30/09/2025
Muchas veces se escucha en consulta frases como: ‘Quiero sanar la relación con mi mamá’ o ‘Mi papá fue duro y ausente, y todavía no lo supero’. Y es que lo que vivimos en la infancia nunca se borra del todo: nos acompaña, nos marca, nos atraviesa.
Todos somos adultos desde los niños que fuimos. Y aunque intentemos seguir adelante como si nada, esas heridas se manifiestan en nuestra manera de amar, de confiar, de poner límites, incluso en cómo nos miramos a nosotros mismos.
Pero dolor no significa condena. 💛 La experiencia no es sentencia. Siempre tenemos la posibilidad de transformar esa historia, de dar un nuevo sentido a lo vivido y de construir un presente distinto. Sanar no significa olvidar, sino aprender a diferenciarte, crecer y abrir caminos que te lleven a la contención y paz que tanto anhelas.
¿Es fácil? No siempre. Depende de cada historia, de la fuerza que se tenga y del modo en que aprendimos a afrontar la vida. Pero hay un espacio donde ese proceso se vuelve posible: la terapia. Un lugar seguro para conocerte, comprender tus heridas y reconciliarte contigo mismo. 🌿
Si sientes que llevas tiempo esperando algo que no llega, atrapado en una sensación de vacío o de carencia que parece cada vez más lejana de resolverse… quizás este sea el momento de dejarte acompañar. De iniciar tu camino hacia la madurez emocional, hacia la paz que tanto mereces, y hacia el abrazo que un día necesitaste y que ahora puedes darte tú mismo.
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