
26/08/2025
Lo que queda después del engaño
Ser traicionada te transforma por dentro.
No es únicamente la infidelidad en sí.
Es presenciar cómo se derrumba todo aquello en lo que habías depositado tu fe.
Es haber entregado tu amor sin reservas, confiando ciegamente en sus palabras, creyendo que estabas segura en sus brazos.
Y de repente... todo se viene abajo.
Lo que pensabas auténtico resulta ser un espejismo.
Te quedas en medio de los restos de esa historia, recogiendo pedacitos de ti misma, haciéndote preguntas que duelen más que la herida:
¿Alguna vez fue real lo que me decía?
¿De verdad me quiso como aseguraba?
¿O siempre fue una farsa?
El golpe no está solo en el acto de la traición.
Lo que hiere profundamente es la sacudida a tu confianza, es darte cuenta de que no solo lastimó tu amor, sino que sembró dudas en tu interior.
Te obliga a cuestionarte si no eras lo
suficiente,
si cometiste errores, si acaso merecías ese sufrimiento.
Y ese dolor...
no se disuelve de inmediato.
Permanece.
Se esconde en los silencios incómodos, en las madrugadas en vela, en los recuerdos que de pronto parecen
difusos, irreales.
Ser engañada no solo fractura el corazón...
también desfigura la manera en la que te
mirabas a ti misma.
Pero aun así, con el tiempo... te levantas.
Comprendes que esa traición no define
quién eres.
Que el daño que te causó revela más de su verdad que de la tuya.
Y justo en ese instante... comienza tu auténtico proceso de sanación.✍🏻❤️🩹