18/09/2025
Valora tu imperfección, celebra tu capacidad de equivocarte y vuélvete cada día más humano. En muchas ocasiones escucho a la gente decir que sueña con encontrar a su amor ideal, una casa perfecta, o ser el trabajador sin fallas o el padre sin errores. Cada vez que oigo esto me pregunto, ¿será posible que encontremos la felicidad el día en que alcancemos la perfección y todo eso que hemos soñado durante años? Y siempre llego a la misma conclusión: no.
La felicidad tiene mucho más que ver con sentirnos satisfechos con lo que tenemos que con buscar satisfacer sueños idealistas.
Comienza a ser feliz con la persona que eres, porque no es posible que alguien sea feliz si no se acepta con sus virtudes y defectos.Siempre que alguien se enfoca en alcanzar la perfección, en satisfacer estándares que otros le imponen, en alcanzar metas ajenas o ideales abstractos, se frustra. Esa persona está invirtiendo toda su energía vital en ver lo que no tiene, en intentar encajar en un molde para el que seguramente no fue hecho. Si en lugar de eso pudiera reconocer y valorar su lado humano; si encontrara en sus carencias una oportunidad para dejarse ayudar; si se permitiera ser quien es, llorar sin vergüenza, abrazar a quien ama, caminar descalzo, decir lo que piensa, ¡cómo cambiaría su vida. La vida no es una competencia, es una fiesta. Entre más satisfecho te sientas contigo mismo, más amable verás tu entorno y juzgarás con menos fuerza la imperfección.