15/09/2025
¿CÓMO LA MALA POSTURA AFECTA LA COLUMNA VERTEBRAL?
La columna vertebral es la estructura central que sostiene el cuerpo y protege la médula espinal. Está diseñada para mantener una alineación natural con tres curvaturas fisiológicas: la cervical, la torácica y la lumbar. Sin embargo, cuando adoptamos una mala postura de forma repetida o prolongada, esta armonía se rompe y aparecen desequilibrios que afectan no solo la columna, sino también músculos, ligamentos y articulaciones.
La mala postura al estar sentado, como encorvarse hacia adelante frente a una pantalla o dejar que los hombros caigan, aumenta la presión sobre los discos intervertebrales, las almohadillas que amortiguan los huesos de la columna. Esta sobrecarga puede acelerar su desgaste y favorecer la aparición de hernias discales o degeneración temprana. En la región cervical, inclinar constantemente la cabeza hacia abajo para mirar el celular genera lo que se conoce como “síndrome del cuello de texto”, que incrementa la tensión muscular y provoca dolor, rigidez y cefaleas.
En la zona lumbar, la falta de soporte adecuado en la silla o el hábito de permanecer mucho tiempo de pie con la espalda arqueada compromete la musculatura estabilizadora, lo que se traduce en dolor crónico y riesgo de lesiones. Además, las posturas inadecuadas alteran la biomecánica corporal, haciendo que otros músculos tengan que compensar, lo que puede causar contracturas, fatiga y limitaciones de movimiento.
El impacto no se queda solo en la espalda. Con el tiempo, la mala postura afecta la circulación, la respiración y la digestión, ya que comprime órganos internos y limita la expansión del tórax. Incluso puede repercutir en la salud emocional, pues la postura encorvada se asocia a estados de ánimo bajos y a mayor sensación de cansancio.
La prevención pasa por la conciencia postural: mantener la espalda recta, los hombros relajados, la cabeza alineada y apoyar correctamente la zona lumbar al estar sentado. Alternar posiciones, realizar pausas activas, fortalecer la musculatura del core y practicar ejercicios como yoga o pilates contribuye a recuperar la alineación natural de la columna.
La mala postura nos recuerda que pequeños gestos cotidianos, repetidos durante horas y días, pueden transformar lentamente la arquitectura de la columna. Corregirlos a tiempo no solo evita el dolor, sino que preserva la movilidad, la energía y la salud integral a lo largo de la vida.