15/01/2024
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Tomar una lata de refresco al día aumenta en un 22% las posibilidades de sufrir diabetes de tipo 2.
El Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) ha participado en un estudio europeo que ha constatado la relación directamente proporcional entre el consumo de refrescos azucarados y el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.
El hallazgo, publicado en la revista Diabetología, se enmarca dentro del consorcio InterAct, un subgrupo del Estudio prospectivo europeo sobre dieta, cáncer y nutrición (EPIC).
En el trabajo, coordinado por Dora Romaguera, investigadora del CIBERobn, se analizó el consumo de zumos, refrescos azucarados y refrescos edulcorados artificialmente en 350.000 personas de ocho países europeos, atendiendo a las siguientes variables: consumo de alcohol, nivel educativo, nivel de actividad física y si eran fumadores o no.
Los resultados corroboraron que por cada 336 ml diarios de refresco azucarado, aproximadamente una lata, aumenta hasta un 22% el riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Este porcentaje desciende ligeramente, hasta un 18%, si se tienen en cuenta el resto de calorías ingeridas y el índice de masa corporal (IMC).
"Si alguien consideraba que un vaso o una lata al día era poco, estaba equivocado, el consumo ha de ser prácticamente excepcional", destaca Romaguera.
En los participantes que bebieron más refrescos edulcorados artificialmente también aumentó el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, pero al ajustarse los datos según el IMC, la asociación desapareció.
“Esta relación puede deberse a que las personas con un IMC más alto tienden a beber más bebidas edulcoradas o light, precisamente porque ya padecen problemas de sobrepeso y, por lo tanto, tienen una mayor predisposición a desarrollar diabetes”, indica la investigadora.
En cuanto al zumo o néctar de frutas, no se registraron casos de una mayor incidencia de DM-II entre sus consumidores, no obstante cabe puntualizar el control de su consumo