11/05/2025
Tomado de la web 💻
Hoy desperté pensando en ti, como muchas veces, pero esta mañana el corazón pesa un poco más.
Es 10 de mayo, y aunque tus brazos ya no estén para abrazarme, tu amor sigue aquí, tan presente como siempre.
Hay cosas que no se olvidan, mamá.
Como tu voz llamándome por mi nombre,
como tu risa cuando hacías que todo pareciera menos complicado,
como tus regaños con ternura y tus silencios que hablaban más que mil palabras.
No estás, pero te siento.
En la forma en que doblo una toalla,
en los refranes que de pronto salen de mi boca,
en las veces que me sorprendo siendo fuerte, como tú.
Hoy no tengo flores que dejarte en las manos,
pero tengo palabras, recuerdos, y la promesa de seguir siendo la persona que tú soñaste.
Porque honrarte es vivir con amor, con valores, con gratitud.
A todas las mamás que ya no están,
pero dejaron huellas tan profundas que no hay ausencia que las borre…
Gracias por haber sido faro, raíz y abrazo.
Y a ti, que aún tienes a tu mamá, dile que la quieres. Llámala. Abrázala largo.
Porque un día el corazón la buscará en el cielo y desearás haberla abrazado más.
Buenos días, mamá… esto es para ti.
Y para todas las mamás que son cielo, fuerza y memoria.