra persona se siente ofendida porque no tuvo contestación a su mensaje e invitación, con la que esperaba más detalles, y también decide no establecer nuevo contacto. A partir de ese momento, el malestar silencioso puede durar eternamente, a menos que se decidan a averiguar qué sucedió con sus comunicaciones, es decir, que comiencen a metacomunicarse. En este caso, un hecho exterior fortuito interfirió la congruencia de la puntuación.
Estos casos de comunicación patológica constituyen círculos viciosos que no se pueden romper a menos que la comunicación misma se convierta en el tema de comunicación. Pero para ello tienen que colocarse afuera del círculo. Este tipo de patología ha producido incluso guerras milenarias, y en el caso de familias o parejas en particular, rupturas, mal entendidos, maltrato y una serie de conflictos que, llegan a ser tan añejados por la misma rutina que se cristalizan en el tiempo, provocando que surjan y se respalden ideas erróneas de que la vida es así o que la vida con esta persona es así, o que “soy de esta forma y no se puede cambiar”. En los procesos terapéuticos se da la posibilidad de salir del círculo y mostrar otras opciones.
La psicoterapia busca romper con esa interacción infinita distorsionadora de la realidad, tratando de que las personas implicadas en la interacción comunicacional distorsionada comiencen a h
Hablando de la calificación de secuencias de los hechos
¿Cómo está calificando la dinámica de sus relaciones?
La naturaleza de una relación depende de la escala que los participantes hagan de las secuencias comunicacionales entre ellos; es decir se puntúa cada secuencia de hechos cuando nos comunicamos con otros. Adoptamos una postura expresada, desde la cual se interioriza siendo dicha postura desde donde se parte para interpretar, lo que el otro está queriendo o intentando decir. Por eso se pueden producir diferentes errores en la comunicación. Como puede ser el asumir que la naturaleza de la relación está determinada por una reacción en cadena de causa y efecto; “¡él me pegó primero!”. Cuando nos enfrascamos en saber cuál es la causa y el efecto de las acciones en la comunicación, sin tomar en cuenta que existe una circularidad en todo contexto comunicacional y relacional, se cae en un círculo vicioso; cada uno se ampara en la información que cada uno tiene, generando más malestar y alimentando el conflicto; dejando como única salida el hablar sobre lo que se está diciendo acerca de dicho conflicto. Ejemplo: “Mira, en este punto estamos exagerando en un hecho o estamos minimizando esto otro”, “en este contexto no quise decir esto sino esto otro”, “quería que entendieras o dieras por sentado esto y esto, pero resultó algo totalmente distinto”. “Llevamos mucho tiempo con la misma conversación [discusión] y no llegamos a ningún acuerdo ni siquiera a una lógica común entendible”. “Cada vez que tocamos este tema sólo me siento con angustia e incluso me hace doler la cabeza, porque sé que no llegará a ningún lado”, “este tipo de conversación siempre me deja reventado, desgastado y me hace sentir frustrado”.
Entre las personas que se comunican se dan una serie de mensajes intercambiados, a su vez dichos mensajes se influyen entre sí, nunca en forma lineal todo lo que se emite es procesado por el que recibe, según las competencias, implicación y afección que
Respaldo emocional en los niños.
Heredar a sus hijos la posibilidad y habilidad de Gestionar sus emociones, puede ser de los mejores legados que pueda crear para su futuro.
Aprender a gestionar las emociones negativas puede ayudar a la efectividad del aprendizaje, hay cambios específicos en el cerebro que están relaciones con el altruismo y la compasión. La cognición y las emociones pertenecen a la misma área del cerebro. Tan importante es invertir tiempo en el aprendizaje intelectual como en el emocional.
Enseñar habilidades sociales y emocionales a los niños desde los 5 años hasta la universidad es muy eficaz, los vuelve muchos más cívicos y mucho mejores estudiantes. De modo que ayudar a los niños a gestionar sus emociones les potencia su capacidad de aprendizaje. Enseñar a los niños a concentrarse, hacer introspección a focalizarse y hacer más compasivos, les permitirá el aprender a confrontar con mayor destreza las situaciones de frustración y crisis, dando la oportunidad de abrir en su cerebro nuevas conexiones que desarrollen capacidades de resolución y superación.
Una mente calmada, con estabilidad, permite que el niño se desenvuelva con seguridad.
Tome en cuenta este inciso: Actualmente las personas nos hemos vuelvo tan apresurados, y distraídos, respiramos tan mal que perdemos la claridad en nuestra mente. Al no oxigenar bien nuestro cerebro y músculos [caso muy evidente en los períodos de ansiedad que puede experimentar un individuo], al perder la claridad de nuestra mente las decisiones que se tomen en periodos de ansiedad serán más respuestas de supervivencia que respuestas con proyección de efectividad basada en una economía de la energía tanto física como emocional de la que dispone la persona protagonista de dicha situación.
Una crianza sin cariño y con una deficiente gestión de las emociones puede desembocar en adultos con vidas más problemáticos. La educación emocional comienza en el útero materno. Los niveles prenatales en la vida de la m
Toda recompensa subyace a un esfuerzo
¡Mantener lúcido y ejercitado tu cerebro es tan sólo tu responsabilidad, ahora que aún puedes! ¿Qué decides?
Situaciones que demandan autocontrol
Situaciones que demandan autocontrol...Cualquier coincidencia con alguna realidad que le hayan contado, ¡es mera casualidad! Como quien lidia con el intelecto y el instinto primario; con la carnalidad del momento y el espíritu para autoconservarse.