26/07/2020
CUIDADO CON EL CHANTAJE DE LA PSEUDOCIENCIA Y EL EMPIRISMO.
En medicina, los números son los que determinan evidencia de que algo funciona o no. Esto a través de una hipótesis inicial, que hace que empiecen estudios primero in vitro, luego en animales, para pasar a un ensayo clínico que tiene al menos tres fases: la primera que prueba si un tratamiento nuevo es seguro, encontrar el mejor método de administración y ver si hay respuesta positiva. La fase dos, donde hay un grupo control y un grupo estudio, el primero recibe el tratamiento estándar y el segundo el nuevo. En la fase tres, se incluye a cientos de miles de pacientes, en el país o el mundo. Cada paciente se inscribe y tiene la posibilidad de estar en cualquiera de los dos grupos: controles o casos nuevos. En una fase final se prueba contra el tratamiento actual que esta probado, y que debería ser igual o mejor.
Durante todo el proceso, se debe vigilar sobre efectos colaterales, incluido daños reversibles, irreversibles o incluso la muerte, y de alguna manera equiparar los grupos para disminuir el sesgo de la investigación. Los valores estadísticos finales pasan las pruebas que determinan, fuera de la casualidad o el azar, que algo es mejor que lo establecido. Todo tiene un costo y alguien deberá pagar, por posibles efectos nocivos a las personas o sus familiares por el daño causado en caso que se produzca.
Esto es le método científico que debería someterse el dióxido de cloro o cualquiera otra substancia que se crea adecuada para un tratamiento específico. Esto no ha pasado con el tan mencionado CDC.
Pero si hay que diferenciar para la gente común que es casualidad y causalidad.
De 100 personas infectadas, 80 evolucionaran bien, con o sin síntomas, tomando dióxido de cloro o sin tomarlo, o quizá tomando cualquier otra sustancia que alguien le recomiende. Estas se curarán si o si. Si toman y se curan será por casualidad que lo hicieron mientras tomaban el cloro. Pero no son ellas quienes determinan realmente si el producto sirve.
De los 20 restantes, 15 tendrán la necesidad de hospitalizarse, tomando o no el dióxido de cloro. Aquí es donde debería valorarse si estas personas, enfermas serias, mejoran mas de 15 con el nuevo tratamiento. Porque a la fecha actual, 15 mejoran con el tratamiento médico probado. Sin embargo tampoco le convierte al cloro en panacea.
De las 5 graves, de las cuales morirán posiblemente 3, si les diéramos el dióxido de cloro, y se salvan mas de 3, recién ahí empezamos a creer que es mejor, o al menos igual, que lo que al momento existe; pero valorando a largo plazo, si no dejo secuelas y si estadísticamente hay diferencia significativa entre los grupos para decir que hay causalidad y no simplemente azar.
Hoy por hoy, la seudociencia, es la que va ganando porque la gente valora los 80 que mejoraron y que iban a mejorar de todas formas, sea con el cloro, cualquier agua de hierbas medicinales, el paico o la uña de la gran bestia. Por creencias así, la gente busca el cuerno del rinoceronte, como las aletas del tiburón o la sopa de murciélago para mejorar la potencia sexual, que es en lo único que aun no se prueba el dióxido de cloro.
PUBLICADO POR EL Dr. Carlos López Ayala