16/07/2025
El poder oculto de la MANZANA
Es la fruta fisiológica por excelencia y centro de
atención respecto a la limpieza hepática profunda,
por su capacidad de ablandar los cálculos
intrahepáticos, gracias al ácido málico que aporta.
Pero más allá de este importante rol, la manzana
debe centrar nuestra atención por contenidos y
efectos saludables que trataremos de resumir aquí.
En primer lugar veamos sus componentes más
importantes, que siempre actúan en natural interacción:
— Acido málico: es un compuesto orgánico presente en
vegetales de sabor ácido (como la manzana) y en las células
del organismo, responsable de la obtención de energía a
partir de los alimentos (ciclo de Krebs) y clave en la
absorción nutricia del intestino y en la detoxificación
hepática. Su deficiencia está relacionada con la FIBROMIALGIA ,
la FATIGA crónica y la DEBILIDAD muscular.
— Desintoxica (de metales pesados), ayuda a la recuperación física (evita acumulaciones de ácido láctico), mejora la fuerza muscular y la alerta mental. Protege la piel, es antiséptico y protector bucal. Mejora las funciones digestivas (aporta hidrógeno).
— Ácidos orgánicos: tienen efecto antiséptico, alcalinizante
(desdoblamiento rápido) y regenerador de flora. Destacan
los ácidos: cítrico, glutámico (antiulceroso, tónico,
incrementa la capacidad mental), linoleico (vitamina F),
oleico, succínico, salicílico, palmítico, cafeico y málico (el
más importante en el marco de la limpieza hepática
profunda, al asegurar el eficiente ablandamiento de los
cálculos intrahepáticos, evitándose los cólicos que generaría
su dureza ante el empuje de la bilis).
— Aminoácidos: cisteína (componente de los tejidos, elimina
las toxinas del hígado), glicina (antiácido natural,
responsable del sistema inmunitario), arginina (clave para el
crecimiento muscular y la reparación de los tejidos, esencial
para el sistema inmune), histidina (vasodilatador, estimula el
jugo gástrico, combate anemia y artritis, útil para las
úlceras), isoleucina (necesaria para un crecimiento
adecuado y para el equilibrio del nitrógeno), lisina
(interviene en la producción de anticuerpos, la construcción
de los tejidos, la absorción del calcio), serina (ayuda a
fortalecer el sistema inmune y el nervioso), valina (favorece
el crecimiento infantil, interviene en el equilibrio del
nitrógeno), metionina (necesaria para la producción de la
cisteína, ayuda a regular el colesterol).
— Azúcares: después del agua (85%), es el componente más
importante, principalmente en forma de fructosa (necesita
menos insulina que la glucosa) y en menor medida glucosa
y sacarosa, bien mediadas por la fibra soluble.
— Catequina: antioxidante muy potente, clave en la salud
cardiovascular. Las catequinas tienen mayor poder
antioxidante que las vitaminas C y E. Previenen daños en el
cerebro y enfermedades neurodegenerativas. Estabilizan el
colágeno, importante proteína que asegura el bienestar de
la piel y previene que los capilares se vuelvan frágiles.
— Minerales: rica en potasio (clave en el equilibrio hídrico de
las células, en la diuresis y en los impulsos nerviosos y
musculares), hierro, magnesio, con algo de calcio, azufre,
boro (mineral no muy abundante, que permite la asimilación
de calcio y magnesio) y fósforo.
— Pectina: es fibra soluble (el tipo de fibra más importante
por su poder estimulante sobre la flora bacteriana aerobia)
que ayuda en la metabolización del colesterol (evitando la
reabsorción del excedente biliar que debe excretarse
intestinalmente) y es buena herramienta contra la diabetes
(modera el paso de azúcar a sangre).
— Quercetina: flavonoide (antioxidante) con muchas
propiedades y de tan alta concentración como en la cebolla.
Resulta efectivo en el tratamiento y prevención de las
enfermedades cerebrovasculares (evita depósito de
colesterol en arterias y su estrechamiento, y agregación
plaquetaria), la obesidad o el cáncer. Debido a su actividad
antihistamínica es útil para la prevención de ataques
alérgicos, asmáticos y crisis de eliminación de parásitos.
Sorbitol: glúcido producido por fotosíntesis de las hojas
adultas, que ayuda en los problemas de intestinos (tiene
efecto laxante).
— Taninos: es una de las frutas más ricas en este compuesto
antiinflamatorio y astringente, que desinflama las mucosas
gástrica e intestinal.
— Vitaminas: principalmente C y E (antioxidante, estabiliza
los glóbulos rojos y promueve la fertilidad) y provitamina A.
Veamos a continuación sus principales efectos saludables.
— Antiácida: su contenido en pectinas y glicina (antiácido
natural) la hacen adecuada en acidez estomacal y buen
sustituto de antiácidos químicos.
— Anticancerígena: esto se debe al aporte de catequinas,
quercetina (flavonoides que protegen contra la acción de los
radicales libres) y pectina (estudiada en Japón sobre el
cáncer de colon). Los estudios evidencian los mejores
efectos en el consumo de la cáscara. Además la semilla
aporta la conocida B17 (laetril), que en presencia de células
tumorales activa su potencial destructor (cianuro más
benzaldehído) en perjuicio de las mismas.
— Anticatarral: adecuada por sus propiedades expectorantes
en caso de bronquitis, tos o congestión mucosa.
— Anticolesterol: el aporte de metionina, fósforo y fibra
soluble, resultan fundamentales para la adecuada regulación
de los niveles de colesterol.
— Antidiarreica y laxante suave: aunque parezca
contradictorio su alto contenido en pectinas y taninos la
convierte en un buen regulador intestinal. Es laxante suave
en casos de estreñimiento, especialmente a primera hora
del día, cruda y con cáscara. Pero el valor absorbente de las
pectinas y el efecto de los taninos la hace ideal en caso de
colitis, diarrea o gastroenteritis.
— Antiinflamatoria: indicada en casos de inflamación del
estomago, los intestinos o las vías urinarias.
— Antitabaco: una dieta solo a base de manzanas durante
unos días, puede ayudar a dejar el hábito de fumar.
— Colerética: descongestiona el hígado y se hace útil en
hepatitis, hígado graso y cirrosis hepática. Fluidifica la bilis y
es clave en el ablandamiento de los cálculos intra hepáticos.
— Dermatosis: por su poder desintoxicante y alcalinizante,
alivia manifestaciones dérmicas crónicas (eccemas).
— Diurética y depurativa: favorece la eliminación de fluidos
corporales, siendo muy adecuada en casos de toxicidad,
obesidad y enfermedades reumáticas. Su contenido en
cistina, arginina y ácido málico, la hacen adecuada para
eliminar toxinas y combatir problemas como ácido úrico,
gota, cálculos o insuficiencia renal.
— Hipotensora: el poder vasodilatador de la histidina y el
aporte de potasio, la convierte en buen aliado para aliviar la
presión sanguínea elevada.
— Sedante: por su contenido en fósforo, resulta un alimento
con valores sedantes, adecuado para antes de dormir.
Es la única fruta que se puede comer antes o después del almuerzo.
Preferible comerla crudas, pero se puede comer en cualquier presentación, cuando se cuece, es mejor hacerlo sola sin azúcar, sin otro ingrediente.